martes, 8 de enero de 2013

¡Rumbo a Poniente! - Charles Kingsley


Título: ¡Rumbo a Poniente! 
Autor: Charles Kingsley
 
Páginas: 597
 

Editorial: Rey Lear

Precio: 34,95 euros 
 

Año de Edición: 2012

Esta es la primera vez que se edita en España esta estupenda novela de capa y espada, todo un clásico publicado en 1855. Y no es de extrañar, porque los malos aquí somos los españoles, los papistas, y la verdad es que no nos dejan en muy bien lugar. El texto es algo maniqueo y habla de «los perros españoles y los mastines ingleses», «la presunción española frente a la modestia inglesa», «el papismo y el despotismo frente a los protestantes y la libertad» y otras lindezas por el estilo. La experiencia de leer un libro que nos adjudica ese papel es curiosa, resulta estimulante, es un buen ejemplo de lo que llegó a ser la llamada leyenda negra y muestra la imagen que los ingleses han tenido de los españoles durante bastante tiempo.

Pero desde luego, estamos ante una buena novela de aventuras, muy bien escrita, apasionante, con piratas, abordajes, batallas navales, traiciones, amores imposibles y peripecias sin fin, profundamente enraizada en la cultura inglesa, con poemas, dichos y refranes originales, tradiciones y una atmósfera muy british. La obra va de menos a más, gana y se anima con la acción; si se tiene la paciencia de superar el primer tercio, el autor recompensa al paciente lector con un segundo tercio muy bueno y un final excelente.

Me da la impresión de que la historia está basada en hechos reales y sólo en una serie de episodios muy determinados el autor ha echado a volar la imaginación, porque la línea argumental es algo irregular y azarosa, como la vida misma. Eso le da visos de veracidad.

 
Portada de N. C. Wyeth para ¡Rumbo a Poniente! (edición de 1920) 

Está ambientada en la década de 1580, cuando el Imperio Español dominaba los siete mares y narra los avatares que supusieron el inicio del predominio de la armada británica, con el desastre de la Armada Invencible (1588) como punto de inflexión. Parece ser que la espedición española fracasó debido fundamentalmente al mal tiempo y los naufragios (87 barcos de 122), pero la tradición inglesa, como se relata en este libro, sostiene que fueron sus barcos los que derrotaron a los españoles.

Por otro lado, el texto es tan descarada y trasnochadamente machista, clasista, xenófoba y racista, que resulta cómico y francamente risible. En cuanto a la profunda aversión y rencor que muestra hacia los españoles, casi resulta adulador comprobar lo temidos y envidiados que hemos sido para los ingleses. Debíamos de ser unos enemigos formidables para despertar tales sentimientos. En cualquier caso, si se lee con deportividad, se disfruta mucho. Es curioso que las hazañas que sirven de modelo e ideal al protagonista son la conquista de México por Hernán Cortés y la de Perú por Pizarro; también, que más de una vez los ingleses se comporten de modo poco honorable con los prisioneros españoles.
 
Esta edición cuenta con las maravillosas ilustraciones de N. C. Wyeth (Needham, 1882-1945), uno de los más grandes ilustradores estadounidenses. Sus dibujos, en lugar de limitar la imaginación del lector, como ocurre en algunas ocasiones, la estimulan y espolean, de manera que enriquecen la experiencia de la lectura.

 Ilustración de N.C. Wyeth

Cuando se publicó, esta novela fué un superventas y tuvo un éxito espectacular. Ha sido tan conocida e influyente que su título original (Westward Ho!) da nombre a una población del condado de Devon, el único en todo el Reino Unido que lleva una exclamación, y también al internado en el que estudió Rudyard Kipling. Y es que el título es una apasionada llamada a la aventura:

Rumbo a poniente, con el sol,
en busca del Caribe español.  

Charles Kingsley (Holne, Devon, 1819-1875) fué un clérigo y novelista inglés de la época victoriana. Hijo de un vicario, estudió en Cambridge, se hizo ministro de la iglesia y llegó a ser Regius Professor de Historia Moderna en esa Universidad. Escribió poemas, artículos, sermones y una treintena de novelas históricas. Fué una de las primeras personalidades en apoyar la Teoría de la evolución de Darwin.
 
 Charles Kingsley
  
Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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