Título: Limpia Autora: Alia Trabucco Zerán
Páginas: 232 pág.
Editorial: Lumen
Precio: 18,90 euros
Año de edición: 2023
Hay una situación que
creo que se ha explotado poco hasta ahora en las novelas de suspense, el tema
de la trabajadora doméstica interna. Un asunto muy apropiado para autores como Patricia Highsmith o Stephen King. La verdad es que si se piensa en detalle, es una persona desconocida, una extraña que una familia mete en su hogar, convive con ella y en muchas ocasiones, pone bajo su tutela lo más querido: los niños. Como ocurre en Canción dulce de Leila Slimani.
En esta ocasión, el tema se presenta como una confesión en primera persona, directa y contundente, que interpela frontalmente a unos supuestos interrogadores dirigiéndose a ellos. ¿La policía? ¿Un psiquiatra forense? No sabemos.
La joven Estela deja a su madre en el sur para cuidar a una niña algo ansiosa y angustiada, en una casa de una familia de clase alta en Santiago de Chile. En el primer capítulo ya sabemos que al final, la niña muere. La intriga consiste en saber cómo y si, como sospechamos, Estela es la responsable de su muerte. La autora gestiona esa doble incertidumbre, la mantiene, la alimenta, a veces parece que la contradice, juega con ella y lo hace con habilidad, manteniendo la tensión dramática y con una notable elegancia formal. A lo largo de la narración van surgiendo una larga lista de aspectos oscuros de esa peculiar relación profesional y de convivencia, hasta componer lo que creo que es una estupenda novela negra doméstica: Estela es una chica acomplejada y nerviosa, con una buena mochila de traumas a la espalda y una personalidad inquietante; los señores la tratan bien, aparentemente, pero también hay escenas de humillación, destellos de prepotencia y arrogancia; la madre siente celos del cariño que su hija le tiene a su niñera; el padre es demasiado frío y calculador... pronto aparecen la tensión solapada, la envidia, la rivalidad, el rencor y hasta algo de odio. Claro que hay momentos felices, pero demasiado a menudo el ambiente parece ocupado por nubarrones de tormenta.
Una situación demasiado cargada, que Trabucco resume en una frase: «¿Y saben qué hay en el cento de esta historia? Calcetines negros de mugre, camisas con manchas de sangre, una niña infeliz, una mujer que aparenta y un hombre que calcula». Todo se precipita cuando muere en el pueblo la madre de Estela; la chica deja de hablar y las cosas se empiezan a torcer definitivamente, porque como dice la nanny, las muertes vienen de tres en tres: «Pero luego viene tres veces, eso decía mi mamá: cuando muere uno, Lita, siempre mueren dos más». La novela se remata con un inesperado final, con sorpresa incluida, que a la postre resulta lógico y natural.
El estilo es muy expresivo, va al grano en cada frase y describe en detalle la psicología de los tres personajes principales, los señores y la empleada de hogar. Hay muy pocos americanismos, y los lectores españoles pueden adivinar su significado fácilmente por el contexto. Quizás ulpo (papilla de harina tostada y agua fría), bencinera (gasolinera), chúcara (persona indócil, rebelde, de trato difícil) y zamarrear (zarandear con violencia) sean los únicos que aparecen en el texto.
Una novela espléndida, agobiante y tensa, en la que la información se dosifica cuidadosamente y sentimos desde el principio que la narradora no es trigo limpio. Un texto inquietante y bellamente escrito, la confesión de una joven indómita y rebelde, despiadada y lúcida. Una pesadilla doméstica, una tragedia cotidiana, en la que la tensión crece en cada frase hasta el poderoso desenlace final. Un libro inolvidable para pasarlo bien pasándolo mal.
Alia
Trabucco Zerán (Santiago de Chile,
1983) es una abogada, editora y escritora chilena, que proviene de una familia
de intelectuales y artistas. Su padre es director de cine y su madre,
periodista. Estudió Derecho en la Universidad
de Santiago y ejerció la profesión en varios casos de derechos humanos,
diversidad sexual y feminismo.
Luego obtuvo una Beca Fulbright de
Magister y se fue a vivir a Nueva York,
donde cursó un MFA en Escritura Creativa en la Universidad de
Nueva York. Con su primera novela, «La
resta», ganó el Premio a la Mejor Novela Inédita que otorga el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes
de Chile. Actualmente vive en Londres
donde disfruta de una beca del gobierno chileno para realizar una tesis sobre
literatura latinoamericana en el University
College de Londres.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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