Precio: 15,50 euros
Año de edición: 2011
Abel, recién licenciado en medicina a sus veinticinco años, expone en casa la insalvable necesidad de marcharse a pasar el verano a El Castril, la localidad cántabra ficticia en la que hasta enero vivía su ya difunta abuela, para preparar lo mejor posible unas próximas oposiciones. Estamos en mil novecientos noventa y tres. Sin embargo, rápidamente se desvelará en el texto que, más que estudiar tranquilamente, hay dos grandes motivos para volver, un verano más, de Valladolid a Cantabria: un amor inolvidable y en cierto modo imposible, y el enigma que le supone su abuelo, el Dr. Rojo, a quien no llegó a conocer.
Todo transcurre así, en la Cantabria rural, en la montaña, sin rastro de Santander salvo contadas menciones, entre días soleados y agradables, con charlas continuas de Abel con quienes conocieron al Dr. Rojo y han decidido decir quién era realmente. Pero también con quienes no son tan proclives a informar, a los que hay que sacarles las palabras con sacacorchos. Así aparecerán nuevos personajes más allá de la familia de Abel y su pretendida Noe, y un pasado familiar más turbio que el impecable y oficial que había llegado a oídos de este curioso nieto.
José Manuel de la Huerga ha sabido desarrollar magistralmente en este libro, como pocas novelas lo consiguen hacer, la capacidad de representar un verano fresco, del norte. Apetece mucho en estas fechas.
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