Título: Nunca volveré a ver el mundo Autor: Ahmet Altan
Páginas: 184
Año de edición: 2018
Este es un libro extraordinario en muchos sentidos. En primer lugar, es una obra escrita en la cárcel por un disidente de 68 años perseguido por Erdogan. Cuenta en primera persona, con pulso firme, hondura y calidad literaria su arresto arbitrario y abusivo, la vida cotidiana en una cárcel, lóbrega, el juicio ridículo y surrealista, y el impacto de verse condenado a cadena perpetua con un cargo absurdo, de ahí el título. Sin embargo, lo que podría ser una historia deprimente y cansina, se transforma en una narración luminosa, un texto maravilloso en el que se ve cómo el reo trasciende su terrible experiencia y construye un mundo lleno de imaginación, humor y poesía, en un acto de prestidigitación de la realidad, una versión profunda del tema clásico «podéis encerrarme, pero mi mente es libre» en la que la literatura le salva la vida.
El hombre escribió la obra en papeles pequeños que iba entregando a su abogado en cada visita y, en consecuencia, la narración es minimalista, pero el autor hace de la necesidad virtud y estas memorias son concentradas, están llenas de lirismo y de una potencia expresiva y filosófica tremenda. De todas maneras, capítulo a capitulo llega a tener 19 y alcanza las 173 páginas, que no está nada mal.
El libro empieza cuando la policía irrumpe en la casa de Altan a las tantas de la madrugada para registrarla concienzudamente y llevárselo detenido. Entonces, la víctima del atropello les ofrece té a los polizontes y les desconcierta diciendo «No es un soborno, pueden tomar un poco». Lo mismo que hizo su padre 45 años atrás cuando le detuvieron. Con esa frase irónica, ese chista tontorrón, el autor cambia la situación, se escapa simbólicamente de la tragedia. Y continúa empleando sin descanso trucos mentales para escapar de la cárcel o encantarla con la imaginación: realiza un viaje alrededor de su celda, imitando el Viaje alrededor de mi habitación de Xavier de Mestre, juega con la imaginación, fantasea, inventa, describe su vida cotidiana, intercala pequeñas historias maravillosas... transmuta su vida miserable en literatura de la mano de la poesía, el humor y el pensamiento. Y al mismo tiempo tiene una conciencia de su situación profunda y penetrante.
Veamos algunos ejemplos que ilustren lo dicho: «... cuando haces y dices lo inesperado, la propia realidad se ve cogida por sorpresa...», «Todo cambia en el mundo, pero la estupidez y la mezquindad no cambian nunca», «No sabíamos en qué dirección fluía el tiempo. En ocasiones fluía hacia el pasado, hacia nuestros recuerdos; otras veces fluía hacia el futuro y nuestras preocupaciones. Pero normalmente permanecía estancado en aquella penumbra de extraño olor», «A nuestros fiscales les gusta emplear palabras cuyo significado desconocen», «Solía creer que yo me moriría y la vida seguiría, pero ahora la vida había muerto y a mí me había dejado atrás», «Las cosas han llegado a un punto crítico en el que la honestidad es la mejor política», «El olvido es la mayor fuente de libertad de una persona», «Los sueños son una prueba de que albergamos dioses y locos en nuestro interior», «Cuando te trataban como si no fueras nada, te podías defender observándolos como objeto de investigación».
En suma, un libro singular y deslumbrante, un ejercicio de libertad y estilo brillante que cautiva al lector desde la primera página. Una obra bella y veraz, de una profundidad que da vértigo, escrita en estado de gracia. Unas memorias inolvidables que, a pesar del tema, no resultan tristes, sino estimulantes. De lo mejor que os podéis llevar a los ojos.
La traducción del original inglés, tan sobria y profunda como el original, es de Francisco J. Ramos Mena, traductor de unos 200 libros del inglés, italiano, francés y catalán al castellano.
Ahmet Altan (Ankara, 1950) es un periodista y escritor turco. Hijo del notable periodista y escritor Çetin Altan y hermano del también periodista y profesor de Economía Mehmet Altan, ha desempeñado durante 20 años prácticamente todos los puestos de la redacción de un periódico, desde reportero del turno de noche hasta redactor jefe de varios diarios, como Herriyet, Milliyet y Radikal,. También ha producido un programa de noticias para la televisión.
En 1995 fue despedido de Milliyet por escribir un artículo sobre una Turquía imaginaria dominada por los armenios, en la que los turcos eran los oprimidos y obligados a asimilarse. En 2008 publicó una columna dedicada a las víctimas del genocidio armenio, por el que fue acusado por degradar la condición turca.
En 2016 fue detenido por propagar mensajes subliminales en favor de un golpe de estado. Dos años más tarde fue condenado a cadena perpetua, condena que fue rebajada a 10 años por el tribunal de casación. Después de varios recursos, le pusieron en libertad, pero fue de nuevo detenido al poco tiempo. Finalmente fue liberado definitivamente en 2021, 5 años después de su primera detención.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.