Título: La espuma de los días
Autor: Boris Vian
Páginas: 192
Editorial: Alianza
Páginas: 192
Editorial: Alianza
Precio: 8,50 euros
Año de Edición: 2004
Año de Edición: 2004
Hoy, en un día frío y ventoso de marzo, cuando la primavera parece tan lejana, vamos a hablar de este libro, un trabajo brillante y espléndido sobre cómo es eso de estar enamorado. Es una de mis novelas favoritas, probablemente porque la leí hace años, en plena juventus .y cuando estaba enamorado, pero el caso es que me encantó.
Con un estilo brillante, vanguardista, creativo, lleno de poesía radical y rompedora, trasmite muy bien esa sensación única que produce estar cargado de endorfinas hasta las orejas. Y está escrito en 1947, nada menos que hace sesenta y seis años. La novela está ambientada en el sur de EE. UU., en Nueva Orleans, Memphis, Davenport... ciudades en las que Vian nunca estuvo y que describe basándose en su imaginación.
Un libro extraño, con sabor a jazz, original, único, brillante, moderno, radical. Un texto lleno de colores brillantes, de metáforas afiladas, de poesía, surrealismo y encanto. Una novela curiosísima de uno de los escritores más heterodoxos e inclasificables que ha habido.
Boris Vian (Ville-d'Avray, 1920-1959) fué ingeniero, inventor, actor, periodista, especialista en normalización, trompetista de jazz, poeta, dramaturgo, traductor, novelista, rebelde y transgresor. Una de las personalidades más curiosas y poco convencionales de la literatura francesa.
Nació en un pueblecito de las afueras de París, de un padre aficionado a la poesía, la mecánica y la electricidad, y una madre amante de la ópera, que tocaba el arpa y el piano. A los doce años sufrió unas fiebres reumáticas y el tifus, enfermedades que le dejaron una dolencia cardíaca que le acompañaría toda su vida y precipitaría su muerte antes de los 40 años. Fué un estudiante brillante, que se hizo músico de jazz a los 20 años e ingeniero dos años después, a los 22.
En su corta vida encontró tiempo para escribir diez novelas, varios relatos cortos, una ópera, escandalizar a las autoridades por el alto contenido erótico de algunos de sus libros y con el alegato antimilitarista titulado «El desertor», en el que animaba a la deserción. Tengo entendido que, de todo lo que hizo, en lo que era realmente genial era en sus actuaciones de jazz en directo.
Boris Vian
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario