Título: La dulce
Autor: Fiódor Dostoievski
Páginas: 128
Editorial: Funambulista
Precio: 10 euros
Año de edición: 2013
Esta novelita, escrita por Dostoievski en 1876, cuando ya era Dostoievski, bien puede servir de resumen y muestra de sus obsesiones y temas favoritos: la desgracia, el sufrimiento, la incomunicación, la culpa y la expiación.
Está basada en un hecho real y cuenta la historia, en forma de monólogo y confesión alucinada, que roza el monólogo interior y otros planteamientos modernos, de un hombre maduro, de 41 años que acaba de llegar a casa y encontrarse con que su mujer, de 16, se ha suicidado.
Por supuesto, el hombre está muy alterado, no ordena sus pensamientos con facilidad y así, a trompicones y ráfagas avanza la narración, en la que el marido que acaba de verse viudo cuenta desde el principio cómo conoció a la chica y todo lo que ha pasado desde entonces.
Naturalmente, tratándose de nuestro amigo Fiódor, el matrimonio fué fruto de una relación anómala, algo enfermiza... pero no puedo contar más, tenéis que leer esta historia maltrecha y trágica para asomaros una vez más al alma de este ruso genial, todo un coloso de la literatura que, hasta cuando escribe obras menores, novelas cortas como ésta, es grande, muy grande.
Fiódor Dostoievski (Moscú,
1821-1881) tuvo un padre
autoritario, médico de profesión, y una madre dulce y cariñosa. Cuando
tenía 16 años murió su madre de tuberculosis y dos años después,
falleció su padre, alcoholizado. Durante muchos años
tuvo remordimientos por haber deseado la muerte de su progenitor.
Fué un lector precoz y compulsivo, epiléptico, depresivo, medio loco, con tendencias obsesivas, ludópata, condenado a muerte y un carácter apasionado. Reunió dos caraterísticas que suelen darse en los grandes escritores: un alma atormentada y un talento extraordinario para escribir.
Fué un lector precoz y compulsivo, epiléptico, depresivo, medio loco, con tendencias obsesivas, ludópata, condenado a muerte y un carácter apasionado. Reunió dos caraterísticas que suelen darse en los grandes escritores: un alma atormentada y un talento extraordinario para escribir.
Dostoievski joven
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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