lunes, 6 de marzo de 2017

Noches blancas - Fiódor Dostoievski


Título: Noches blancas
Autor: Fióder Dostoievski

Páginas: 128

Editorial: Nórdica

Precio: 18 euros 

Año de Edición: 2015

Esta novela corta, aparecida en 1848, ofrece una variante muy interesante de la vieja historia de chico-conoce-chica, pero un planteamiento tan sencillo, en manos del tortuoso Dostoievski, se complica y despliega en multitud de matices y detalles brillantes que convierten a este texto en una verdadera obra maestra.

El título está tomado de un fenómeno que se da en las ciudades de latitud alta, cono San Petersburgo, escenario de la acción, durante el solsticio de verano. En esos días de junio, la noche no llega nunca del todo. El disco solar puede desaparecer bajo el horizonte, pero queda siempre una cierta luz crepuscular y se viven tres o cuatro noches extrañamente luminosas, que los rusos llaman noches blancas. 

El texto arranca con una frase que promete y que sitúa al lector en su más ilusionada juventud: «Era una noche maravillosa, una de esas noches que puede que solo se den cuando somo jóvenes, querido lector».

A partir de ahí, la novela, organizada en cuatro noches y una mañana, cuenta la fascinante historia del encuentro casual de un tímido poeta soñador, un romántico solitario que habla con los edificios, y una encantadora jovencita de 17 años, Nástenka. Se hacen amigos, se cuentan su vida y... no puedo deciros más. Es suficiente con que sepáis que en la trama hay diálogos muy naturales, amor, desamor y tristeza, nostalgia por un pasado mejor, pasión romántica, ilusión y un final inesperado que remata una narración redonda y conmovedora. 

Dicen que nadie como Dostoievski ha sabido conocer y retratar el alma humana y después de leer este libro, parece que así es. Llama la atención, como en muchas grandes obras, la modernidad de lo que se cuenta, de manera que cambiando dos o tres nombres podría parecer una historia actual.  

La traducción es de Marta Sánchez-Nieves y le ha supuesto ganar el XI Premio de Esther Benítez de Traducción. Tuvimos la fortuna de poder hacerle una entrevista y, desde luego, el texto en español es tan terso y limpio que parece que la novela se ha escrito en español directamente. Una maravilla.

Esta edición está además bellamente ilustrada por Nicolai Troshinsky (Moscú, 1985), que ha realizado cursos de ilustración en Madrid y se dedica a la animación en cine y a ilustrar libros infantiles y juveniles. Son dibujos impresionantes y muy originales, que invitan a la ensoñación. Diseños de línea suelta y llenos de un color rojo muy especial. 
 
Dibujo de Troshinsky para «Noches blancas»

Una novela corta imponente en su sencillez, inolvidable y profunda. Una novelita que parece inofensiva y que es rotundamente fenomenal. A pesar de ser una de las primeras obras del autor moscovita, da la medida de todos su genio y su enorme talla como escritor. Un libro espléndido, fácil de leer y lleno de encanto que recomiendo absolutamente a todo tipo de lectores. Todos deberían leer y disfrutar de la magia de las «Noches blancas», una novela tan buena que parece un sueño... de Dostoievski.

Fdor Dostoievski (Moscú, 1821-1881) era el segundo de los siete hijos que tuvo un padre autoritario, médico de profesión, y una madre dulce y cariñosa. Cuando tenía 16 años murió su madre de tuberculosis y dos años después, falleció su padre, alcoholizado. Durante muchos años tuvo remordimientos por haber deseado la muerte de su progenitor.

Fue un lector precoz y compulsivo, epiléptico, depresivo, con tendencias obsesivas, ludópata y un carácter apasionado, reunió dos características que suelen darse en los grandes escritores: un alma atormentada y un talento extraordinario para escribir.

Aunque era un gran escritor, las malas críticas le afectaban demasiado y cayó en la depresión, el juego, el alcohol y la epilepsia. Fue condenado por pertenecer a un grupo subversivo a cinco años de trabajos forzados en Siberia y a servir después en el ejército ruso. Tras seis años de penalidades fue liberado gracias a una amnistía general. Siguió llevando una vida bohemia y desordenada, jugando, bebiendo y escribiendo. Se arruinó varias veces, se convirtió al cristianismo, y murió famoso y reconocido como el gran escritor que era.

Fiódor Dostoievski

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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