miércoles, 26 de febrero de 2014

Argos el ciego - Gesualdo Bufalino


Título: Argos el ciego
Autor: Gesualdo Bufalino

Páginas: 192

Editorial: Anagrama

Precio: 5,70 euros

 Año de Edición: 2001

«Escribo porque tengo miedo. Cavo trincheras de palabras donde esconder la cabeza.»
Gesualdo Bufalino

Este libro, escrito en 1984, está dedicado a la memoria. El narrador, también llamado Gesualdo, un viejo sesentón, instalado en un hotel de Roma, evoca un verano maravilloso de su juventud, treinta años atrás, para escribir una obra dedicado al tiempo de la dicha, un libro feliz. El autor, acechado por la vejez y la enfermedad, se refugia en el esplendor de un pasado que no volverá, pero cuyo recuerdo es suficiente para calentarle el corazón e iluminar su vida.

Un tema tan artístico, tan bello, está envuelto en el lenguaje solvente y erudito, típico de este escritor siciliano, construido con frases redondas, brillantes, de una perfección asombrosa. ¡Qué bien escribe Bufalino!

Así empieza el libro:
«Fui joven y feliz un verano, en el 51. Ni antes ni después: aquel verano.»
y así termina:
«Vida, cuanto más languidece tu fuego más lo amo. Gota de miel, no te caigas. Minuto de oro, no te vayas.»
Un libro inolvidable, de los que enamoran, bellísimo, sobre la memoria y la felicidad pasada, melancólico y apasionado, pero no triste, sino siempre positivo. La memoria de alguien satisfecho y feliz de haber amado una vez, de haber sido amado, de haber conocido la felicidad. Como dicen unos versos de Quevedo: «Nada me desengaña; el mundo me ha hechizado».

Gesualdo Bufalino (Comiso, 1920-1996) es uno de los escritores sicilianos más notables y peculiares. Hijo de un modesto obrero, lector voraz y compulsivo desde niño, profesor de instituto, tímido, erudito, tuberculoso y estrábico. Un novelista excepcional, del que hay publicadas siete novelas en español. Comenzó a publicar a los 61 y su carrera se truncó abruptamente al morir atropellado a los 76 años.

Lo descubrió Leonardo Sciascia quien, al leer un texto de un catálogo de fotos antiguas se quedó boquiabierto e intuyó que allí había un escritor con una voz poderosa y única. Sciascia averigüó que el autor era un profesor de instituto sexagenario, tímido y que decía no haber escrito nada. Después de mucho insistir, reconoció haber hecho alguna traducción por pura afición... y que tenía una novela escrita hacía 10 años, la «Perorata del apestado» 
      
Después de muchos ruegos y súplicas, accedió a dejársela para que la leyera y así salió a la luz una novela simplemente genial, que se hizo famosa entre la crítica inmediatamente. Luego vinieron algunas obras más, el desengaño de conocer las miserias del mundo editorial y un sólida amistad entre los dos autores. Don Gesualdo es un escritor de otro planeta, ingenuo, puro, admirado sin reservas por el gran Sciascia y con un aroma inconfundible a clásico.

Gesualdo Bufalino y Leonardo Sciascia

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario