martes, 20 de agosto de 2019

Voces de Chernóbil - Svetlana Alexievich


Título: Voces de Chernóbil
Autora: Svetlana Alexievich

Páginas: 408

Editorial: Debolsillo

Precio: 11.95 euros

Año de edición: 2015
 


Después de ver la extraordinaria serie «Chernóbil», en la que se narra el desastre nuclear ocurrido en Ucrania en 1986, leí en alguna crítica que estaba muy inspirada en el texto de la Premio Nobel de literatura Svetlana Alexiévich (periodista bielorrusa), sin que hubiera ninguna mención en los títulos de crédito.

Narrada en forma documental, diferentes conversaciones de la autora con todo tipo de personas que sufrieron la catástrofe, se convierte en un documento imprescindible si se quiere saber de primera mano cómo se vivieron aquellos días y los tiempos posteriores.

He leído en algún sitio que se puede asemejar a la estructura de una tragedia griega y es cierto, pues además de las entrevistas individuales, hay coros de personas que hablan a la vez (estremecedoras las conversaciones con niños y jóvenes).

Una de las historias más tristes es la de uno de los bomberos que acudieron en un primer momento a la central nuclear, sin saber bien a lo que se enfrentaban y por ello fueron los peor parados: «Cierra las ventanillas y acuéstate. Hay un incendio en la central. Vendré pronto». Est fue lo último que un joven bombero dijo a su esposa embarazada antes de acudir a la central. Ya no regresó. Y como ella misma dice, ya no volvió a verle, porque  en el hospital su marido dejó de ser su marido.

En total son unos cuarenta monólogos o coros de personas (casi quinientas personas en total): bomberos, liquidadores, políticos, físicos, psicólogos, residentes en la zona afectada y también familiares de los anteriores fallecidos. En todos ellos se analiza cómo fue afectada su vida diaria a nivel físico y psicológico.

Al final, la propia autora se reserva un espacio para su propio monólogo final de reflexión. Creo que es un libro totalmente imprescindible para entender uno de los peores desastres de la historia contemporánea.

Svetlana Alexiévich (Ivano-Frankivsk, 1948), hija de maestros en educación, el padre bielorruso y la madre ucraniana, nació en el pueblo de Stanislav –actual Ivano-Frankivsk– en la Ucrania socialista, pero se crio en la República socialista de Bielorrusia. Estudió periodismo en la Universidad de Minsk desde 1967 y al graduarse marchó a la ciudad de Biaroza, en el óblast o provincia de Brest, para trabajar en el periódico y en la escuela locales como profesora de historia y de alemán. Durante ese tiempo se debatió entre la tradición familiar de trabajar en la enseñanza y el periodismo. 

Fue reportera en la prensa de Narowla, en el óblast o provincia de Gómel. Desde sus días de escuela había escrito poesía y artículos para la prensa escolar y también en la revista literaria Neman de Minsk, donde publicó sus primeros ensayos, cuentos y reportajes.

En sus textos, a medio camino entre la literatura y el periodismo, usa la técnica del collage que yuxtapone testimonios individuales, con lo que consigue acercarse más a la sustancia humana de los acontecimientos. Para eso tuvo que transformarse en viajera y visitar casi toda la Unión Soviética. Usó este estilo en su primer libro La guerra no tiene rostro de mujer (1985), en el que, a partir de entrevistas, abordó el tema de las rusas que participaron en la II Guerra Mundial. El estreno de la adaptación teatral en Moscú supuso un gran antecedente de la glásnost o apertura del gobierno soviético iniciada por su dirigente Mijaíl Gorbachov. Alés Adamóvich y Vasil Bykaŭ son las más importantes influencias que la propia escritora ha reconocido en su obra. 

En Tsínkovyie málchiki (Los chicos de zinc, traducida a veces como Ataúdes de zinc), 1989, compila un mosaico de testimonios de madres de soldados soviéticos que participaron en la Guerra de Afganistán; en Zacharóvannye smertiu (Cautivos de la muerte), 1993, ofrece la visión de aquellos que no pudieron sobrevivir a la idea de la caída del gobierno soviético y se suicidaron.  

Voces de Chernóbil (1997), uno de los pocos libros suyos traducidos al castellano (2006), expone el heroísmo y sufrimiento de quienes se sacrificaron en la catástrofe nuclear de Chernóbil. Libro traducido a veinte idiomas, todavía sigue prohibido en Bielorrusia. En su última obra, Época del desencanto. El final del homo sovieticus, publicado a la vez en alemán y en ruso en 2013, procura hacer un retrato generacional de todos los que vivieron la dramática caída del estado comunista soviético. ​ También ha compuesto numerosos guiones para documentales y varias obras de teatro. 

Recibió el Premio Nobel de Literatura en 2015. Es la primera escritora de no ficción con este premio en un siglo.

Svetlana Alexievich

Publicado por Ana Domingo.

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