viernes, 2 de mayo de 2025

Una misa por la ciudad de Arras - Andzrej Szczypiorski

Título: Una misa por la ciudad de Arras                                                                                Autor: Andzrej Szczypiorski

Páginas: 174

Editorial: El Aleph

Precio: 5,80 euros

Año de edición: 2002

Andzrej Szczypiorski fue un escritor polaco de nombre y apellido impronunciables. Impronunciables para los celtíberos, quiero decir; seguramente que en polaco suenan muy bien. El caso es que este autor es conocido por dos excelentes novelas traducidas al castellano: La bella señora Seidenman y Una misa por la ciudad de Arras. Dejamos la primera para otra ocasión. Vamos a comentar brevemente la segunda. 

Una misa por la ciudad de Arras, publicada originalmente en 1971, es un magnífico ejemplo de novela histórica. Un género muy frecuentado y bastante desigual. Novelas magníficas se codean con verdaderos engendros ucrónicos sin pies ni cabeza que, como dijo en una ocasión Baroja, nunca deberían haber salido del árbol. Esta novela trata de cómo el fanatismo destruye una comunidad. La búsqueda perfeccionista de la pureza, adobada por el revanchismo social y la superstición, acaba en un horror crepitante de hogueras y tormentos que se ceba en los inocentes. 

A fines del siglo XV Arras era una ciudad borgoñona con una próspera vida municipal. Claro que el otoño de la edad media no fue fácil para nadie. Arras sufrió la guerra, la peste, el hambre y hasta el canibalismo. Tres años después de ese desastre se desencadenó otro: un vecino acusó a un judío de echarle el mal de ojo a su caballo. El mecanismo de las persecuciones empezó con ese minúsculo incidente. El diablo andaba por las callejuelas de la ciudad provocando desgracias sin cuento. Para pisarle el rabo a Satanás hay que destruir a sus cómplices. Se levanta el telón. 

Un personaje llamado Jan, educado y culto, aunque dubitativo y temeroso, nos cuenta en primera persona la historia de Arras. La peste vino acompañada de una destrucción de la vida comunitaria que dejó huellas indelebles en los habitantes de la ciudad. Quedó marcada a fuego la necesidad de expiar esta culpa colectiva. Fuimos pecadores; para salvarnos tendremos que ser más puros que los santos del cielo. Pero la pureza en este bajo mundo equivale a quitar la mala hierba de un cultivo: las almas puras florecen cuando se arrancan y queman los rastrojos que impiden crecer a la mies. Y esto fue lo que sucedió en la bendita ciudad de Arras

El padre Albert, anciano sacerdote, impulsa la purificación. El cristianismo defiende poner la otra mejilla ante el agresor. Sobre el papel, claro. Sin embargo, Arras sufre una agresión diabólica. Satanás espía desde los rincones. Es necesaria la purga para superar el peligro. Sin cómplices, el demonio será derrotado y se salvará la ciudad. Los hombres son débiles y pecadores. Cualquiera puede ser culpable. Queda abierta la veda.  

La contrafigura de Albert, el fanático, es David, obispo de Utrecht. Se trata de un tipo astuto, mundano y promotor de las artes. No confía en los hombres. Tampoco quiere mandarlos al cielo por la vía rápida de la hoguera. Si manda matar es por una causa justificada. Nunca por una elucubración fantástica. David es un príncipe del Renacimiento amante de la vida, no un Savonarola enamorado de la muerte. Por suerte para los demás, no es «bueno», no desea salvar almas. 

Una misa por la ciudad de Arras es una gran novela. Perfecta en su estructura. Excelente a la hora de combinar narración y reflexión. Con pasajes durísimos, sin melodrama. Y con una pregunta que flota entre sus páginas: ¿en momentos de crisis, es preferible un despotismo ilustrado, que mantenga el orden y la razón, o las masas supersticiosas, hábilmente manipuladas, tienen derecho a hacer lo que les venga en gana? La respuesta corre de cuenta del lector. 

Andzrej Szczypiorski en 1989 (foto Jacek Marczewski)

Andzrej Szczypiorski (1928-2000) fue un escritor polaco nacido en Varsovia. Muy joven participó en la lucha contra el ocupante nazi. En 1952 empezó a publicar sus primeros trabajos literarios. Trabajó asimismo en la radio y la diplomacia. En 1968 se apartó de los comunistas cuando desencadenaron una campaña antisemita. De hecho, Una misapor la ciudad de Arras (1971), ambientada en la edad media, se considera en buena medida una parábola de esa persecución. Andzrej se convirtió en un disidente. Estuvo en la cárcel. Pero la dictadura comunista polaca acabó por caer. Andzrej Szczypiorski falleció en 2000 en una Polonia ya democrática. 

Publicado por Alberto.

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