viernes, 26 de enero de 2018

Enamorarse - Robert Louis Stevenson


Título: Enamorarse
Autor: Robert Louis Stevenson
 

Páginas: 123
 
Editorial: Interzona
 
Precio: 11 euros
 
Año de edición: 2017

Aquí tenemos cuatro ensayos y una pequeña recopilación de quince fragmentos, todos ellos sobre el amor, el matrimonio y las relaciones interpersonales en general, escritos entre 1876 y 1898 por el gran Stevenson, uno de mis escritores favoritos. 

Este autor escocés se revela aquí como un consumado ensayista, erudito, zumbón, ameno y divertido, agudo y penetrante y con un sentido del humor muy particular. Una mezcla de Mark Twain y Montaigne, que es imposible leer sin sonreír y además no dice ninguna tontería. 

El genio de Edimburgo no solo sabía escribir inolvidables novelas de aventuras y estremecedoras historias de terror, sino que dominaba además el delicado arte de mantener un discurso sutil y ligero, que pasa por los temas por encima, con elegancia y profundidad, suavizada siempre con una pizca de ironía.

Nos habla sobre el casarse enamorado y no enamorado, recomendaciones sobre qué cualidades deben tener los dos miembros de una pareja para que la cosa funcione a largo plazo, analiza el enamor y el amor, qué significa el matrimonio y una maravillosa disertación sobre la diferencia entre no decir mentiras y ser realmente sincero.

Un ensayista inteligente, penetrante y con un gran sentido del humor, bastante justo en sus juicios hasta el extremo de ser casi feminista. En fin, un libro estupendo que hará las delicias de los admiradores de este escritor universal, porque descubrirán una de sus facetas más desconocidas y fascinantes. 

Robert Louis Stevenson (Edimburgo, 1850-1894) novelista, poeta y ensayista escocés, es uno de los mejores autores de aventuras que se conocen. Nació en una familia en la que había siete ingenieros constructores de faros. Poseía una constitución enfermiza y proclive a enfermar de los pulmones, lo que le llevó a recorrer las islas del Pacífico.

Su frágil salud no le dejó estudiar de manera continuada; tuvo bronquitis, catarros y finalmente una tuberculosis que le acompañaría toda la vida y que le mataría. Consiguió acabar Derecho, empezó a escribir y se casó con una americana muy bien situada. Viajó al lejano Oeste y conoció a Mark Twain, pero la tuberculosis le obligó a viajar por varios archipiélagos de la Polinesia, hasta que se instaló en Samoa

Los aborígenes le llamaban Tusitala, «el que cuenta historias». Era aficionado al alcohol, lo cual no era nada beneficios para su quebradiza salud. Un año antes de morir llegó a escribir: «Durante catorce años no he conocido un solo día efectivo de salud. He escrito con hemorragias, he escrito enfermo, entre estertores de tos, he escrito con la cabeza dando tumbos». Está enterrado en el monte Vaea, en su querida Samoa, en una sencilla tumba.
        
Vivió sólo 44 años, pero nos dejó una maravillosa colección de novelas y relatos de aventuras y de terror. No conozco a otro autor que dominase con tanta maestría esos dos géneros que parecen opuestos. Curiosamente, era tío abuelo de Graham Greene. De casta le viene al galgo.

Robert Louis Stevenson

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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