Ya está quí agosto, mes veraniego por excelencia. No suelo decirlo mucho porque suelo ser incomprendido, pero me gusta el calor, aunque sea sofocante. Al menos en Madrid, agosto es sinínómo de calor, mucho calor, y eso trae relajación (es imposible no relajarse con la que está cayendo), una laxitud se extiende por brazos y piernas y llegan la calma, la indolencia y en España, las vacaciones, es decir más tiempo para leer.
Por eso me encanta la canícula, porque sigifica ocio y muchas lecturas. Espero que arovechéis estos días para leer más que nunca, os he ido dando sugerencias durante todo el año. Yo haré lo propio y publicaré algo menos, probablemente una reseña cada dos días o incluso menos. Que de todo es bueno descansar en esta vida.
Felices vacaciones y felices lecturas.
Felices vacaciones y felices lecturas.
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