lunes, 7 de mayo de 2012

La muchacha de los ojos de oro - Honoré de Balzac


Título: La muchacha de los ojos de oro
Autor: Honoré de Balzac

Páginas: 126

Editorial: Alba

Precio: 9 euros 

Año de Edición: 2012

Deliciosa novelita, de poco más de cien páginas, sobre una historia de amor arrebatada, llena de pasión y también de connotaciones sexuales indirectas, cosa muy poco frecuente en la época. Se publicó por primera vez en 1835 y está dedicada al pintor Eugène Delacroix. Está escrita con un estilo soberbio, realista, pero que no se engolfa en interminables descripciones, con un ritmo muy vivo y con los adjetivos y adverbios justos para matizar los personajes, sus sentimientos, reacciones y actos. Realiza un análisis de las fases del enamoramiento clarividente y anticipa el personaje del aristócrata rico, aburrido y decadente de finales del XIX.

Se divide en tres capítulos. En el primero, se realiza una descripción irónica y pesimista de la burguesía y aristocracia parisinas de aquellos años, vistos como un hatajo de vanidosos que persiguen compulsivamente el oro, el placer o ambas cosas; al final del capítulo se presenta al protagonista, un adinerado dandy en busca de nuevos placeres. El siguiente capítulo está dedicado a la apasionada historia de amor que sirve de tema central y en el último, los acontecimientos se precipitan hasta llegar a un inesperado desenlace lleno de sorpresas.

Honoré de Balzac (Tours, 1799-1850), la figura más representativa del realismo, novelista de talento y trabajador infetigable, escribió frenéticamente más de 80 obras, en un intento de levantar un retrato coral y completo de la sociedad de su tiempo, para, según sus propias palabras, «hacerle la competencia al registro civil». A pesar de que el proyecto inicial de 137 novelas interconectadas se vió truncado por su súbita muerte a los 51 años, el resultado parece que consiguió con creces el objetivo marcado. 

Un proyecto tan voluminoso se justifica por dos razones: su éxito como escritor por entregas, que tenía un público adicto a los culebrones interminables; y sus continuas deudas y bancarrotas. Balzac fué un pionero de la publicidad, porque saldaba su deudas con algunos establecimientos (cafés, sastrerías, restaurantes...) a cambio de incluirlos en sus novelas en los términos más elogiosos. Un genio de la pluma y de las finanzas.

 Honoré de Balzac 

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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