jueves, 4 de diciembre de 2025

El camino que va a la ciudad - Natalia Ginzburg

 

Título: El camino que va a la ciudad
Autora: Natalia Ginzburg
 
Páginas: 120
 
Editorial: Bassarai
 
Precio: 14 euros 
 
Año de edición: 1997
 
Estoy asombrado. Todos los títulos que he leído de Natalia Ginzburg me han gustado mucho, pero ésta su primera novela, publicada en 1942 bajo seudónimo, me ha parecido de una calidad extraordinaria para tratarse de una opera prima. Se trata de un relato que promete mucho y que nos revela a una autora, todavía madura y de talento incipiente, pero que apunta cualidades impresionantes. Es una novela corte tremenda para haber sido escrita a los 25 años y ser su primer libro.
 
Está escrita durante su destierro en Pizzoli, en los Abruzzo, donde fue confinada por Mussolini junto a su marido por sus actividades antifascistas, en el año 1941. Nos cuenta la complicada vida de Delia, una chica dura y difícil, nacida en una familia numerosa, desestructurada y muy pobre, que vive en un pequeño pueblo. La carretera que va a la ciudad, a la que se llaga después de haber andado una hora, simboliza para ella sus enormes ganas de vivir, de salir de su entorno, de conocer mundo y mejorar su vida. Pero la vida no es fácil para quien no ha recibido más que palos durante su infancia y tampoco es un dechado de virtudes. El título del libro también puede indicar que el único camino para salir del agujero en el que Delia vive pasa por sacrificar cosas demasiado valiosas, demasiado bonitas.
 
La narración es directa, descarnada y brutal, muy alejada de cualquier intento de suavizar la desgraciada vida de la protagonista. El modelo ideal de escritura de Ginzburg era Chéjov y siempre buscaba no parecer en ningún momento empalagosa ni sentimental. Y a fe que lo consiguió en este texto. La vida de la protagonista está rodeada de crueldad, relaciones interesadas, promiscuidad, abusos, embarazos no deseados, hijos abandonados, matrimonios de menores, maltratos, palizas... un catálogo completo de situaciones tóxicas. Y, sin embargo, esta novelita tiene una rara belleza innegable, un encanto extraño que hace que nos emocione, que creamos que la protagonista puede redimirse y enderezar su vida, aunque tenga pocas papeletas para ello, y un atractivo irresistible. No se puede dejar de leer esta historia una vez que se ha empezado.
 
Algunas citas y detalles pueden ayudar a describir la atmósfera de esta peculiar novela: «—Sí, uno se aburre ¿Por qué nos aburrimos tanto? —pregunté. —Porque la vida es estúpida —me dijo, apartando el plato— ¿Qué le vas a hacer? Uno se cansa pronto de todo», «Nini desapareció de casa durante tanto tiempo que hasta mi padre, que era un despistado, se dió cuenta», «(Un bebe)... con unos dedos muy largos que movía muy despacio, y con un aire misterioso y concentrado, como si fuera a descubrir algo», «Dormían las tres en una cama». 
 
Resulta muy curioso comprobar cómo Natalia Ginzburg, hija de un profesor universitario, es capaz en este texto de reproducir la vida, el ambiente y el lenguaje de una familia italiana marginal y de pocos recursos económicos. Porque la narración es tan poderosa que resulta muy creíble y el lector se siente transportado al miserable entorno que se describe.
 
En suma, una novela corta extraordinaria, que causa un tremendo impacto en el lector, de una belleza salvaje, muy bien escrita y mejor resuelta. La historia de crecimiento de una chica difícil, que conoce la brutalidad, el sexo, el amor y mil contrariedades. Literatura social de calidad. Un debut impresionante. Un libro tremendo que merece ser leído. 
 
La traducción del italiano es de Arantxa Iturrioz, precisa, correcta y fluida, en un castellano muy correcto y ajustado. Por lo que adivino, una excelente versión. Esta edición incluye al final un breve apunte autobiográfico de la autora, de 17 páginas, muy interesante, escrito en 1964, Es un libro bastante fácil de encontrar en bibliotecas y librerías de segunda mano. Hay una edición más moderna, de 2019, en la editorial Acantilado, titulada El camino que va a la ciudad y otros relatos, que incluye tres cuentos adicionales.
 
Natalia Ginzburg (Palermo, 1916-1991), es otra escritora siciliana, otra pluma genial de familia judía, nacida en esa isla que parece un vivero de buenos escritores. Hija de un profesor de anatomía, nació en una familia acomodada de origen triestino, vivió buena parte de su infancia en Turín y tuvo una educación laica.

Tanto ella como sus hermanos fueron procesados por sus ideas antifascistas bajo la dictadura de Mussolini. A los 17 años publicó su primer cuento, a los 22 se casó con Leone Ginzburg, un intelectual ruso antifascista. Fueron amigos de Carlo Levi, de Cesare Pavese y otros escritores de la época.

El matrimonio fue desterrado a los Abruzzos y poco después su marido, judío, fue detenido y torturado hasta la muerte. Se volvió a casar pasados unos años con Gabriele Baldini, un profesor universitario de literatura.

Trabajó en la editorial Einaudi, que publicó todos sus libros, y ganó los premios Strega y Viareggio. Publicó teatro, ensayo y novela, y está considerada como una de las escritoras italianas con más personalidad. Fue diputada por el Partido Comunista Italiano durante los últimos años de su vida.
 
Natalia Ginzburg
 
Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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