Se ha descubierto recientemente en el subsuelo de la ciudad croata de Pula una delicada estatua romana de mármol blanco, del siglo II, que representa a Cupido dormido. La estatua tiene un metro de longitud y se ha hallado a unos tres metros de profundidad, debajo de la calle Castropola. En ella, puede verse a un niño dormido sobre una piel de león, acompañado por una serpiente.
La imagen es de una finura extraordinaria, muy bella y el hallazgo, ya de por sí notable, invita a dejarse llevar por la poesía que subyace a algunas noticias.
¿Quizás el amor ha caído, está muerto, en un mundo prosaico y materialista, en el que no hay tiempo para nada, ni siquiera para amar? ¿Quizás ha muerto mordido por la serpiente, símbolo del mal y el pecado? ¿O está solamente dormido, en un dulce sueño, y un afortunado arqueólogo lo ha despertado después de una siesta de 2000 años? ¿Cómo verá ese investigador a su pareja cuando regrese a casa? ¿La verá a lo mejor resplandeciente, con los ojos brillantes y llena de luz? ¿Con qué habrá soñado esa noche? ¿Con que el Cupido recién hallado se despierta, se despereza sensualmente, le sonríe y le guiña un ojo?
De todas maneras, entre tantas desgracias y cataclismos, por fin una buena nueva: han hallado al amor dormido en la costa de Croacia.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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