sábado, 23 de julio de 2022

El polizón del Ulises - Ana María Matute

 

Título: El polizón del Ulises                                                                                             Autora: Ana María Matute

Páginas: 464 pág.

Editorial: Destino

Precio: 10,95 euros

Año de edición: 2018

Se suele mencionar «El polizón del Ulises» (1965) como una de las obras de literatura infantil y juvenil más significativas de Ana María Matute. Siempre he sentido una especial debilidad por esta escritora barcelonesa, una mujer que escribe un castellano espléndido, de muchos quilates. Parece una viejecita encantadora, llena de compasión y humanidad, que sufrió mucho durante la guerra y parece que esa experiencia le ha dejado una tendencia permanente a la depresión, una humildad profunda y una gran capacidad de empatía por los que sufren, por los más desfavorecidos.

Así que, cuando el otro día divisé una antigua edición de ese relato en una librería de lance, una de esas islas perdidas en el océano urbano de olas de asfalto en las que todavía se encuentran tesoros maravillosos, no lo dudé ni un momento, me tiré a por él, lo compré y lo devoré como se merece esa misma tarde.

Es un relato muy interesante, un cuanto que cumple varios de los puntos esenciales que definen el canon clásico del cuento infantil: un principio que resulta familiar, un niño desvalido como protagonista, una cadena de acontecimientos que parecen lógicos e inevitables, la imaginación y los juegos del crío como mecanismo disparador de la fantasía, un suceso imprevisto, un extraño que lleva escondido un conflicto y un misterio, un momento de peligro y real y un desenlace feliz de vuelta a la seguridad del hogar y la familia.

Tres hermanas solteronas viven solas en un gran caserón. Un día encuentran un niño abandonado en su puerta, Jujú, al que cada una intentará educar según sus preferencias y vocación. Pero un suceso imprevisto alterará la plácida vida de los cuatro protagonistas. La narración está muy bien llevada por la voz de una narradora omnisciente, los diálogos son naturales y fluidos, el ambiente, el de los cuentos clásicos, la historia es creíble, la psicología de los personajes tiene su trasfondo y el español que maneja Matute es excelente.

El texto refleja con maestría el gozo de la niñez, el ansia de libertad de la infancia, la sed de aventuras, la pulsión de salir a conocer el mundo y el proceso de maduración que supone conocer la amistad, la lealtad y la traición. Finalmente, puede decirse que se trata simplemente de la historia de un niño que creció.

Un cuento estupendo, redondo, que en algunos momentos recuerda la trama de «El espíritu de la colmena» de Víctor Erice, pero que finalmente resuelve la historia de otra manera. Este cuento obtuvo el Premio Lazarillo en 1965, ha sido traducido a multitud de idiomas y hay una versión cinematográfica dirigida por Javier Aguirre en 1987. Un clásico muy recomendable para los más pequeños y para los adultos que quieran ver cómo se escribe un buen libro infantil.

Esta edición está completada por otros tres cuentos, también muy buenos, sobre la juventud: «Paulina», «Sólo un pie descalzo» y «El verdadero final de la Bella Durmiente».

Ana María Matute (Barcelona, 1925-2014) fue la segunda de cinco hijos de una familia de la pequeña burguesía catalana, católica y conservadora. Su padre era un fabricante de paraguas. A los cinco años escribió su primer cuento y a los diecisiete, su primera novela «Pequeño teatro», por la que la editorial Destino le hizo un contrato por 3 000 pesetas.

Cuando tenía once años estalló la Guerra Civil Española. La miseria, el miedo, la angustia y la violencia de la posguerra la marcaron profundamente y se reflejan en su obra. Está considerada como la gran dama de la literatura de posguerra española.
  
Ha sido propuesta para el Premio Nobel de Literatura, ha ocupado el sillón «K» de la Real Academia Española desde 1996 y ha obtenido prácticamente todos los premios importantes de literatura, como el Premio Cervantes en el 2010. Estuvo escribiendo hasta el último día de su vida. Todos la recordamos como una viejecita encantadora.

Ana María Matute

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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