Una espeluznante historia de terror se está desarrollando delante de nuestras narices y parece que no nos estamos dando cuenta. Nos referimos a las redes sociales y muy especialmente a Meta, la compañía que aglutina Facebook, Instagram, Whatsapp, Messenger y Threads —¿no hay leyes antimonopolio?—. Un gigante que administra los entornos en los que muchas personas, incluyendo menores de edad, viven y se comunican. Y lo hace sin reglas que limiten algunos aspectos muy peligrosos y con una llamativa falta de ética.
Enrique Dans se hace eco en su blog de un artículo publicado en The Guardian, en el que se cuenta que Meta emplea fotos de niñas vestidas de colegialas para atraer a usuarios adultos a Threads. Añade que esa megaempresa ha sido multada repetidamente por vulneraciones del GDPR y privacidad de datos, pero la cuantía de las multas ha resultado ser irrisoria comparada con los beneficios de la compañía. Dans llega a decir que Meta es una fábrica de abusos que nadie se atreve a cerrar. Desde hace algún tiempo, este experto en actividades digitales viene denunciando los excesos de esa firma, como el que haya creado docenas de chatbots con voces que imitan a las de celebridades como Taylor Swift, Scarlett Johansson, Selena Gomez o Anne Hathaway, sin su autorización, que se hacen pasar por celebridades, para publicar mensaje de insinuación sexual e imágenes explícitas dirigidas a toda case de público, menores incluidos (véase este enlace), sin ningún control.
Por otro lado, el exdirectivo de Meta Arturo Béjar ha denunciado otros aspectos especialmente oscuros de la compañía. Estuvo dirigiendo un grupo de expertos que realizaron un estudio sobre los efectos perjudiciales de las redes sociales de la compañía en adolescentes, en el que concluyeron que en una semana el 21,8 % de adolescentes de 13 a 15 años reconocían haber recibido acoso directo, el 39,4 %, comparaciones insultantes y el 24,4 %, insinuaciones no deseadas. Béjar ha explicado cómo hay redes sociales que alimentan las pulsiones suicidas, la anorexia, la bulimia, la pederastia y el bulling entre la población más vulnerable. Envió el informe final a Mark Zuckerberg, propuso soluciones técnicas y declaró en una comisión del senado estadounidense, pero parece que no ha servido de nada. Según sus palabras, el presidente de Meta no hizo nada al respecto y «antepuso sus beneficios a la seguridad de los usuarios».
En resumen, no hay que ir muy lejos a buscar historias espeluznantes y narraciones inquietantes plagadas de monstruos siniestros. Las creaciones más extremas e inimaginables del género de terror están cada día al alcance de la yema de nuestros dedos, en nuestras pantallas.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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