martes, 30 de noviembre de 2021

Educación y descanso - Fernando Schwartz

 

Título: Educación y descanso                                                                                            Autor: Fernando Schwartz   

Páginas: 192

Editorial: Planeta

Precio: 12 euros 

Año de edición: 2001

Este libro, subtitulado «Las anécdotas de la diplomacia», aprovecha el filón de historias, sucedidos y anécdotas que proporciona esa profesión para ofrecernos quince relatos de tema diplomático presuntamente verídicos en otros tantos capítulos, más otro de propina que es un cajón de sastre de experiencias que no dan por su extensión para un capítulo completo.

Publicado originalmente en 1997, parece que recoge la larga experiencia en el cuerpo diplomático del autor, que en sus 25 años de ejercicio pasó por un buen número de situaciones y aprietos del más variado pelaje, manteniendo la flema y el aplomo que se espera del personal de una embajada. Personajes estrambóticos, funcionaros de habilidades insospechadas, meteduras de pata colosales, lances de fortuna, situaciones increíbles... toda una colección de paisanos y aconteceres verdaderamente deliciosa, descrita con mucho temple, ironía, buen humor y savoir faire.

Hay peripecias con la KGB, con Fernando Morán, que fue Ministro de Asuntos Exteriores español de 1982 a 1985, con Margaret Tatcher, con una supuesta herencia de un virrey del Perú y muchas cosas más. Un buen repaso y panorama de lo que era la diplomacia española entre los años 60 y los 80 del pasado siglo.

Los diplomáticos de entonces quedan retratados como un cuerpo de élite, cosmopolita y selecto, algo pagado de sí mismo y capaz de resolver cualquier embrollo protocolario. Funcionarios que saben varios idiomas, utilizar a la perfección los cubiertos de pescado, comportarse en la mesa, vestir bien, jugar con soltura al bridge, al póker y al mus, aparentar discreción y sentido común, salir de apuros con elegancia, vestir adecuadamente a cada ocasión, beber sin achisparse, a quién hay que cederle el paso en una puerta y el puesto que ocupa cada uno en el escalafón del cuerpo.

El título viene del apodo malévolo que se granjeó un embajador de la vieja escuela, probablemente de los años del franquismo, por su proverbial capacidad para escaquearse de toda responsabilidad y trabajo mínimamente oneroso. En la profesión era conocido como «Educación y descanso», un mote que le iba al pelo y que describía muy bien cómo vivían algunos diplomáticos en el antiguo régimen. Hoy en día, creo que las cosas han cambiado.

Es una pena, porque esta obrita tiene ya 24 años, 20 desde la última edición y solo se encuentra en bibliotecas y librerías de segunda mano (véase ¿Cómo encontrar un libro?), pero os aseguro que en este caso, la búsqueda vale la pena. Hay una segunda parte, que suongo igual de jugosa, titulada «Pack 2: anécdotas de la diplomacia».

Un libro muy divertido, pulcramente redactado, con buen estilo y algo de retranca, cuyo tono bien puede resumirse con la anécdota del telegrama que envió Edgar Neville en cierta ocasión: «Sin instrucciones concretas, sin idea de la misión que debo realizar y sin estar muy seguro de cómo llegaré a un lugar cuya localización geográfica desconozco, parto hacia Tegucigalpa, donde quedaré como siempre a las órdenes de vuecencia». Naturalmente, fue destituido inmediatamente.

Fernando Schwartz (Ginebra, 1937), diplomático y escritor, ha vivido en un buen número de países durante 25 años, como diplomático e hijo de diplomático que es. Ha sido embajador español en Kuwait y en Países Bajos, y portavoz del gobierno para asuntos exteriores .

Luego trabajó durante varios años para el grupo PRISA, ocupando varios cargos en el periódico «El País». Y durante nueve años fue copresentador del programa «Lo más plus» en la cadena de televisión La Sexta. Ha escrito catorce novelas y ganó el Premio Planeta en 1996 con «El desencuentro».

Fernando Schwartz

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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