Título: Confesiones a Alá
Autora: Saphia Azzeddine
Páginas: 128
Editorial: Demipage
Precio: 18 euros
Año de edición: 2011
Jbara vive en un pequeño pueblo montañoso en algún lugar del Magreb, con sus padres, cinco hermanos y un rebaño de cabras. Su existencia de pastora es dura. Su padre, un hombre ignorante y brutal, la explota y la maltrata. Ella se prostituye por unas golosinas. No sabe lo bella que es y está llena de ira contra todo. En su fuero interno, habla con Alá. Pero las cosas no seguirán así por mucho tiempo, la chica aprovechará la primera oportunidad para dejar todo ese mundo atrás y buscarse una nueva vida.
Ese es el planteamiento con el que arranca esta novela descarnada y directa, contundente, que te atrapa sin remedio hasta el final. Una historia impactante de opresión, prostitución y redención, punteada por los monólogos de la protagonista con su dios, en los que la autora despliega un interesante arco de evolución, desde los reproches más irreverentes del principio hasta los diálogos finales, completamente diferentes.
El estilo es directo, de frases cortas y aceradas, plagado al principio de palabras gruesas que resultan un poco chocantes, pero tengo que reconocer que, en este caso, el guion lo exige. Una novelita que empieza siendo como una patada en el estómago y acaba pareciendo una caricia. Una obra tremenda, sin anestesia, sarcástica y desengañada, que acaba con un rayo de esperanza. Un texto feminista, terriblemente duro, pero es que la situación no está para menos. Un libro de esos que no dejará indiferente a nadie, que se lee de un tirón y, si se aguanta hasta la página 20, ya no se puede dejar de leer.
La historia está narrada en primera persona, siempre en presente, lo que le da una cercanía especial y, la verdad, el lector tiene la impresión de que le están contando un caso real, que ha sucedido en algún momento. La narración tiene algo de picaresca y contiene una crítica total y corrosiva a la sociedad islámica norteafricana, a sus costumbres, a un buen número de sus creencias y al profundo machismo en que se basa.
Veamos algunas citas para completar el cuadro y mostrar mejor de qué estamos hablando: «Tafafilt es la muerte y, sin embargo, aquí me tocó nacer», «La belleza es una noción de ricos», «Dios no existe, eso creo [...] solo pido que algo pase en mi vida; que, al menos por una vez, me vea en una encrucijada y pueda elegir», «La miseria es fea, viscosa, sucia, perniciosa y viciosa», «No hay tiempo para remover mi mierda, tengo que limpiar la de los demás», «En realidad, no sé muy bien qué es un aguacate. Pero lo averiguaré».
En fin, una novela inolvidable, que te atrapa sin remedio. Una historia de salvación extremadamente dura, tan fuerte como la realidad que describe, sin paños calientes. Y un alarde de oficio y saber hacer. Una obra excelente, rompedora y tremenda. Una buena novela.
La impecable traducción del francés es obra de Purificación Meseguer, profesora titular de la Universidad de Murcia. Esta novela obtuvo en 2008 el Premio Nice-Baie-des-Ange.
Saphia Azzeddine (Agadir, 1979) es una escritora, guionista, actriz y directora franco-marroquí, hija de una marroquí-francesa y de un marroquí. Pasó su infancia en Agadir y a los 9 años se trasladó con su familia a la ciudad francesa de Ferney-Voltaire, en la frontera con Suiza. Estudió Sociología en Ginebra y estuvo un tiempo trabajando en un taller de diamantes. Actualmente vive en París.
A los 21 años, escribió esta su primera novela, Confesiones a Alá, que tuvo inmediatamente un éxito espectacular. Hay una versión teatral y otra en forma de cómic. Además, ha dirigido dos películas, una basada en otra novela suya, ha actuado en otro largometraje y en total, ha publicado ocho novelas. Ha conseguido premios tanto literarios como cinematográficos.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.


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