Título: El ladrón Autor: Fuminori Nakamura
Páginas: 216
Año de edición: 2013
Esta es la historia de un carterista que vive aislado en Tokio. No tiene más objetivo en la vida que robar con un virtuosismo digno de mucha mejor causa. Las personas que le importaban y a quienes importaba han muerto. Su vida solitaria consiste en un merodeo permanente en busca de la víctima perfecta. Nunca sale de los márgenes de la sociedad. Cuando no trabaja, se mueve por zonas baldías, barrios abandonados o habitaciones miserables. El carterista intuye que su destino será negro.
Fuminori Nakamura ganó en 2010 el prestigioso Premio Kenzaburo Oé con esta novela breve, intensa y que se apodera del lector desde la primera página. Uno de sus grandes aciertos es la descripción exacta del anonimato en el que trabaja el carterista. Estaciones de tren, de metro, grandes almacenes, calles atestadas, hoteles, autobuses. Miles de personas se agolpan y nadie se conoce. Las relaciones humanas quedan reducidas a la mínima expresión: dejar pasar, colarse, un breve gesto o sencillamente nada. La vida moderna es superficial y pasajera, sin anclajes. Esto se refleja muy bien. Entre la multitud anónima alguien estira una larga mano para apoderarse hábilmente de la cartera de algún ciudadano despistado. La mano vuelve luego a su sitio natural como si tal cosa. El carterista desaparece entre el gentío.
El ladrón recibe un día una curiosa propuesta. Debe participar en un robo a mano armada con el objetivo de apoderarse de unos importantes documentos. Cosa seria: en el chanchullo está involucrada la yakuza, políticos corruptos y gente de empresa. El tipo que contrata al carterista y a otros dos compinches para dar el golpe no es precisamente tranquilizador. Nadie sabe exactamente quién es, pero resulta duro, frío, sarcástico y amenazante. Les promete cinco millones de yenes a cada uno. El carterista duda. Acaba aceptando. A partir de ese momento su destino se confunde con un asunto que desconoce y cuyas consecuencias pueden ser fatales. Emprende el rumbo a lo desconocido. Quedará en manos de un criminal sin escrúpulos.
El carterista alterna el presente con los recuerdos del pasado inmediato. En ocasiones, evoca un pasado más remoto, cuando era niño y se aficionó a lo ajeno. No se dan muchos detalles de sus años mozos (son recuerdos vagos y mezclados con sueños), aunque se intuye que no fueron fáciles. El carterista sale de su vacío existencial cuando conoce al hijo de una prostituta. No se hace ilusiones: su vida está arruinada por completo, no hay vuelta atrás. Pero quizá se redima sacando al niño del ambiente marginal que conduce a la delincuencia. El niño le recuerda a él cuando tenía su edad. Si lo salva, es posible que se salve él también.
El ladrón es una novela entretenida. Solo por eso merece leerse. Plantea, además, algunas cuestiones de interés más allá de la intriga. ¿Hasta qué punto los hombres somos libres? ¿Existe una providencia establecida de antemano en la cual nos limitamos a representar un papel ya escrito? ¿Nos agitamos dentro de una jaula de hierro? En una palabra, ¿existe el destino? En el caso de que exista, ¿podemos vencerlo gracias a un esfuerzo de voluntad? ¿La libertad le tuerce el pescuezo al destino? ¿O el destino es inexpugnable y nos conduce a donde él quiere, queramos o no? ¿Es posible salvarse a través de los demás, aunque nosotros ya estemos condenados? Son preguntas difíciles y de imposible respuesta. En el caso de El ladrón el destino está representado por un gángster cruel. Un sucedáneo de Dios que juega con sus criaturas hasta llevarlas a la perdición. Un libro recomendable y que hace pensar. Interesante.
Fuminori Nakamura (1977) es un escritor japonés nacido en Tokai, Prefectura de Aichi. En 2000 se graduó en literatura por la Universidad de Fukushima. En 2002 publicó su primera novela, La pistola, que resultó premiada. A partir de ahí, su nombre comenzó a destacar en el panorama literario japonés como uno de los escritores jóvenes más prometedores.
En 2005 consiguió el Premio Akutagawa
con su novela El niño en la tierra. Se consagró con El ladrón
(2009), que recibió al año siguiente el Premio Kenzaburo Oé y fue traducida a
muchos idiomas. Otras dos novelas suyas, En una noche de melancolía (2014)
y Nawashi. El maestro de la cuerda (2024), también están disponibles en
castellano. Fuminori Nakamura está considerado como uno de los
maestros del noir japonés.
Publicado por Alberto.
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