martes, 16 de abril de 2019

Un drama nuevo - Manuel Tamayo y Baus

              
Título: Un drama nuevo
Autor: Manuel Tamayo y Baus

Páginas: 152

Editorial: Cátedra

Precio: 8,80 euros

Año de edición: 1984

Estoy de acuerdo con Antonio: de vez en cuando hay que leer teatro, igual que hay que leer clásicos. En esta ocasión he juntado estas dos premisas y he releído una obra que me llamó mucho la atención desde mis tiempos de estudiante de bachillerato.

Es una obra que fué innovadora en su tiempo, está escrita a mediados del XIX y en ella se mete el teatro dentro del teatro, durante la representación se desarrolla una representación; Tamayo y Baus establece una diferencia ente los dos textos escribiendo uno en prosa y otro en verso. 

Cuenta la historia de una compañía teatral en la que un actor cómico maduro está casado con una mujer mas joven, enamorada de un actor joven protegido por su marido; hay otro personaje de por medio: un actor dramático ya consagrado que se siente menospreciado y relegado en la compañía. El cómico se empeña en representar un papel dramático, como desafío personal, en una obra nueva que están preparando. Su personaje es un marido engañado por su joven esposa, amante de su ahijado y acosada por un amigo despechado y vengativo.

Los papeles se reparten como sucede en la vida real y al avanzar la obra la ficción y la realidad se superponen y coinciden plenamente cuando la compañía representa el drama nuevo que han estado preparando y se precipita una cascada de acontecimientos.

Una historia que podría ser real tratada desde la ficción. Tamayo se consideraba realista pero creía que en la realidad cabe lo visible y lo invisible, el arte no copia fielmente la realidad sino que inventa historias verosímiles con completa libertad. Su teatro se impregna del concepto clásico de drama, en el que los personajes son victimas de pasiones e impulsos irrefrenables que condicionan sus actos. El haber vivido siempre en una familia inmersa en el mundo del teatro debió dejarle un poso importante de teatro clásico y del romántico.

Son llamativas las alusiones directas que hace al teatro ingles clásico: la acción la sitúa en Inglaterra en el XVII, mete a Shakespeare como un personaje relevante: lo hace director y dramaturgo de la compañía, y sale bastante airoso de su atrevimiento al darle al personaje seriedad, autoridad moral y el respeto del resto de la compañía. Otro guiño que realiza es llamar Yorick al actor cómico, nombre que corresponde al bufón que aparece en Hamlet, con lo que el autor quiere reivindicar el difícil oficio de hacer reír.

La obra en conjunto está muy bien elaborada, la acción avanza con la exactitud de una maquinaria de precisión y mantiene el interés de forma creciente hasta el desenlace final. Es muy atractiva y seguro que en su tiempo resultó rompedora. 

ManuelTamayo y Baus nació en Madrid en 1829 en una familia de actores y dramaturgos y este hecho le condicionó de manera notable: a los 8 años estudiaba teatro clásico y comenzaba a traducir y hacer arreglos de autores franceses. A los 12 años estrenó una adaptación suya de Genoveva de Brabante, de Burgeois, y a los 20, su primera obra original.

Trabajó para la administración del Estado en varios ministerios durante épocas de gobiernos moderados y conservadores. Tuvo una breve incursión política apoyando al movimiento carlista pero rechazó siempre cualquier deriva bélica.

Tuvo éxito como dramaturgo desde joven y a los 29 años ingresó en la Real Academia Española. Posteriormente fue elegido su secretario y abandonó su carrera como autor para dedicarse completamente a tareas académicas e intelectuales.   

Fue nombrado director de la Biblioteca Nacional, organizó y participó en el traslado de la RAE a su actual localización, y el de la Biblioteca Nacional desde el Palacio de Oriente hasta su actual emplazamiento en el paseo de Recoletos.

Escribió traducciones y adaptaciones de obras francesas y unas treinta obras de teatro histórico, tragedia clásica, drama romántico, comedia de costumbres, dramas de tesis y una zarzuela.

Falleció en Madrid en 1898 y a su muerte legó toda su biblioteca y manuscritos a la Real Academia.

Manuel Tamayo y Bausen 1884

Publicado por John Smith.

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