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domingo, 26 de septiembre de 2021

Georges Perec y los finales - Kim Nguyen Baraldi

Georges Perec (foto CC BY-SA 2.0 mr.paille)
 
He encontrado por casualidad un artículo de Kim Nguyen Baraldi (Bruselas, 1985), crítico literario y editor del fantástico blog Calle del Orco, sobre Georges Perec que realmente vale la pena leer en detalle pese a su extensión. Trata sobre el efecto desmesurado que tenían los finales de novelas y relatos que leía en ese autor francés, su obsesión sobre cómo acabar una narración con un final verdaderamente feliz, satisfactorio, y cómo esa obsesión condicionó y orientó toda su producción literaria. Según Nguyen:

«Georges Perec ha pasado a la posteridad por ser el escritor del espacio, el escritor de lo lúdico. Sin embargo, su obra es también un esfuerzo sobrehumano para ocultar el tema que más le atormentaba y que más preocupa a la literatura: el tiempo. Olvidar por un momento, como sea, el final que se nos viene encima».

Éste es el texto original completo, publicado en 2019:

 «Georges Perec y los finales».

Kim Nguyen Baraldi
 
Publicado por Antonio F. Rodríguez.

sábado, 16 de mayo de 2020

Leer es pensar


Leer es pensar. No es que leemos y luego pensamos, sino que pensamos algo y lo leemos en un libro que parece escrito por nosotros pero que no ha sido escrito por nosotros, sino que alguien en otro país, en otro lugar, en el pasado, lo ha escrito como un pensamiento todavía no pensado, hasta que por azar, siempre por azar, descubrimos el libro donde está claramente expresado lo que había estado, confusamente, no-pensado por nosotros. Un libro para cada uno de nosotros. Hace falta, para encontrarlo, una serie de acontecimientos encadenados accidentalmente para que al final uno vea la luz que, sin saber, está buscando.

Ricardo Piglia (Blanco nocturno, 2004)

Ricardo Piglia (Adrogué, 1941-2017) fué un escritor y crítico argentino.Estudió Historia,vivió en Mar del Plata y en Buenos Aires. Empezó a leer a Faulkner a los 18 años y siguió haciéndolo intermitentemente durante toda su vida.  

Le han interesado especialmente dos tipos de literatura: la basada en la oralidad popular hasta llegar a una exacerbación y crispación expresiva, como Guimarães Rosa o Juan Rulfo; y la vanguardista, basada en trabajar con vaios registros, como la de James Joyce o Manuel Puig.

Fué profesor en Harvard y en Princeton. Publicó cinco novelas y consiguió doce premios literarios importantes. Además es autor de innumerables ensayos, siete libros de relatos y un interminable diario. Ha visitado varias veces este blog.

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

miércoles, 27 de noviembre de 2019

La gente del 98 ante el flamenco - Eugenio Cobo


Título: La gente del 98 ante el flamenco
Autor: Eugenio Cobo
                    
Páginas: 346
            
Editorial: Athenaica
               
Precio: 22 euros 
                
Año de edición: 2019
   
Este fantástico ensayo es una de las mejores y más amplias introducciones que se pueden leer acerca de la llamada generación del 98, tal y como la bautizó Azorín. Hay que aclarar en primer lugar que el autor prefiere hablar de las gentes del 98, tal y como decía Baroja, porque más que una generación nítida, hubo una serie de escritores españoles que participaron de una misma época, marcada por la pérdida de las colonias y el noventayochismo.

En realidad, se trata de un erudito y muy completo ensayo, en el que se repasa la figura de nada menos que 31 escritores nacidos entre 1860 y 1875, tomando como hilo argumental su relación y postura ante el flamenco. Hay aquí autores de primera línea, desde Unamuno a Blasco Ibáñez, de segunda y de tercera o incluso cuarta fila. Este libro es la obra de toda una vida, porque Eugenio Cobo parece haberse leído por afición a lo largo de los años absolutamente todo lo que publicó este grupo del 98.

El trabajo es prolijo y a la vez muy ameno, porque este hombre tiene la virtud de la concisión, dice lo justo y hay tantas citas, coplas y fragmentos originales que la obra sirve de antología y permite al lector entrar en contacto con autores tan interesantes y poco conocidos como Arturo Reyes, los anarquistas Eduardo Barriobero y Guillermo Núñez de Prado, Cristóbal de Castro, el pintor Santiago Rusiñol, que resulta que también escribía, y tantos otros. La nómina es extensísima y uno tiene una oportunidad inmejorable de probarlos a todos. Un verdadero festín para el buen lector.

No falta el juicio crítico y certero, que reivindica el talento de los hermanos Álvarez Quintero, hoy muy olvidados, nos recuerda que Manuel Machado fué un gran poeta, eclipsado por su hermano Antonio, que éste último también era filósofo, y menciona esa gran novela titulada «La casa de la Troya», de Alejandro Pérez Lugín.

El tono del texto es el de los libros de historia, el autor se apoya continuamente en citas y hechos incontestables, los ordena y los presenta, opinando poco y situando al lector en la posición de formarse sus propias opiniones. Aquí se aprenden cosas muy interesantes, como que siempre hubo antitaurinos, en polémica con los taurinos más acérrimos, que Andalucía y en especial Málaga, era muy insegura y peligrosa, que los cafés cantantes eran muy populares y que había todo un ambiente que rodeaba al cante jondo de chulos, matones y bajos fondos muy poco atractivo.

Yendo al fondo del asunto principal, este libro rompe el tópico de que a las gentes del 98 no les gustaba el flamenco y que incluso lo rechazaban. Hubo de todo, como en botica, pero más bien abundaron los escritores claramente aficionados al flamenco, los que no salían del café cantante, como Baroja, los que valoraban y admiraban la música popular en general, incluyendo al flamenco, y los que no prestaban tanta atención digamos al género musical, pero encontraban en las letras flamencas cosas interesantes desde un punto de vista filosófico, existencial y poético.  

Si había un cierto rechazo, parece que no era tanto al flamenco como arte, sino al flamenquismo, es decir, a ese ambiente de juerga y bajos fondos que lo rodeaba. Es posible también que entonces el flamenco no estuviese tan claramente delimitado por el público en general como género como lo está ahora y mucha gente lo conociese dentro de un magma musical casi continuo con la copla, la canción española y la música popular, lo que dificultaba que tuviesen una opinión nitida sobre él.

Resumiendo, una obra interesantísima y muy entretenida, que desmiente clichés y profundiza en muchos detalles, escrita con rigor histórico, una apabullante erudición, profusión de citas, criterio literario y un gran conocimiento de los dos grandes temas centrales que trata: el 98 y el flamenco. Un libro estupendo y enciclopédico, que es a la vez antología, catálogo de escritores de esa época, tratado de historia, ensayo y compendio de crítica literaria. Todo eso en poco más de 300 páginas, una maravilla que os recomiendo sin dudar si de verdad os gusta ell noble vicio de la lectura.
                
Eugenio Cobo Guzmán (Mérida, 1951), flamencólogo, poeta y escritor, fué cofundador y codirector de la revista sobre flamenco «La caña». Ha escrito sobre flamenco y literatura en un buen número de revistas, ha impartido numerosas conferencias y es autor un buen número de libros sobre el flamenco.

Premio González Ciment 1996 por la obra «El flamenco en los escritores de la restauración (1876-1890)». Ha publicado también poesía y es miembro de la Cátedra de Flamencología y Estudios Folklóricos Andaluces. Actualmente forma parte del equipo de trabajo de la asociación Presencia gitana.
                 
Eugenio Cobo
    
Publicado por Antonio F. Rodríguez.

jueves, 25 de julio de 2019

Mientras haya bares - Juan Tallón


Título: Mientras haya bares 
Autor: Juan Tallón
 

Páginas: 350
 

Editorial: Círculo de tiza
 

Precio: 22 euros 
 

Año de edición: 2018 (4ª edición)

Este es un libro fascinante por su originalidad y su frescura. Se trata de una obra hecha de retazos, un suculento potaje de textos sueltos, artículos y reseñas muy breves, de un par de páginas cada uno, publicados en varios medios y recopilados aquí para mostrar un tono común. Y es que cuando un autor tiene una voz propia, una personalidad marcada, cuesta poco que sus escritos mantengan una íntima unidad. 

Tallón, ya lo conocemos, es un autor provocador, transgresor y algo gamberro, que dice escribir para no hacer cosas peores. Un escritor que muestra su conocimiento y admiración por los clásicos, su erudición y su capacidad para desvelar nuevos aspectos en obras que creíamos conocer bien. Y al mismo tiempo, reconoce sus coqueteos con las drogas,  sus borracheras, su falta de urbanidad y corrección política. Entre esos dos polos desarrolla un discurso original e iconoclasta, muy atractivo, que uno no puede dejar de leer.

El título tiene que ver con una de las parrafadas del autor, en la que alaba los bares como fuentes de vitalidad y llega a decir que «Un pueblo que pierde la capacidad para convocar una reunión alrededor de la barra de un bar es un pueblo muerto. Da igual que aún tenga habitantes. Como pueblo es un cadáver»

Esta obra es el reflejo de una época vivida entre libros y botellas, empapada de alcohol y literatura. Unos años dorados en los que el autor leía y bebía o bebía y escribía, y la manera de ver el mundo que mantuvo durante ese tiempo. Pertenecientes al género alcohólico, estas páginas contienen también mucha literatura.

Este hombre tiene un encanto arrollador. Se pasea por anécdotas literarias, citas de grandes autores, películas y series vistas a lo largo de toda una vida, con desparpajo, sarcasmo e ironía, par deleite de sus lectores y es de suponer, quepasmo de académicos recatados.

Tallón es un caníbal que ha fagocitado toneladas de buena literatura con la que alimenta su hoguera particular, en la que quema todo lo que se le viene a las mientes. Bohemio, imprevisible, un poco gamberro y gran escritor, es uno de los escritores de su generación con más talento y más originalidad. Vale l apena leerlo. Siempre, Juan Tallón.

Juan Tallón (Ourense, 1975) es licenciado en Filosofía por la Universidad de Santiago de Compostela. Colabora en prensa, radio, escribe artículos sobre fútbol, ha publicado un «Manual de fútbol» (2013) y cuatro novelas: «La pregunta perfecta» (2010), «Fin de poema» (2012), «El váter de Onetti» (2014) y «Salvaje Oeste» (2018), las dos primeras en gallego.

Es uno de los autores españoles en ejercicio con una voz propia más cargada de personalidad, una voz inconfundible. Tiene un blog titulado «Descartemos el revólver».

Juan Tallón

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

lunes, 1 de mayo de 2017

El último artículo de Bastenier


Miguel Ángel Bastenier (Barcelona, 1940), maestro de periodistas, falleció el pasado viernes en Madrid.

De padre de origen belga y madre española, nació en Barcelona y recibió la nacionalidad colombiana del presidente Uribe en 2003. Era licenciado en Derecho e Historia por la Universidad Central de Barcelona, licenciado en Lengua y Literatura inglesa por la Universidad de Cambridge y graduado en Periodismo por la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid.

Columnista consumado, fino analista de política internacional, era el prototipo de periodista culto, inteligente y con oficio, inteligente y respetuoso, que criticaba a sus adversarios con elegancia y elipsis. Un caballero de las letras. Sami Naïr le ha dedicado un emocionado obituario.

Aquí os dejo su último artículo, un alarde concisión y síntesis, en el que habla sobre un libro del historiador Josep Fontana y sin decir nada negativo, desnuda sus puntos débiles.

«Revolución en el siglo»

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

domingo, 3 de abril de 2016

El cine según Hitchcock - François Truffaut


Título: El cine según Hitchcock
Autor: François Truffaut
 
Páginas: 432
 
Editorial: Alianza 


Precio: 14,20 euros
 
Año de edición: 2010

Hay pocos libros que hayan sido clave en la historia y evolución del cine y éste es uno de ellos. Resume la entrevista de ocho días que le hizo en el año 1962 un crítico de cine llamado François Truffaut, que ya había dirigido nada menos que «Los cuatrocientos golpes», «Tirad sobre el pianista» y «Jules et Jim», al gran Alfred Hitchcock, que estaba acabando de montar «Los pájaros».  

Por aquel entonces, Hitchcock era un profesional solvente respetado en Hollywood y casi un desconocido en su país natal, pero no el genio admirado, proablemente el mejor director de cine en activo, en que se convirtió después de esa entrevista. Fué un encuentro que cambió su figura e hizo que el mundo entero se rindiese a sus pies y reconociese el enorme talento del mago del suspense. 

Dos genios, dos mostruos del cine, frente a frente durante horas hablando de qué es el cine, cómo se hace una película, laimportancia del montaje, de qué es el suspense, de cómo se dirige a las actrices, del macguffin, de sus gustos y obsesiones, y de mil cosas más.

Truffaut y Hitchcock

Una gozada para todos los amantes del buen cine y un libro que yo recomendaría leer, o al menos hojear, a todo el mundo por cultura general. Se cumplen ahora 50 años de su publicación en 1966 y para celebrarlo se acaba de estrenar un documental de 80 minutos dirigido por Kent Jones en el que se resume el contenido del libro, se oyen parte de las grabaciones originales, se muestran las fotos que hizo Philippe Halsman y se recogen las opiniones de una veintena de directores actuales. Una maravilla.

Aquí podéis ver el avance de la película:



La mujer que aparece es la traductora de Truffaut, que no, no sabía inglés suficiente. Me temo que es un libro obligatorio, que tenéis que leer. Y desde luego,lo que sí son imprescindibles son las películas de estos dos genios del cine, buscadlas y vedlas donde estén disponibles porque son auténticas joyas.

Alfred HItchcock (Londres, 1899-1980) (los apellidos ingleses suelen ser divertidos y éste me parece que significa algo así como «coger a un gallo en autostop») es uno de los grandes directores de la Historia del cine, autor de quince o dieciséis obras maestras y de más de cincuenta películas, a un increíble ritmo de una al año.

Introdujo innovaciones muy importantes, como la gestión del suspense, los movimientos de cámara imitando el punto de vista de una persona (con lo que obligaba al espectador a convertirse en voyeur), el empleo de información subliminal para inquietar al público y una habilidad en el montaje sobresaliente. Sus tramas son siempre perturbadoras, incluyen el crímen, una protagonista rubia, elementos del psicoanálisis, la violencia psicológica y una fuerte carga erótica. 

Tambien era un genio promocionándose a sí mismo. Se puede decir que inventó el cameo, al aparecer de pasada en casi todas sus películas y llevo a cabo varios «más difícil todavía» con auténtica maestría, como filmar toda una película prácticamente en un solo plano y en tiempo real («La soga»), convertir a un impedido en un detective de acción («La ventana indiscreta») o hacer toda una cinta en una barca («Náufragos»).

François Truffaut (París, 1932-1984) es otro de los grandes genios del cine y probablemente una de las personas que más ha influido en su Historia por dos cosas: «descubrió» a Hitchcock y fué una figura clave en el movimiento cinematográfico llamado la nouvelle vague, punto de partida de prácticamente lo mejor del cine europeo que se ha hecho después, ese cine sutil en el que predominan la naturalidad, los sentimientos y las emociones frente a la pura acción. 

Curiosamente, este director francés fué uno de los que sentó las bases de la diferencia entre el cine europeo y el de Hollywood, que puede representarse perfectamente mediante la figura de su admirado Hitchcock.

Era un crítico muy influyente de la revista «Cahiers du Cinéma», cuando un director que había sido víctima de una crítica especialmente dura le dijo que no tenía derecho a criticar de esa manera si no era capaz de dirigir una película. Truffaut le contestó que era perfectamente capaz de hacerlo y para demostrarlo dirigió «Los cuatrocientos golpes» (1959).

Truffaut y Hitchcock

Publicado por Antonio F. Rodríguez.