lunes, 13 de febrero de 2017

Tarás Bulba - Nikolai Gogol


Título: Tarás Bulba
Autor: Nikolai Gogol

Páginas: 200

Editorial: Alianza


Precio: 10,25 euros
 
Año de edición: 2010

Hoya vamos a hablar de una novela fantástica, «Tarás Bulba», que a menudo se presenta como literatura juvenil, pero que en realidad ofrece mucho más y resulta apropiada para todo tipo de lectores, no sólo los más jóvenes.

Ambientada en el siglo XVI, está protagonizada por los cosacos de la región del Dniéper, un pueblo de origen túrquico, de religión ortodoxa, que se estabeció en las estepas del sur de Rusia y Ucrania, conocidos por su habilidad militar como caballería ligera y por su confianza en sí mismos. Prestaban servicio como mercenarios a los imperios de alrededor desde el siglo X, manteniendo su independencia (no en vano cosaco viene del turco quzzaq, «nómada, hombre libre»), y desde el siglo XV están organizados de manera federal y bastante democrática, puesto que eligen a sus jefes, tradición insólita en Asia.

El libro cuenta la historia de Tarás Bulba y sus dos hijos, tan valientes, feroces y aguerridos como cualquier cosaco. Se describe la vida militar de esos jinetes nómadas, su sentido del honor, siempre en pugna con sus enemigos ancestrales: los polacos al Oeste y los tártaros al Norte. Empieza como una novela típica de aventuras, luego se inicia un romance tumultuoso y parece que se va a convertir en una romántica historia de amor, pero el espejismo dura poco y finalmente se revela como la dramática epopeya de un guerrero, con tintes poéticos, que retrata con riqueza de matices el carácter valiente, duro e indomable de un atamán, un jefe cosaco.

La narracion está enriquecida con detalles curiosísimos, como los crueles castigos cosacos, el toro mugiente, la costumbre de taponar las heridas con tierra, la de viajar de noche y atacar al alba, el uso de pólvora con aguardiente como estimulante, su peculiar relación con el alcohol o para qué puede utilizarse un carro de ladrillos. por otro lado, el texto destila un innegable antisemitismo, retrata a los judíos como astutos comerciantes vendiendo efectos a todos los bandos y llega a decir que «si se propone robar, un judío es capaz de robarse a sí mismo».

Gógol que, por cierto es un apellido cosaco, se basó en el folclore local y las leyendas ancestrales que se transmitían de padres a hijos oralmente desde tiempos inmemoriales para crear está narración épica, cargada de dramatismo y tensión, la historia de un típico héroe cosaco, valiente y pendenciero, fiero y cruel, siempre en lucha por su libertad.

Una novela redonda y de un gran dramatismo, que es oportuno recordar ahora, cuando los ucranianos vuelven a verse obligados a luchar por su libertad y su independencia, como tantas veces en el pasado.

Hay una versión cinematográfica dirigida en 1962 por el británico John Lee Thomson, un clásico de aventuras que no sigue muy fielmente al libro pero procura transmitir su esencia. Está protagonizada por Yul Brynner, que dado, su físico y sus ascendentes mogoles y ucranianos, parecía predestinado al papel, y Tony Curtis en el papel de su hijo, que la verdad no se parece en nada a su padre.

Yul Brinner - Tarás Bulba

Una obra que es un clásico y bajo la apariencia de una novela de aventuras nos ofrece una lección de historia e incluso de etnografía, al retratar el carácter típico de los cosacos de Ucrania: feroces y valientes, rudos hasta la brutalidad, orgullosos, pendencieros, con conciencia de formar un pueblo y temibles en la batalla. Un libro inolvidable.

Nikolái Gógol (Soróchintsy,1809-1852) nació en la actual Ucrania, en una familia de la nobleza rutena. Admirador incondicional de Pushkin, a los diecinueve años se instaló en San Petersburgo, con el objetivo claro de convertirse en escritor de éxito, cosa que consiguió después de sobrevivir como escribiente en un Ministerio y varios intentos y obras fallidas, como una espantosa novela en verso. 

Su primera comedia, titulada «El inspector», era una sátira de la corrupción de la burocracia que le acarreó algunos problemas con el gobierno que le obligaron a marcharse de su país. Anduvo durante cinco años por Francia, Alemania, Suiza e Italia. En Roma escribió sus obras más importantes, como «Almas muertas», considerada la primera novela rusa moderna, y «El capote».

Su tendencia al sarcasmo, su ironía y en ocasiones un sentido del humor algo absurdo y surrealista hacen de él un autor interesantísimo, de una influencia muy poderosa en toda la literatura rusa posterior. Murió joven y medio loco, debilitado por haberse negado a comer durante varias semanas y después de haber quemado el original de la segunda parte de su obra maestra «Almas muertas».

En el retrato al óleo más famoso en el que aparece, tiene aspecto de niño malo, lampiño, delicado y un poco pillo. Sobre su tumba hay un epitafio que dice: «Se reirán de mis amargas palabras».

Retrato de Gogol pintado por F. Moller en 1840

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

2 comentarios:

  1. Gracias por la reseña, Antonio.

    Leí Taras Bulba hace poco y quede impactado por el furioso antisemitismo de la obra. Gogol presenta un personaje judío que esta buscando constantemente aprovecharse de los demás y cuyo rasgo principal es la cobardía.

    Ademas, note lo mismo en "Por que se pelearon los dos Ivanes", otra gran (y muy corta) obra de Gogol.

    Saludos.

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  2. Sí, tienes razón. La novela es buena, la cultura cosaca está bien descrita y el antisemitismo es atroz.

    Salud y libros.

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