Título: Todo modo
Autor: Leonardo Sciascia
Páginas: 176
Editorial: Tusquets
Precio: 7,95 euros
Año de edición: 1998
Esta impresionante novelita es significativa, además de por su calidad literaria y la valentía de su planteamiento, porque muy pronto adquirió tintes proféticos de la manera más dramática posible. Apareció publicada en 1974 y dibujaba una comunidad de políticos, periodistas y hombres de poder italianos en la que el crimen era posible y casi cotidiano. En 1978, solo cuatro años después, apareció el cadáver de Aldo Moro, el líder de la Democracia Cristiana que había sido primer ministro dos veces, cosido a tiros dentro del maletero de un Renault 4, en el centro de Roma. Era el terrible desenlace de su secuestro a cargo de las Brigadas Rojas, en el que mataron a sus cinco guardaespaldas.
Volviendo a la novela, se abre con dos sesudas citas, al modo de las novelas filosóficas del Siglo de las Luces, y mantiene cierto tono filosófico al estar sembrada de citas y reflexiones sobre el poder y la política, mientras desarrolla una trama de historia policiaca clásica. El protagonista, cuyo nombre el autor olvida mencionar de manera muy cervantina, llega a un apartado hotel-monasterio en el que se reúne para hacer ejercicios espirituales lo más granado de la clase política italiana: líderes de partido, banqueros, jueces...
El texto mantiene en todo momento un tono lúcido, inteligente e irónico: lo más selecto de los círculos de poder se reúne para ejercitar su espíritu y el resultado son tres asesinatos. Las pesquisas de la policía serán especialmente torpes y desacertadas, la novela finaliza dando a entender que el caso nunca se llegará a resolver, sin embargo el lector descubre fácilmente quién es el asesino.
El título tiene profundas resonancias sobre la Iglesia y su relación con el poder. Está tomado del lema de San Igacio de Loyola, militar y fundador de la orden de los jesuitas (Todo modo para buscar y hallar la voluntad divina) que sirve para definir qué se hace en unos ejercicios espirituales y puede interpretarse también como que todo vale para la salvación del individuo y de la propia Iglesia. .
Una espléndida novela de ideas, que mueve a la reflexión, trufada de citas de Pirandello, Voltaire, Pascal, La Rochefoucauld y otros pensadores franceses, en la que se habla de pintura, música y, por supuesto, política. Un fino entretenimiento intelectual en el que la Iglesia juega un papel destacado, lleno de simbolismos y significados. Por ejemplo, el protagonista se presenta como un hombre libre y sin compromisos, que disfruta de movimiento en su automóvil, el prototipo del hombre del siglo XX. Y en seguida se topa con la Iglesia, la política y tres crímenes horribles.
Hay quien tilda de adivino a Sciascia, cuando en realidad era tan solo un sagaz observador de la realidad de su país, que demostró que el futuro es sólo esa parte del presente que no queremos o no somos capaces de percibir. Una novela mítica, un texto clave en la historia del siglo XX porque contiene sus claves más esenciales y dramáticas. Un libro extraordinario.
Hay una versión cinematográfica espléndida dirigida por Elio Petri en 1976, protagonizada nada menos que por Marcello Mastroianni y Gian Maria Volonté, dos monstruos de la interpretación.
Fotograma de la película
Leonardo Sciascia (Racalmuto,1921-1989), hijo del administrador de una azufrera, estudió Magisterio y fué maestro durante veinte años en varios pueblos sicilianos.
Después de su jubilación anticipada a los 50 años, se dedicó al periodismo y a publicar novelas, la mayoría sobre su Sicilia natal y los sicilianos. Llegó a adquirir el papel de intelectual independiente y conciencia crítica de Italia al denunciar sin descanso la corrupción política y los crímenes de la mafia.
Fué elegido concejal en Palermo,
diputado europeo y diputado en el congreso italiano, en una época en la
que ser cargo político y criticar a la mafia era un deporte de riesgo.
Solía decir que había que leer El Quijote al menos dos veces. Está reconocido como uno de los mejores escritores italianos del siglo XX y una de las mejores plumas de Sicilia, lo cual es mucho decir porque en esa isla se dan los buenos escritores como las setas. ¿Por qué? Es un enigma.
Leonardo Sciascia
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
¿Quién es el asesino?
ResponderEliminarLo siento, pero tengo por norma no destripar los libros que leo.
ResponderEliminarGracias por el comentario. Salud y libros.