miércoles, 4 de septiembre de 2019

Recuerdos del futuro - Siri Hustvedt


Título: Recuerdos del futuro
Autora: Siri Hustvedt

Páginas: 441

Editorial: Seix Barral

Precio: 21 euros

Año de edición: 2019

He aquí la obra más personal de esta laureada escritora estadounidense, recientemente galardonada con el Premio Princesa de Asturias de las Letras. Una novela que es al mismo tiempo un libro de memorias y una reflexión sobre el tiempo. Un juego seductor que divierte a la escritora y que interesa al lector. Un espejo de su compleja personalidad, de su conocimiento enciclopédico, de la necesidad de recrear el pasado, de hacerlo accesible y entrañable.

Para aquéllos que se sientan atraídos por la búsqueda de claves de la vida personal de Siri Hustvedt en este libro, debo recordarles una vez más, que se trata de una novela. La imagen de su protagonista es un personaje, al que seguramente ha enriquecido con algunas vivencias personales, pero es también una construcción literaria.

La novela está construida en tres planos: la narración de una escritora madura y exitosa que rememora sus inicios es el primero, el segundo trata de la novela que intentaba escribir y el tercero es el diario en el que consignaba los eventos significativos de su existencia. Una chica sencilla, deslumbrada por la gran ciudad, gozosa de la libertad y la independencia recién adquiridas, que es al mismo tiempo una estudiosa tenaz, interesada en varios temas además de la Literatura: Filosofía, Psicología, Neurociencia y Física.

Al ser capaz de poner a dialogar, a través de su escritura, a la joven mujer que descubre el Nueva York de fines de los años setenta con la escritora reconocida, que en pleno siglo XXI rememora y da forma a su escritura, delimita «esa sorprendente realidad de cuatro dimensiones, donde las dos podemos encontrarnos, en teoría y estrecharnos la mano y conversar» (pág. 42). De esa forma, Siri Hustdvet aborda la tarea de escribir sobre los temas que le son fundamentales: el arte, el feminismo, el paso del tiempo. No es un libro panfletario, es un libro cornucopia de conocimientos pues integra en él, de una manera sencilla, referencias literarias y autores consagrados: Cervantes, Flaubert, Sartre, Wittgenstein, Bataille y Bergson, entre muchos otros.

El descubrimiento de la capacidad creadora, de la particular cualidad de ser «otra», de inventar mundos y recrear lo vivido; mientras se niega a sí misma la realidad de conocerse a plenitud. La necesidad de sobresalir –el legítimo deseo de una mujer por destacar y ser reconocida- implicaba ir en contra de las normas establecidas; había que ser invisible, hacerse notar lo menos posible; mientras la escritora en ciernes anhelaba el reconocimiento y la valoración entre quienes ella intuía sus iguales. Hay en ella cierto dejo de agresividad y altanería. Un desequilibrio entre el interior y el exterior, tal vez un artilugio de su personalidad para sobrevivir a la indiferencia y a la descalificación por ser mujer, que sólo puede entender en el presente, la narradora, con la experiencia y la certeza que concede la madurez. «Con excepción del espejo, la fotografía es la única forma de verse uno desde fuera» (pág.75).

Ante una obra tan rica el lector puede intentar diversas aproximaciones: desde la oportunidad de revisitar o ver por vez primera el Nueva York de los años setenta, con su oscuro ambiente de inseguridad, la ciudad donde se encuentran los más singulares centros nocturnos y las más disfrutables bibliotecas. El centro del mundo, centro de todos los anhelos, capital del arte y la modernidad, tierra del deseo y el triunfo, el lugar privilegiado donde todos los sueños pueden convertirse en realidades terribles. «Recuérdese también que era una ciudad peligrosa entonces, una ciudad de cuchillos, pistolas, cucarachas, ratas y montañas de basura, pero bullía de ideas, y las ideas dan forma a nuestras percepciones y a nuestros recuerdos. Entonces lo feo era hermoso» (pág. 397). Hasta descubrir que la novela que intentaba escribir es precisamente la que narra ahora, donde su vecina Lucy Brite y su vida, real e imaginaria, le permiten construir un personaje clásico.

La novela es un viaje interesante y entrañable por diversas épocas, por tiempos y recuerdos. Es una caja mágica, con diversas capas que integran las vivencias y las historias que van conformando la biografía del personaje central; la propia escritora, nos recuerda - de nuevo, la memoria- que la vida cotidiana, con sus momentos normales y otros de excepción es el sustento de la persona que seremos en el futuro.

Me interesa especialmente destacar el tratamiento de la baronesa Elsa von Freytag-Loringhoven como personaje de fondo en esta narración. Poeta y artista dadaísta del siglo pasado, ante la revelación de que ella habría sido la autora de la obra más conocida de Marcel Duchamp, «La fuente», el urinario que lo hizo ser reconocido como el padre del arte conceptual, anhelaba que ahondara más en el personaje y la reivindicara. Es así, que la baronesa acompaña a la novel escritora en su tránsito de juventud a la madurez, no sólo a través de lecturas, sino como una muestra más de que la creación femenina, tiene siempre muchos detractores. En la búsqueda de sus poemas y catálogo de obras, nos trae reminiscencias de «El mundo deslumbrante», novela de Hustvedt en la que señalaba el prejuicio de que para ser reconocida y admirada una obra de arte, debía haber sido hecha por un hombre. No obstante, el final de la novela me reconcilia con su vivacidad y su cruzada por hacer oír la voz de las mujeres en todos los ámbitos.

La baronesa se salva al mismo tiempo que la escritora descubre la clave de su existencia: la escritura. «Estoy escribiendo ahora, escribiendo contra el tiempo, por el tiempo, con el tiempo y en el tiempo. Estoy escribiendo fuera de mi tiempo e introduciéndome en el tuyo lector. Hay magia en ese simple acto» (pág. 408).

La peculiaridad de la escritura, una de sus potestades, es que une los tiempos del escritor y el lector, los empata y los iguala. Al leer, podemos darle vida a los muertos y también, en ocasiones por desgracia, cuando leemos podemos olvidar no solamente a los que se fueron sino a los que están vivos.

Si algo ha interesado a Siri Hustvedt es dar luz y valor a la creación femenina. Culmino compartiendo una cita maravillosa: «No des la espalda a tus facultades. No te disculpes por ellas. Tampoco temas su ira. Puede serte útil. Y recuerda: el mundo ama a los hombres poderosos y odia a las mujeres poderosas. Lo sé. Créeme que lo sé. El mundo te castigará, pero tú debes resistir» (pág. 318).
 
Siri Hustvedt

Publicado por María Antonieta Canseco.

2 comentarios:

  1. Excelente comentario, Maria Antonieta. Da gusto leer comentarios que te incitan a leer el libro de referencia con el relax del tiempo debido, sin el agobio consumista de "salgo corriendo hacia el kiosko". Enhorabuena.

    ResponderEliminar
  2. Enhorabuena por la reseña. Leí la novela recientemente y la disfruté mucho. Una muy buena recomendación.

    ResponderEliminar