lunes, 7 de abril de 2025

Vinieron como golondrinas - William Maxwell


Título: Vinieron como golondrinas                                                                                         Autor: William Maxwell

Páginas: 224

Editorial: LIbros del Asteroide

Precio: 16,95 euros

Año de edición: 2006

Esta flamante novela, con aire de clásico, sencilla en apariencia y de gran complejidad psicológica, gira alrededor de la figura de una madre de familia, un ama de casa dulce y eficaz. La describe de manera indirecta, través de la mirada de las tres personas que la rodean y forman su núcleo familiar:  su hijo pequeño, Bunny, de ocho años; su hijo mayor, un adolescente en pleno crecimiento, y su marido, James. Para Bunny, su madre es un ángel que ilumina toda su vida y de la que depende emocionalmente. Para Robert es alguien a quien proteger; estamos a principios del siglo XX y la llamada gripe española ha llegado a la ciudad. Y para James, es su Norte, el centro y soporte de su vida, que se desmoronaría como un castillo de arena sin ella.

La novela, publicada originalmente en 1937, se divide en tres partes, cada una contada por un narrador omnisciente que se acerca a cada uno de esos tres personajes y nos presenta su punto de vista. La psicología de los tres está descrita de manera magistral, indirectamente y a través de lo que piensan y desean, con naturalidad y realismo. El lenguaje es sencillo, minimalista y la gracia del libro, en mi opinión, es que se describe muy bien la atmósfera que se vive en la familia, pero esa atmósfera es ligeramente diferente para cada uno de los tres protagonistas. Las relaciones familiares están recogidas maravillosamente bien y en profundidad, la relación de Bunny con su madre, la relación entre los dos hermanos, la relación con la tía Irene... todo un fresco, costumbrista y detallado, de una familia estadounidense de clase media en los primeros años del siglo XX.

El texto recuerda algo a William Saroyan, pero emplea muchas más descripciones de acciones cotidianos a bajo nivel de abstracción, lo que ayuda a tener la sensación de que nos hemos introducido en el hogar de los Morison, como testigos invisibles de su vida cotidiana. La historia que se cuenta tiene evidentes raíces autobiográficas y parece haber servido para que el autor reelabore el haber perdido a su madre a los diez años y también debido a la gripe española.

En fin, una novela estupenda, un clásico estadounidense, que nos demuestra que hay muchas maneras de practicar el realismo manteniendo la fidelidad a la realidad. Ésta es una de ellas. Leerla es toda una experiencia.

La traducción del inglés, que parece correcta y ajustada, es obra de la madrileña Gabriela Bustelo, filóloga, escritora, periodista y traductora, hija del político Carlos Bustelo, que ha publicado ya siete novelas. Esta edición viene acompañada de un estupendo prólogo del escritor boliviano Edmundo Paz Soldán (Cochabamba, 1967). El título está tomado del primer verso de un poema de Yeats: «Vinieron como golondrinas y como golondrinas se fueron...».

William Maxwell (Lincoln, Illinois, 1908-2000) fue un escritor y editor estadounidense. A los diez años perdió a su madre en la epidemia de gripe del 18, lo que marcó su obra. Estudió Literatura en las universidades de llinois y Harvard. Fue editor literario de The New Yorker durante 40 años, lo que le permiió trabajar y demostrar su liderazgo con una larga lista de escritores de primera línea. Eudora Welty dijo de él: «Para los escritores de ficción Maxwell era el General».

Publicó su primera novela a los 26 años. Escribió a lo largo de su vida seis novelas, nueve volúmenes de relatos, varios ensayos y unas estupendas memorias. Su obra ha tenido muy buena acogida entre crítica y público.

William Maxwell

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

domingo, 6 de abril de 2025

Los bonobos se comunican casi como los humanos

Los bonobos (pan paniscus) están considerados por los científicos, junto a los chimpancés (pan troglodytes), los parientes más cercanos al ser humano en el reino animal. Presentan además características que los hacen especialmente interesantes. 

En ocasiones, andan erguidos sobre dos patas, tienen una cultura matriarcal e igualitaria, y el sexo ocupa un papel predominante en todas sus relaciones sociales, por ejemplo, para resolver conflictos en lugar de la violencia. Parece que son capaces de manifestar altruismo, compasión, empatía, amabilidad, paciencia y sensibilidad. Suelen ser considerados, a menos en cautividad, más inteligentes que los chimpancés. Manejan herramientas rudimentarias, se reconocen frente a un espejo, pueden aprender a jugar al pac-man y hay bonobos que aprenden el lenguaje de los sordomudos, como Kanzi, que lo aprendió mientras se lo enseñaban a su madre.

Todos estos aspectos son fascinantes, pero recientemente, los investigadores de la Universidad de Zúrich han estado observando cómo se comunican estos animales en la selva del Congo y han llegado a conclusiones sorprendentes. Se comunican mediante una especie de cantos y se ha comprobado que, aproximadamente en la mitad de sus comunicaciones, mezclan dos o más cantos en rápida sucesión. Eso es muy importante, porque parece ser que manejan así significados diferentes de los de los cantos originales, es decir, encadenan vocalizaciones para producir frases con significados que van más allá de la suma de sus partes, algo que a menudo se considera exclusivo del lenguaje humano. Por ejemplo, decir que alguien es un «mal bailarín», no quiere decir que sea «malo» y además «bailarín», los significados no se suman, se combinan. Los bonobos decían cosas como «sigamos andando», «me estoy alimentando», «¡ven a ayudarme, rápido»«vamos a construir un nido». Según parece, esos mensajes iban siempre encaminados a coordinar el grupo.

Un detalle más que indica que no hay una diferencia tajante y cualitativa entre el ser humano y el resto de animales, sino más bien una gradación contínua de habilidades compartidas.

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

sábado, 5 de abril de 2025

La memoria colonial española en películas

El Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA) ha abierto recientemente la versión beta de una plataforma de contenidos audiovisuales públicos y gratuitos, Platfo, dirigida tanto al público en general como a especialistas, sobre el patrimonio cinematográfico y audiovisual español. Para entendernos, un sitio para ver películas y documentales gratis, que ofrecerá progresivamente los fondos de la Filmoteca Española y otros archivos fílmicos.

De momento, se pueden ver metrajes de los siguientes apartados:

  • Cine de los inicios.
  • Cine doméstico.
  • Escuela de cine. 
  • Cine mudo.
  • Guerra civil.
  • Cine colonial.
Particularmente atractivo me parece éste último apartado, el dedicado a Cine colonial, que ofrece documentales de época sobre Guinea Ecuatorial, Sáhara Occidental, Ifni y Marruecos,. como los 30 cortometrajes que rodó Hermic FIlms en 1944 en un viaje a Guinea. En fin, un auténtico filón al alcance de todos.
 
Publicado por Antonio F. Rodríguez.

viernes, 4 de abril de 2025

La mujer que disparó a Mussolini - Frances Stonor Saunders

Título: La mujer que disparó a Mussolini                                                                             Autora: Frances Stonor Saunders

Páginas: 428

Editorial: Capitán Swing

Precio: 21 euros

Año de edición: 2014

En abril de 1926 Benito Mussolini, dictador en ciernes de Italia, salía de presidir un congreso internacional de cirujanos. El hombre fuerte de Italia vestía como un inversor de bolsa o un registrador de la propiedad: levita, corbata con cuello duro y bombín. Entre el gentío que saludaba al dictador estaba una mujer con aspecto de mendiga. A codazos consiguió colocarse al lado de Mussolini. Le saludó. Él se dio la vuelta y devolvió el saludo. De repente, la mujer sacó una pistola y disparó. La bala rozó la nariz del Duce. El segundo disparo se encasquilló. Los curiosos se abalanzaron sobre ella. Fue detenida. La escena duró dos segundos. El atónito Mussolini mantuvo el tipo: tranquilos, tranquilos, no me pasa nada. Muy pronto se supo el nombre de la magnicida frustrada. Se llamaba Violet Gibson, de cincuenta años e irlandesa. 

De descubrir quién era esa mujer que podía haber cambiado la historia se ocupa la periodista británica Frances Stonor Saunders en su excelente reportaje histórico La mujer que disparó a Mussolini. El aspecto de Violet Gibson cuando baleó al dictador italiano era lamentable. Pero sus orígenes eran de alcurnia. Violet había nacido en Dublín en el seno de una familia de la aristocracia angloirlandesa. De joven era una belleza prerrafaelita que llegó a codearse con la mismísima familia real. Bailes, colegios de élite, matrimonios concertados, aprendizaje de idiomas y tocar el piano. Las mujeres aristocráticas vivían en una jaula de oro. Sin embargo, Violet no era exactamente una mujer convencional. Tenía intereses místicos, religiosos, de sacrificio por algún ideal superior. Era rara, dicho sea con todo el respeto. 

Su familia era acaudalada, así que ella recibía una buena asignación mensual que le permitía vivir con desahogo y cultivar sus obsesiones. Se separó de su familia. Acabó convirtiéndose al catolicismo, tras pasar por la teosofía. Para la aristocracia británica anglicana convertirse a la fe papista era casi peor que volverse anarquista. Violet quedó en vía muerta. Una rara avis. Su desazón interior arruinó su salud. Sufrió un cáncer de pecho y una infección intestinal que estuvieron a punto de costarle la vida. La hermosa joven se convirtió en una vieja desdentada y canosa vestida de negro. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, Violet era una pacifista convencida. Cuando acabó el conflicto su salud mental empezó a flaquear. Buscaba desesperadamente su redención mediante la entrega incondicional a un ideal superior, como una mártir de la antigüedad. 

La vida temprana de Mussolini, el hombre que busca, como firmaba sus artículos de juventud, también fue interesante. De familia humilde. Socialista. Revolucionario. Ateo. Maestro de escuela fracasado a quien los niños llamaban el tirano. Exiliado pobre en Suiza (en donde Violet vivió una temporada en una residencia de lujo), periodista, antibelicista, luego convertido al nacionalismo más ardiente, combatiente durante la Primera Guerra Mundial, fundador del fascismo en 1919, presidente del gobierno italiano en 1922, esforzado aprendiz de dictador a partir de 1925. Pese a su imagen, hoy ridícula, de superhombre de cartón piedra, Mussolini era un individuo dubitativo y de mala salud. 

Así que Violet y Benito, tan diferentes y tan parecidos en sus desequilibrios espirituales, hijos de una época agitada, dando vueltas sobre sí mismos, acabaron por encontrarse en el tragicómico atentado de 1926. Frances Stonor, con la agilidad narrativa de los buenos periodistas, consigue desembrollar la madeja de una vida increíble, llena de ideales, apasionada, disparatada, hasta hace muy poco desconocida, que estuvo a punto de lograr lo que miles de antifascistas anhelaban: matar a Mussolini. No se pierdan este libro. Su lectura merece la pena. 

Frances Stonor Saunders

Frances Stonor Saunders (1966) es una periodista e historiadora británica nacida en Londres. Estudió en la Universidad de Oxford. Documentalista de temas históricos para la BBC, su primer libro La CIA y la guerra fría cultural (1999) tuvo un notable éxito de crítica y público. En España se publicó en 2013. Frances Stonor sigue escribiendo. También participa en programas radiofónicos y en la producción de documentales. 

Publicado por Alberto.