jueves, 21 de julio de 2022

Tokio, estación de Ueno - Yū Miri

 

Título: Tokio, estación de Ueno                                                                                  Autora: Yū Miri

Páginas: 192 pág.

Editorial: Impedimenta

Precio: 29,50 euros

Año de edición: 2022

Kazu nació en Fukushima en 1958 y su vida guarda ciertas coincidencias con la del emperador: ambos  nacen en el mismo año, su hijo nace el mismo día que el príncipe heredero, sus vidas se relacionan indirectamente en ese gran parque de Tokio; pero después de eso ya solo hay divergencias, además de la mala fortuna de Kazu, sucede que cuando el emperador o un miembro de la familia imperial acude a un acto oficial cerca del parque donde vive, la policía retira a Kazu y al resto de los sin techo para que su presencia no altere la imagen idílica del parque.

Kazu formas parte de un grupo de la población rural que ha emigrado a la gran ciudad atraído por la oferta de trabajo, ha echado horas sin límite trabajando en las infraestructuras de los juegos olímpicos de Tokio 64, ha malvivido como mano de obra barata y cuando deja de ser productivo, la sociedad le da la espalda. Su vida ha sido difícil, se ha desempeñado en trabajos duros como la pesca en el mar o la construcción para sacar adelante a una familia de la que no ha podido disfrutar, ha trabajado sin descanso en unos trabajos que conllevan la separación de los suyos, el desarraigo, la soledad y la indiferencia de la sociedad.

Kazu sufre la muerte temprana de su hijo, en el que tenía depositadas grandes esperanzas, y la de su mujer. Ya mayor vuelve al que había sido su hogar en su ciudad, pero disfruta por poco tiempo la tranquilidad del regreso a su casa; se siente viejo y necesitado de cuidados, no quiere depender de su nieta, ni hipotecar la actividad de ésta, así que abandona su casa y va a instalarse en el parque colindante con la estación de Uemo, el mismo parque que fue lo que primero conoció de la capital cuando llegó a trabajar hace años. Allí malvive con otros sin techo gracias a pequeñas ocupaciones de supervivencia y observa atentamente y reflexiona sobre una sociedad para la cual se ha vuelto invisible.

La autora nos cuenta una historia triste y bella a partes iguales, con alternancias en el relato del pasado y el presente casi sin paréntesis: Kazu mezcla recuerdos de su vida pasada con sucesos cotidianos actuales y con sus reflexiones. La autora aporta una ajustada dosis de información sobre costumbres sociales, datos históricos y ritos religiosos que nos acercan a la cultura japonesa.

Un texto sobre el desarraigo, la soledad y la supervivencia de los más vulnerables, con escritura elegante, directa y sin circunloquios, con un ritmo tranquilo impregnado de melancolía. El protagonista lo cuenta así «Cuando estaba vivo, cosas como una bandada de gorriones, las hortensias en flor, me hacían sentirme muy solo,  con el paso del tiempo los sonidos, olores, el paisaje se van mezclando y disipando; si estiro mis dedos para tocarlos se van a borrar. Cuando uno no existe tampoco puede desaparecer».

Yū Miri

Yū Miri nació en Tsuchiura, Japón, en 1968, de familia de origen surcoreano. Residió en Yokoama y desde muy joven se refugió en la lectura de autores occidentales como escape a sufrir bulling y acoso xenófobo en la etapa escolar. Tras los estudios secundarios se inició en el mundo del teatro como actriz y ayudante de dirección a la vez que comenzó a escribir guiones para su compañía teatral.

Desde los años 90 escribe prosa: novelas y ensayos, varias de sus obras han tenido notable éxito en su país y ha recibido varios premios. Una de sus novelas, la autobiográfica «Inochi» fue llevada al cine. Se han traducido unas pocas obras suyas al inglés y a otras lenguas, esta «Tokio, estación de Ueno» recibió el National Book Award de literatura traducida en EE. UU.

Participa en programas de radio en los que da voz a residentes en Sōma afectados por el accidente de la central nuclear de Fukushima y el tsunami asociado. Pese a vivir siempre en Japón y escribir en japonés, su lengua natal, sigue conservando la nacionalidad surcoreana.

Publicado por John Smith.

No hay comentarios:

Publicar un comentario