lunes, 7 de octubre de 2019

El lobo de mar - Jack London


Título: El lobo de mar
Autor: Jack London

Páginas: 276
 
Editorial: Random House
 
Precio: 21,90 euros 

Año de edición: 2012

Jack London (en español sería algo así como Jaime Londres) es un escritor extraordinario por muchos motivos. Dedicó sus 40 años de vida a vivir las más apasionantes aventuras y a escribirlas luego. Es un autor de dos vueltas. En la adolescencia se disfrutan sus libros de aventuras y luego, años más tarde, se pueden volver a leer en la madurez para apreciar su depurado estilo de narrar, escueto, sobrio y eficaz. Un prodigio de economía que no derrocha ni un solo adjetivo, ni una coma y solo utiliza los recursos lingüísticos justos.  

Esta novela, publicada en 1904, es buena muestra de ello y una de las obras maestras que nos ha dejado. Después de una excelente manera de arrancar («No sé a ciencia cierta por dónde empezar, aunque a veces, en broma, pienso que Charley Furuseth fue el responsable de todo lo ocurrido»), que me recuerda que habría que escribir una antología de las mejores primeras frases de novela, cuenta la desafortunada historia de un hombre de letras que naufraga y es rescatado por una goleta, el Ghost, que va a cazar focas al mar de Bearing, capitaneada por el inefable Lobo Larsen.

¡Qué personaje! Un capitán brutal e inteligente, que dirige con mano de hierro el barco y su tripulación, con una visión de la vida muy particular, feroz y despiadada. «Creo que la vida es una agitación confusa - sostiene -. Es como la levadura, como el fermento, algo que se mueve durante una hora, un año o un siglo... ». El retrato del personaje es buenísimo, un hombre cruel, listo e imprevisible, lleno de energía y maldad, sin escrúpulos y también con una insaciable curiosidad intelectual, que confiesa que «nunca tuvo una oportunidad en la vida y su mayor error fué abrir un día un libro». Entonces conoció todo un mundo intelectual de maravillosas ideas y grandeza, que le estaba vedado a él, condenado a sobrevivir en un miserable pesquero de focas, su particular infierno.

Una figura fascinante y temible, que me parece que estaba hecho a la medida para ser interpretada por Orson Welles, pero que fué llevado al cine por Edgard G. Robinson en una película homónima dirigida por Michael Curtiz en 1941.

Una gran novela que presenta a uno de los personajes inolvidables de la Historia de la literatura, que plantea en el contexto de una aventura la eterna lucha entre el bien y el mal en toda su crudeza, aderezada con varios dilemas y cuestiones filosóficas interesantes, como qué es mejor, la lucidez o la felicidad  de bajo nivel, o si es preferible amar o ser amado, escrita por el mejor London. Un clásico que no podéis dejar de leer.

Hay una estupenda edición de 1981 en Ediciones Hiperión, muy cuidada y con un buen prólogo, que vale la pena conseguir en librerías de lance.
 
Portada de la edición de Hiperión (1981)

Jack London (San Francisco, 1876-1916), novelista, marinero y aventurero, era hijo del astrólogo William Chaney y una espiritista. Lector voraz y compulsivo desde niño, fué un autodidacta que, para abrir boca, se leyó prácticamente toda la biblioteca pública de su ciudad natal. Luego inició una vida aventurera enrolándose con tan sólo diecisiete años en una goleta que partía hacia Japón

Trabajó en un molino de yute, en una central eléctrica, ejerció como vagabundo durante varios años, después trabajó como marinero, contrabandista, buscador de oro, cazador, enfermo de escorbuto, obrero explotado, periodista, ranchero, socialista, trampero y unos cuantos oficios más.

Viajaba siempre llevando en la mochila «El paraíso perdido» de Milton y «El origen de las especies» de Darwin. Quizás con tan buenos modelos, empezó a escribir el relato de sus aventuras.

Tuvo la suerte de que en aquellos años aparecieron nuevas técnicas de impresión que abarataron el proceso y permitieron la salida de revistas populares de bajo precio en las que sus relatos encajaban a la perfección. Con ellas alcanzó el éxito, la fama y en un año se hizo millonario, Naturalmente, toda su vida fué un lector compulsivo, que llegó a tener una biblioteca personal de más de 15 000 volúmenes.

Jack London, marinero y escritor

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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