Título: La nieta
Autor: Bernhard Schlink
Páginas: 360
Editorial: Anagrama
Precio: 21,90 euros
Año de edición: 2023
¿Conocemos realmente a las personas que amamos? ¿Qué secretos de su vida ignoramos? ¿Afecta eso a nuestra relación con ellos? Esas y otras preguntas de caladose plantea el lector al abordar esta interesante novela. La historia, como en El lector, el gran éxito de Bernhard Schlink, tiene que ver con la memoria, la historia europea y sus consecuencias en la vida cotidiana de la gente de a pie.
En esta ocasión se nos presenta a Birgit, melancólica y a veces deprimida, que huyó en los años sesenta del siglo pasado del Berlín Oriental al Occidental por amor y buscando la libertad para reunirse con Kaspar. El libro empieza cuando Birgit, ya mayor, se suicida, y Kaspar descubre que su mujer pagó un alto precio personal en aquella huida y que guardaba toda una vida secreta, desconocida para él. Empieza entonces toda una pesquisa personal y, poco a poco, descubre toda una historia que desconocía. La obra nos ofrece distintos puntos de vista que van encajando unos en otros, se completan y complementan para contarnos la historia entera: primero se nos da la versión de Kaspar, luego pasamos al punto de vista de Birgit y finalmente, volvemos a lo que vive Kaspar para cerrar definitivamente la novela.
El argumento se despliega con habilidad, de manera que la intriga se mantiene en cada paso, hasta que Kaspar desvela todo el pasado de Birgit y entonces, empieza otra narración, sobre la relación personal que puede llegar a establecerse entre dos personas con un vínculo emocional, pero de edades muy distintas y formas de pensar casi opuestas. Una situación conmovedora. El lenguaje empleado es intensamente emotivo, apela a los sentimientos desde las primeras líneas. El estilo es rico y elegante, dibuja ideas y situaciones llenándolas de matices y colorido. La forma de redactar es eficaz y atractiva, el discurso, complejo e inteligente, plagado de consideraciones y detalles interesantes. El texto tiene algunas referencias culturales, el autor menciona cuadros, autores y piezas musicales para ilustrar el relato, pero sin abusar de ello en ningún momento.
Como telón de fondo, se describen algunos pasajes de la historia reciente de Alemania y sus consecuencias. Se exploran similitudes y diferencias entre las zonas este y oeste, y se realiza un profundo análisis de la fractura que dividió al país y de las enormes dificultades de una reunificación, que todavía no se ha resuelto completamente. Los alemanes occidentales siguen pensando que los orientales no están acostumbrados a trabajar duro, que son algo perezosos y quieren que se les de todo resuelto. Les miran con cierto desprecio y condescendencia. Por otro lado, los orientales creían que occidente era el paraíso y todos sus problemas se iban a resolver mágicamente, ven que los orientales son egoístas, que no quieren ayudarles y que les menosprecian. Sienten que no hay igualdad de oportunidades. Y por último, fruto del desengaño, cada vez más jóvenes de las dos alemanias coquetean con el nazismo. Estas son algunas frases significativas que me han llamado la atención: «¿Quién habría llegado a ser si me hubiese quedado?», «No sabía el daño que a la larga puede hacer el silencio», «Nada era como debía ser. Yo ya no estaba allí, pero tampoco aquí», «Querían que fuese como ellos».
Una historia con muchas facetas, de un hombre que conoció a una mujer que había dejado completamente atrás su pasado y después, a otra que traía al presente de nuevo un pasado ominoso y terrible. Un libro sobre afectos y segundas oportunidades, que acaba con un final abierto y esperanzador. Una gran novela, compleja y sutil, que hará las delicias de los amantes de este tipo de textos que podríamos llamar superventas histórico con calidad literaria. Muy bueno.
La traducción del original en alemán, que me parece estupenda, es de Daniel Najmías Bentolila. En este enlace se pueden leer las primeras 49 páginas.
Bernhard Schlink (Bielefeld, 1944) es un juez y escritor
alemán. HIjo de padre alemán y madre suiza, ambos teólogos, estudió
Derecho y en 1988 fué nombrado juez en la corte constitucional del estado de Renania del Norte-Westfalia. Es además profesor de Historia del Derecho en la Universidad Humboldt. Vive a caballo entre Bonn y Berlín.
Comenzó a conocer el viejo oficio de escribir produciendo novelas policiacas protagonizadas por un detective llamado Selb, que significa yo mismo. Llegó a tener cierto éxito e incluso a ganar el Premio Glauser, pero su carrera dió un giro con El lector, que le ha dado fama, prestigio y una larga lista de premios, el último en Corea del Sur.
Comenzó a conocer el viejo oficio de escribir produciendo novelas policiacas protagonizadas por un detective llamado Selb, que significa yo mismo. Llegó a tener cierto éxito e incluso a ganar el Premio Glauser, pero su carrera dió un giro con El lector, que le ha dado fama, prestigio y una larga lista de premios, el último en Corea del Sur.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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