miércoles, 1 de julio de 2020

La Flecha Negra - R. L. Stevenson



Título: La Flecha Negra
Autor: Robert Louis Stevenson

Páginas: 328

Editorial: Alianza

Precio: 12 euros 

Año de edición: 2008

Publicada originalmente por entregas en 1888, en los años más productivos de Stevenson,  ésta es una deliciosa novela de aventuras ambientada en la Guerra de las Dos Rosas, que enfrentó desde 1455 a 1487 a los partidarios de la Casa de Lancaster, cuyo emblema era una rosa roja, y a los de la Casa de York, cuyo símbolo era una rosa blanca. Ambas eran descendientes del rey Eduardo III.y pretendían el trono de Inglaterra. La guerra supuso el declive de las dos casas, ambas ramas de los Plantagenet, y al auge de la Casa Tudor, la pérdida de la influencia de los nobles y la ascensión de la clase de los comerciantes, el fin de la Edad Media en Inglaterra y la aparición del Renacimiento.

La guerra fué larga, duró 32 años y estuvo marcada por los continuos cambios en la alianza de los nobles, alrededor de un Enrique VI débil que cambió de bando varias veces. Se decía que «se acostaba York y se levantaba Lancaster». Una crisis llena de alternativas y vicisitudes, muy interesante desde el punto de vista histórico, que aquí sirve de telón de fondo, para contar cómo el protagonista, Richard Dick Shelton se convierte en caballero.

Dick, cuyo padre fué asesinado en extrañas circunstancias, sirve a su tutor, sir Daniel, hasta que sospecha que ha estado involucrado en la muerte de su padre. Para buscar venganza, se una a la Flecha Negra, una misteriosa organización de proscritos a lo Robin Hood que ponen en práctica la justicia a su manera y tienen aterrorizadas a las autoridades con sus certeras flechas negras. Pasa con ellos una larga sucesión de peripecias y avatares. Tiene ocasión de enamorarse de Joanna, una dama secuestrada por el malvado sir Daniel, está a punto de vengar a su padre varias veces y finalmente, todo acaba bien, como era de esperar.

Una novela de aventuras, llena de episodios épicos, con traiciones, rescates en el último momento, acciones heroicas, malvados rufianes y damas angelicales. Todo lo que cabe esperar del género, narrado con maestría por este escocés sin par. Una espléndida historia de capa y espada, no muy conocida, llena de emoción, amor y acción, con un ritmo vertiginoso y escrita con el genio de Stevenson. Un clásico muy apropiado para leer durante el verano y recordar cómo nos fascinaban siendo niños las películas de capa y espada. Hay un largometraje dirigido en 1948 por y una serie italiana de los años 60 que los de mi quinta recordarán, porque la pasaron por Televisión Española.

Ésta es la pegadiza música de cierre de la serie italiana

Robert Louis Stevenson (Edimburgo, 1850-1894) novelista, poeta y ensayista escocés, es uno de los mejores autores de aventuras que se conocen. Nació en una familia en la que había siete ingenieros constructores de faros. Poseía una constitución enfermiza y proclive a enfermar de los pulmones, lo que le llevó a recorrer las islas del Pacífico.

Su frágil salud no le dejó estudiar de manera continuada; tuvo bronquitis, catarros y finalmente una tuberculosis que le acompañaría toda la vida y que le mataría. Consiguió acabar Derecho, empezó a escribir y se casó con una americana muy bien situada. Viajó al lejano Oeste y conoció a Mark Twain, pero la tuberculosis le obligó a viajar por varios archipiélagos de la Polinesia, hasta que se instaló en Samoa

Los aborígenes le llamaban Tusitala, «el que cuenta historias». Era aficionado al alcohol, lo cual no era nada beneficios para su quebradiza salud. Un año antes de morir llegó a escribir: «Durante catorce años no he conocido un solo día efectivo de salud. He escrito con hemorragias, he escrito enfermo, entre estertores de tos, he escrito con la cabeza dando tumbos». Está enterrado en el monte Vaea, en su querida Samoa, en una sencilla tumba.
        
Vivió sólo 44 años, pero nos dejó una maravillosa colección de novelas y relatos de aventuras y de terror. No conozco a otro autor que dominase con tanta maestría esos dos géneros que parecen opuestos. Curiosamente, era tío abuelo de Graham Greene. De casta le viene al galgo.

Robert Louis Stevenson

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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