Título: Poesía esencial Autor: Mircea Cărtărescu
Páginas: 520
Editorial: Impedimenta
Precio: 24,90 euros
Año de edición: 2021
No solo de prosa vive el buen lector, sino de toda poesía que se publica, especialmente de la buena poesía y si hay un poeta actual desconcertante, exquisito y recomendable es el rumano Mircea Cărtărescu, uno de mis autores favoritos. El año pasado se ha publicado una antología de sus poemas muy recomendable, especialmente adecuada para quienes handisfrutado de sus novelas, o mejor dicho, de sus engendros narrativos.
Como muestra, aquí tenemos algunos ejemplos:
Mi sueño es una grabadora
solo se necesita muy poco para ser feliz
cuando terminé mis meditaciones sobre el infinito
cuando mis delirios de grandeza se disolvieron
cuando la marca en mis huesos y collar se desvaneció
cuando de repente dejé de pensar en mí mismo como
Jesús, Bob Dylan, Gauss y Vonnegut
(jr.) al mismo tiempo cuando
la palabra pronto tuvo sentido para mí
y lo diré de nuevo: cuando parezca
que las nubes nunca toman forma de guitarra, torno, carrusel, lata de café
regla deslizante, clavícula o muelas del juicio,
cuando me doy cuenta de que no tengo más remedio que vagar
manos en mis bolsillos
entre colores en ruinas,
cuando supe que no pienso con mi cerebro, y nada depende de mí
y no me detendré ahí:
cuando me vi obligado a tener un departamento y un trabajo
pero pensé que esta vida era demasiado pobre para mí
cuando estaba lleno de lunares, tumores benignos me taladraban
cuando leo a Dostoievski sin hacer una mueca
cuando yo, el maravilloso espectáculo, hice cola en la tienda,
pensé en comprar una grabadora de carrete a carrete
Kashtan, dos mil dólares,
porque me gusta más escuchar música
y me encantaría tener algo tan lindo
escuchándome
a menudo
saliendo de la escuela, paraba en las tiendas de electrónica
en Strada Doamna Ghica
y vi la hermosa grabadora que me prometieron
su linda figura cuadrada
sus suaves e inteligentes carretes
sus LED verdes parpadeantes
allí, en exhibición
entre dos delicados altavoces negros
y ahora ella es mi sueño, cuando todos los demás sueños se han ido.
Ah su plexiglás, carretes hipnóticos
sus giros irregulares y perezosos…
Nubes sobre el bloque opuesto
No puedo hacer que la aguja de la brújula se mueva a través de la concentración.
Lo intenté. No puedo hacerlo.
No puedo canalizar la imagen de un naipe. Lo intenté.
Quería levitar y concentrarme media hora
y me sentí loco, acostado de espaldas en una cama deshecha, sudando.
Traté de hacer que una mujer me mirara en el metro
por supuesto, ella no miró.
¡Señor, no soy tu elegido!
El mundo no cambia para mí.
No amo lo suficiente, no tengo suficiente fe.
No tengo un aura alrededor de mi cabeza
y no me has mostrado, no has dado una señal.
Sostengo el mantel entre mis dedos:
sin ceder, sin elevarse en vapor rojo.
Toco el cabello de mi niña, los rizos:
oscuro, dorado, suave.
Nada confunde mis sentidos. No hay ilusión.
Mi mente es un suave espejo del mundo.
Liso y plano.
No hay rasguño.
No hay vida pasada, ninguna criatura ectoplásmica.
No hay Agartha, no hay Shambala
no hay Maya, lo que viene en sueños
es solo el maquillaje de la nada.
Miro la llama de la estufa, hipnotizado,
sabiendo que vine de un útero,
sabiendo que me iré en un ataúd o mancharé la tierra con mi sangre.
No seré yo quien encuentre la grieta.
No seré yo con la cabeza vuelta en la foto de grupo.
Mircea Cărtărescu (Bucarest,
1961) es un poeta,
novelista y crítico rumano, considerado como el poeta más importante de
la generación de los años 80. Es un lector empedernido y voraz capaz de
leer ocho horas diarias, que conoce a fondo buena parte de la
literatura mundial. Confiesa la huella que han dejado en él algunos
autores latinoamericanos, especialmente Sábato, Borges, Cortázar y García Márquez, al que considera insuperable.
Sus libros han
sido traducidos a multitud de idiomas. Es el escritor rumano actual
más valorado por la crítica y ha sido candidato al Premio Nobel varias veces.
Está casado con la poetisa Ioana Nicolaie y es profesor de literatura rumana en la Universidad de Bucarest.
Según cuenta en esta estupenda entrevista, considera que, aunque se le suele clasificar como un autor posmoderno, emplea recursos clásicos, románticos, barrocos, manieristas, surrealistas, posmodernos y modernos sin que su obra sea puramente de ninguno de esos estilos. Dice escribir a mano, en cuadernos y con un bolígrafo, sin corregir ni releer lo escrito. Luego una persona de la editorial, siempre la misma, descifra su caligrafía y teclea sus textos en un ordenador.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
No sé qué pasa, pero no logro conectar bien con este autor. Aunque su obra es interesante, creo que debo seguirlo explorando.
ResponderEliminarBueno, a veces ocurre que no es el momento y es mejor dejar pasar un tiempo y luego volver a probar. Hay grandes autores que me han costado tres intentos.
ResponderEliminarGracias por comentar y un abrazo.