Título: El inimitable Jeeves
Autor: P.G. Wodehouse
Páginas: 224
Editorial: Anagrama
Precio: 7 euros
Año de Edición: 1994
Siempre me ha parecido el humor el género más difícil, en el que el autor tiene que emplearse a fondo para arrancar una sonrisa a lector. Pero Wodehouse es un maestro de maestros, es imposible leer sus libros sin reirse. ¡Qué divertido! Aquí nos cuenta las aventuras de un mayordomo muy inteligente y lleno de talento que tiene que servir a su señor, un petimetre presuntuoso y cabeza hueca, al que manipula y controla con una habilidad sibilina. El señor se pone la corbata que le sugiere su mayordomo, tomas las decisiones que le sugiere y deja, sin darse cuenta que le organice toda la vida. Amo y criado se ven envueltos en los más disparatados enredos, de lo que finalmente saldrán bien parados gracias a la astucia de Jeeves y a pesar de la necedad de su señor.
En la BBC se emitió entre los años 1990 y 1993 una deliciosa serie titulada Jeeves y Wooster, basada en las historias de este genial mayordomo y protagonizada por dos de mis actores favoritos: nada menos que Stephen Fry y Hugh Laurie (que luego se convertiría en el Doctor House).
Stephen Fry y HughLaurie
Pelham Grenvile Wodehouse (Guildford, 1881-1975), paradigma del humor británico, fué muy famoso en vida, y hoy en día sigue siendo de los autores ingleses más leídos. Maestro de la ironía, siempre supo plantear situaciones cómicas que dejan a sus protagonistas en ridículo, en las que se suceden las peripecias más disparatadas.
Hijo de un juez
en Hong Kong, vivió allí hasta los cuatro años. De vuelta ya en
Inglaterra, empezó a publicar artículos y ensayos en los periódicos con
poco más de 20 años, pese a la oposición de su padre. Pronto alcanzó la
fama, escribió más de cien novelas y también el libreto de varias
comedias musicales. Wodehouse despierta pasiones, en este enlace podéis ver la página de la sociedad de admiradores del genial escritor británico.
P.G. Wodehouse a los 23 años
Un libro divertídisimo, genial, de una comicidad irresistible, con unos diálogos afilados y penetrantes. Todo ello aderezado con unas gotas de la flemática y famosa ironía británica.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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