Páginas: 160
Editorial: Salto de página
Precio: 15,95 euros
Año: 2011
He visto la obra de Rafael Pinedo, tal vez por concentrada en muy pocos años y también bastante reducida —se trata de un autor tardío que murió joven— incluida en un único volumen, incluso por el mismo autor, como si de una trilogía se tratase. Sin embargo, ahora que me he adentrado en ella y ya voy por su segunda novela leída, puedo decir que estoy ante una obra nueva, sin conexión alguna con la primera, incluso con un planteamiento narrativo bien diferenciado. Se trata una historia que guarda más cohesión, está más novelada y que si en algo es continuista con «Plop», es en su trama apocalíptica.
Rafael Pinedo en esta ocasión, más que crear un escenario con pasado y sin futuro a base de fogonazos literarios que podrían considerarse por sí solos pequeños relatos, se centra en una protagonista, una monja, que decide soportar en su convento una duradera ola de frío. Habrá una correlación entre los capítulos mucho más estrecha que en su anterior trabajo, y en ningún momento nos andaremos por las ramas con historias colaterales.
En un lugar de Argentina, el frío llega desde el sur y espanta a todos los habitantes hacia tierras más cálidas del norte, y así ha sucedido en un convento donde casi todos los miembros de una congregación religiosa han decidido huir, a excepción de una de sus monjas, que prefiere quedarse a soportar la borrasca. Queda convencida que esa es la misión que Dios tiene para ella, y ese convencimiento será inquebrantable para alimentar un ímpetu capaz de superar los contratiempos que el frío le vaya presentando.
Se puede tratar por momentos de un libro esperanzador, en medio de la blancura de la nieve, también de reclusión en una celda de convento, e incluso de una muestra de la locura mística ante la adversidad. Tendremos a una religiosa con una psicología creyente bien perfilada por los cánones del cristianismo, y la exención de tener que definir personajes abre una inmensa ventana al despliegue literario en íntima armonía con la trama.
Rafael Pinedo (Buenos Aires, 1954-2006) debió transitar de una impulsiva juventud —quemó toda su obra escrita con dieciocho años y tardó décadas en volver a escribir— a una reflexiva adultez, que en su producción literaria se ha traducido en novelas muy pensadas, que se presentan ante el lector como lecturas bastante redondas. «Frío» se posicionó como una de las diez finalistas del Premio Planeta Argentina 2004.
Publicado por Jesús Rojas.
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