jueves, 16 de enero de 2020

La puerta del oro - Néstor Luján


Título: La puerta del oro
Autor: Néstor Luján
 

Páginas: 192
 

Editorial: Plaza y Janés

Precio: 7 euros 
 

Año de edición: 1990

Tenemos aquí una novela histórica que ganó el Premio Encuentro Extremadura y América 1992, un certamen de edición única y dotado con 15 millones de pesetas, es decir 90 000 euros. Está ambientada en El Arenal de Sevilla, un antiguo barrio del casco antiguo de la que fué capital hispanoamericana por antonomasia, que se llama así por haber sido un gran espacio abierto cubierto de arena del río situado entre la Torre del Oro, la Puerta de Triana de la antigua muralla y el Guadalquivir. Allí se concentraba toda la actividad portuaria alrededor de las Atarazanas medievales, los antiguos astilleros, donde estaban las aduanas y la Casa de Contratación de Indias, y la  Real Casa de la Moneda

Ese espacio era la puerta de entrada a la Península de todo el tráfico que iba y venía de las Indias, un intercambio que enriqueció los dos continentes  produjo un mestizaje como parece que no ha habido otro entre dos culturas. A describir ese fenómeno está dedicada esta novela, en la que a través de la llegada de un perulero (como se llamaba entonces a los españoles que habían hecho las Américas y volvían ricos) y de los personajes con los que se encuentra, intercambia noticias e interacciona, como un botánico, un médico y varios notables.

Mención especial merece uno de los personajes, Baltásar de Álcazar (1530-1606), conocido poeta, glotón y tragaldabas, jocoso y orondo, que escribió el famoso poema titulado «La cena», que tiene algunos puntos en común con el autor de esta novela.

Estamos pues en el siglo XVI y gracias al uso de un lenguaje que reproduce el de la época, con temas, expresiones («Líbrete Dios dela enfermedad que baja de Castilla y del hambre que sube de Andalucía») y vocabulario de aquel mundo, el lector se ve sumergido desde la primera pagina en aquel tiempo y lugar, como si de una mágica máquina del tiempo de papel se tratara. Los arcaísmos están usados con mesura, de manera que no entorpecen la lectura, el estilo es barroco, dicharachero y algo florido, tiene cierto gracejo y una pulcritusd irreprochable, como corresponde al tema. La trama es ingeniosa y da lugar, de manera natural a que se cuenten y comenten multitud de detalles que dan una idea de lo que fué la vida cotidiana y social en la esplendorosa Sevilla de aquellos años.

Los títulos de los capítulos recuerdan a las novelas de Julio Verne y casi sirven como resumen y síntesis de lo tratado en el texto, por ejemplo: «Donde aparece el adorable doctor Monardes». Una práctica sentenciosa que recuerda otras épocas.

Se habla de la carrera de indias, la ruta que seguían todos los barcos que iban y venían a las Américas, del pimiento que deallí vino a enrojecer el antes negro chorizo, del tomate, la patata, la coca, el maíz ,el chocolate y otros alimentos y delicias gastronómicas que llegaron del otro lado del océano. Se menciona, entre otras muchas cosas, que entonces ya se cosían las heridas, que el tabaco se creía beneficioso y saludable, que se enfriaban las bebidas con nieve traída de las montañas, de los jaques y rompesquinas que pululaban por las calles, de la creencia muy extendida de que un cadáver podía sangrar espontáneamente en presencia de su asesino, de la costumbre de salvar la vida de un condenado a muerte si una prostituta prometía públicamente casarse con él y rehacer su vida, y de los seis destinos que aguardaban a todos los españoles: ir a las Indias, a luchar en Italia o Flandes, estar en prisión, verse enredado en un pleito y tomar los hábitos.

El libro tiene resonancias literarias del Siglo de Oro español, de los temas y decires de la novela picaresca y sigue la tradición árabe y muy cervantina de hacer que varios personajes cuenten la historia de su vida, con lo que presenta relatos y más relatos metidos unos dentro de otros como caja de sorpresas narrativas.

En fin un libro erudito, culto e instructivo, lleno de vitalidad, trufado de citas, algún poema que otro, y referencias cultas, escrito con una redacción exquisita, ameno y entretenido, que ilustra de manera brillante un momento muy curioso de nuestra historia y cumple a la perfección la misión de divulgarla y hacérnosla cercana.

Una novela estupenda de un escritor injustamente olvidado, que atesora muchas cualidades y mucho oficio. No es un libro fácil de encontrar, pero vale la pena hacer algo de minería literaria en bibliotecas y librerías de lance para conseguirlo.

Néstor Luján (Mataró, 1922-1995) fué un periodista, escritor y gastrónomo español. Licenciado en Filosofía y Letras en 1943, ese mismo año publicó su primer artículo en el semanario Destino. Allí fué ayudante del director, redactor jefe y finalmente, director de la revista en 1958. En 1952 se había sacado el carnet oficial de periodista en la Escuela Oficial de Periodismo, en la que llegó a ser profesor.

Periodista de enorme prestigio, figura de una amplísima cultura y un excelente gastrónomo, estuvo muy bien considerado. Miguel Delibes y Josep Plá admiraban sus artículos. Nos ha dejado cuatro buenas novelas, multitud de jugosos artículos y varios tratados sobre el buen comer.

Néstor Luján

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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