Título: Amor y morriña Autor: Theodor Kallifatides
Páginas: 224
Editorial: Galaxia Gutenberg
Precio: 20,50 euros
Año de edición: 2022
¿Cómo se puede vivir un enamoramiento de una mujer casada y con una hija? En esta novela se cuenta una historia basada en una situación así de comprometida y difícil, historia que parece autobiográfica y que, desde luego está excelentemente bien tratada.
«La vio todas las tardes de esa primavera. Iba con su hija, una niña de seis o siete años que no paraba de dar volteretas laterales y a la que fotografiaba con devoción». Así empieza este texto, cuya acción se sitúa en 1966, cuando el protagonista es un pobre inmigrante griego de 25 años en la opulenta y segura Suecia, que trata de sobrevivir como camarero mientras sueña con ser poeta y echa de menos Grecia todos los días.
Entreverados con las peripecias y cuitas amorosas del joven protagonista, el lector encuentra múltiples retazos de cultura griega, como: menciones de Aristóteles, una preocupación continua por el significado real de la catársis, poemas de Seferis y sobre todo, del gran Cavafis, la forma de fumar de los vejos griegos, que se comen el humo, que la delación es un vicio griego, qué es ser un boya, que tragedia significa canto del macho cabrío, que los griegos nunca se rinden, que lo primero que aprende una chica griega es a pasar desapercibida y un chico griego a que lo vean, refranes helenos, que la belleza es una tirana de reinado muy corto y que los juramentos en nombre de Afrodita no cuentan.
Especialmente interesantes son las pinceladas que resumen su opinión de los suecos: los dos argumentos para una crítica demoledora —no entiendo que quieres decir exactamente y estás mezclando dos cosas distintas—, que los suecos tienen un cerebro diésel, que en Suecia nadie ofrece tabaco, que su ironía le había causado problemas en Grecia porque la captaban y en Suecia, no...
Y las ideas de un hombre reflexivo y perspicaz, que analiza su vida y lo que le pasa: «El hecho de ser una criatura moral no garantiza que vayas a hacer siempre lo correcto», «En cambio, siempre sabes cuándo te has equivocado», «Lo difícil no es descubrir qué debemos hacer. Lo difícil es saber cuándo y cómo hacerlo», «No basta con aprender una lengua. También hay que cambiarse las tripas», «¿Qué quedara de mí cuando aprenda sueco?», «El dios de los franceses debe de ser un cocinero», «Italia era sexo. Alemania era prohibición. Francia, conversación. Inglaterra, reyes y locos. Y Grecia, dolor».
El estilo es poético, apasionado, evocador, algo escueto y abunda en frases recortadas y sencillas, contenidas y directas, que emocionan al lector con frecuencia y que, en conjunto, parecen recordar que se trata de un autor mediterráneo, sí, pero reconvertido en nórdico.
Un libro muy sincero, honesto, lleno de sencillez y humanidad, en el que el autor se desnuda emocionalmente ante nosotros, contándonos en profundidad cómo se enamoró y vivió una historia de amor espinosa y compleja, que parece verídica y le ofrece la oportunidad de desplegar toda su sensibilidad y mucho de su carácter y forma de ser. Una novela que parece una larga poesía sin rimar, como los antiguos romances. Un libro que da gusto leer, mientras se desliza suave y agradablemente, navegando hasta el inesperado desenlace. Una obra excepcional de un escritor que sabe como pocos aprovechar todo el caudal de su cultura de origen, la profunda y amplia cultura griega.
La traducción, excelente por lo que a mí se me alcanza, está hecha al alimón por la gaditana Carmen Montes Cano, ganadora del Premio Nacional a la Mejor Traducción en 2013 y por la granadina Eva Gamundi Alcaide.
Hijo de un maestro, su familia emigró primero a Atenas, donde estudió en la Escuela de Arte Dramático de Karolus Koun, y luego a Estocolmo. Allí estudió Filosofía y publicó su primer libro de poemas en 1969. Fue lector en la Universidad de Estocolmo y director de la Bonniers literary magazine.
Ha escrito más de cuarenta libros de narrativa, poesía y ensayo, traducidos a más de veinte idiomas y muy valorados por la crítica sueca. En casi todos ellos se trata el tema de la identidad y la cultura griegas, la emigración y qué significa ser un extranjero en Suecia. Ya hemos hablado aquí de varios de sus libros. Ha ganado premios literarios tanto en su país de origen como en el que vive.
Su nombre viene de la misma raíz que calafatear, cerrar las junturas de las maderas de una embarcación con estopa y brea, para impermeabilizar el casco y que no entre el agua. Así que, seguramente desciende de hombres de mar.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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