Título: Campos de fresas Autor: Jordi Serra i Fabra
Páginas: 136 pág.
Editorial: Ediciones SM
Precio: 12,50 euros
Año de edición: 2017
Que el consumo de drogas por los más jóvenes, sin mucha información a su alcance ni apenas apoyo, es un grave problema social en las sociedades avanzadas es algo evidente y que casi nadie discute. ¿Se puede hacer algo para prevenirles e informarles adecuadamente de los peligros que corren?
Jordi Serrra i Fabr, uno de los autores españoles que más vende entre los jóvenes, decidió en el año 1996, cuando las pastillas y las drogas de diseño inundaban las discotecas, poner su granito de arena con esta novela corta, amena y directa, protagonizada por Luciana, una chica de 18 años que prueba una pastilla y entra en coma. A su alrededor, vemos los nervios de sus amigos, el dolor del novio, la desesperación de los padres, las precauciones del camello, la actividad médica, las pesquisas de la policía, la voz de la propia Luciana... una descripción excelente del mundo que la rodea y de cómo el suceso central lo altera como el vórtice de un ominoso huracán. Lo primero es saber qué ha tomado la chica exactamente, que al final se averigua que no ha sido éxtasis, sino Eva (3,4-metilenodioxietilanfetamina), una droga de síntesis de la misma familia, de efecto parecido, más rápido y de menor duración.
La narración es la crónica detallada de las primeras 24 horas después de que Luciana entra en coma. Es muy creíble, realista y evocadora, el estilo, muy realista y casi cinematográfico, el lenguaje, sencillo y cercano. La novela avanza con mucho ritmo y el autor dosifica la información poco a poco, con mucho tiempo, de manera que se mantiene la tensión dramática desde la primera línea hasta el desenlace. Al final, la cosa acaba bien, ya que no se trataba de escribir una historia truculenta, sino una advertencia literaria. Los riesgos están claros: cuando uno prueba por primera vez una pastilla es muy difícil estar seguro de lo que uno está tomando, la forma, color y presentación de cada droga no están garantizados, además no es fácil saber qué cantidad de principio activo contiene ni cuales son los excipientes con los que está cortada. Por otro lado, aunque se conoce el efecto general que produce cada sustancia, cada organismo reacciona de un modo diferente, incluso puede haber intolerancias, alergias... y en más de una ocasión, la cosa ha acabado mal. Por último, probar cosas recién aparecida tiene otro inconveniente: nadie conoce los efectos a largo plazo.
La historia está basada en casos reales: en 1995, una chica británica de 18 años, Leah Betts, murió después de estar cinco días en coma por haberse tomado una pastilla de éxtasis el día de su cumpleaños. Otra chica, Helen Cousins, que despertó después de dos meses en coma, dijo una frase que conviene no olvidar: «No bailéis con la muerte». No viene al recordar ahora esta novela, cuando parece que se nos han olvidado la cohorte de problemas que acompaña a las drogas y se consume tanto o más que antes.
El título proviene de una de las las interpretaciones del mensaje de la canción Strawberry Fields for Ever de The Beatles: la vida es fácil si cerramos los ojos, no pensamos mucho y nos refugiamos en algún tipo de estupefaciente. El libro está muy bien escrito, con mucho oficio, se lee a velocidad de superventas y cumple sus objetivos a la perfección. No carga las tintas en ningún sentido, es serio y equilibrado. Un buen ejemplo de cómo se pude utilizarla literatura para hacer algo de divulgación de un tema ciertamente peligroso. Un libro que ha conocido ya más de 25 ediciones, muy recomendable para adolescentes.
Jordi Serrra i Fabra (Barcelona, 1947) es un escritor español muy prolífico, que ha publicado 500 títulos de literatura juvenil, biografía, ensayo y novela para adultos, con gran éxito y buenas cifras de ventas. Ha obtenido innumerables premios, entre otros el Premio Cervantes chico y el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario