lunes, 27 de enero de 2025

Sé mía - Richard Ford

Título: Sé mía                                                                                                                        Autor: Richard Ford

Páginas: 400

Editorial: Anagrama

Precio: 21,90 euros

Año de edición: 2024

A estas alturas ya no puede sorprender que un nuevo libro de Richard Ford cumpla con las expectativas, por muy altas que sean. Y si la nueva novela se enmarca en el ciclo de obras protagonizadas por el cáustico, cínico, inteligente, humorístico, atento y reflexivo Frank Bascombe, el gozo de la lectura está garantizado. A Frank lo conocimos en esa obra maestra que es El periodista deportivo. Cuando parecía que un segundo libro con el mismo personaje sería tan superfluo como decepcionante, Richard Ford completó una trilogía añadiendo otras dos obras absolutamente sobresalientes: El Día de la Independencia y Acción de Gracias. Estas novelas componían un fresco de los últimos treinta o cuarenta años de Estados Unidos bajo la mirada de un hombre razonable, que buscaba la felicidad y que, de hecho, se consideraba feliz en un sentido abstracto y concienzudo. Cerraban un círculo de análisis psicológico y sociológico a partes iguales. Francamente, Frank, el libro de relatos que las siguió años más tarde, venía a ser una suerte de aclaración o explicación a qué le pasó a este personaje tan entrañable, al que el lector fiel, como es el caso de quien esto escribe, aprecia como si existiera y lo hubiera conocido. No añadía nada realmente a la trilogía, pero servía para quitar el «mono» sobre lo que le pasó después a Frank. Como cuando una película se cierra de un modo dichoso y el espectador, contento y complacido con los personajes, anhela solo unos minutos más de metraje para disfrutar de la felicidad de esos seres queridos, a quienes acompañamos superando un abultado cúmulo de dificultades y obstáculos, y con los que queremos compartir momentos más dulces.

Sé mía es otra cosa. Se trata de una continuación en toda regla de la trilogía original, y completa el cuadro vital de Bascombe, quizás, de manera definitiva. Creo que de forma completa porque este libro encara más que ninguno de los anteriores el verdadero tema de todos ellos: la felicidad. La esposa de Richard Ford le planteó precisamente ese reto cuando se puso a escribir El periodista deportivo. Le propuso escribir algo distinto a lo que había escrito hasta entonces. No sobre alguien desdichado, alguien en peligro, alguien en apuros, alguien con problemas. ¿Y qué tal si escribía una novela sobre una persona feliz? Sé mía, y Frank Bascombe en concreto, se interroga sobre la felicidad, y lo hace en uno de los momentos más duros de su vida. Su hijo Paul padece ELA. El pronóstico es letal y le quedan pocos meses de vida. Frank decide ser su cuidador hasta el final y, como parte del proceso de vivir una vida plena hasta el límite de las posibilidades, decide que podrían hacer un viaje al Monte Rushmore,  en Dakota del Sur, donde están esculpidas las cabezas de George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln. De paso, pasarían tiempo juntos y visitarían lugares tan pintorescos como el Palacio del Maíz de Mitchell.

A Frank Bascombe, el lector lo encuentra cada ciertonúmero de años en un no-lugar (un hotel, un aeropuerto, un pub en las afuera de un suburbio) y toman una copa. Él cuenta qué tal le va la vida (no demasiado mal, dadas las circunstancias), hace una valoración sobre sus sentimientos (en general, es feliz) y recuerda en qué punto del camino se halla y qué posibilidades apuntan en el horizonte del día o meses siguientes. Bascombe es uno de esos amigos queridos en lo más hondo que solo ves de vez en cuando y con los que conectas al instante, como si no hubiera pasado el tiempo. Probablemente, esa conexión no sería la misma en el caso de una mayor asiduidad en la relación.

A través de sus páginas, Sé mía vuelve a traernos a esa observador lleno de sentido del humor, descreído y esperanzado a la vez, que se llama Frank Bascombe. La enfermedad de su hijo le afecta y le impele a preguntarse si es y si fue feliz. El comportamiento de la sociedad estadounidense, las manías de sus compatriotas, sus opiniones políticas, su defectos y sus virtudes, todo ese amplio abanico de juicio sociológicos se entreteje con la habitual disección psicológica con la que Bascombe se analiza y analiza a sus amigos y familiares. Cada aspecto, cada gesto, cada consecuencia se pesan en la balanza del juicio atinado y curioso de este hombre de setenta y cuatro años, que sabe que entra en la recta final de su vida. La presencia de la muerte es clamorosa en la novela. Una presencia casi carnal. A través de la enfermedad de su hijo, Bascombe reflexiona sobre su propia finitud y las estrategias que el ser humano utiliza para sortear los temores que ello acarrea.

Con una prosa clara y concisa propia de cierta narrativa norteamericana («realismo exhaustivo», lo llamó el crítico José María Guelbenzu, términos en mi opinión más acertados que los usuales de «realismo sucio»), Ford nos regala una nueva maravilla narrativa. Conviene aclarar, eso sí, que no es para todos los paladares. Ni esta novela, ni el resto de libros del autor. Sus tramas avanzan con pasos hacia adelante y hacia atrás, sin demasiados hechos extraordinarios, con un detallismo exagerado en las descripciones, referencias continuas a la cultura popular estadounidense, y diálogos en los que la elipsis envuelve la comunicación. Pese la severa exactitud en la narración, lo más importante que intenta transmitir Richard Ford es lo que calla, lo que queda en silencio. Aceptada la propuesta, al lector le corresponde disfrutar.

Richard Ford

Richard Ford (Jackson, Misisipi, 1944) recibió el Premio Princesa de Asturias de las Letras en 2016. Autor sólido y reconocido, ha publicado las novelas Un trozo de mi corazón, La última oportunidad, Incendios, Canadá y la serie protagonizada por Frank Bascombe; cuatro libros de relatos: Rock Springs, De mujeres con hombres, Pecados sin cuento y Lamento lo ocurrido; y los volúmenes memorialísticos Mi madre, Flores en las grietas y Entre ellos. Ha ganado también el Pulitzer y el PEN/Faulkner.

Publicado por José Ángel Gayol.

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