Título: Dos crímenes Autor: Jorge Ibargüengoitia
Páginas: 208
Editorial: RBA
Precio: 17,90 euros
Año de edición: 2011
No hay muchos escritores que sepan escribir novela negra con la contundencia que lo hace Ibargüengoitia. Un autor serio, que sabe lo que hace y que va a por tí desde la primera frase («La historia que voy a contar empieza una noche en que la policía violó la Constitución»). Qué pena que el desastre de Avianca truncase su vida y su carrera literaria de forma tan súbita y prematura, en 1983.
En esta novela, publicada originalmente en 1979, demuestra todo su potencial desde el principio, en una historia muy bien armada, no demasiado dura, pero con las dosis suficientes de violencia para dibujar un ambiente en el que cualquier error te puede costar la vida. Marcos decide abandonar su casa con su chica y huir precipitadamente cuando ve que la policía le persigue por un crimen que no ha cometido. Decide ir al pueblo en el que vive su tío millonario, al que no ve desde hace años, para proponerle un negocio y ganar así algún dinero. Pero se encuentra con su pariente en silla de ruedas, anciano, delicado de salud y rodeado de sobrinos y familiares que esperan su herencia. Una situación explosiva para que llegue un nuevo sobrino con un pasado que ocultar y contando mentiras. A partir de ahí la situación se complica página a página hasta el impactante final.
Curiosamente, se trata de una historia llena de dualidades. Hay dos crímenes, dos voces narradoras, dos errores, dos testamentos, dos amigos, dos amantes femeninas, una planta que puede ser medicina o veneno y dos interpretaciones posibles: el protagonista es un canalla o un buen hombre con mala suerte y la desgracia de ser guapo.
El texto tiene todos los elementos requeridos por el género: diálogos cortantes, réplicas ingeniosas, frases afortunadas (