martes, 16 de agosto de 2016

Alucinaciones - Oliver Sacks


Título: Alucinaciones
Autor: Oliver Sacks 

Páginas: 352

Editorial: Anagrama

Precio: 19,90 euros

Año de edición: 2013

Aparecido en inglés en el 2012 y en español en el 2013, éste es el último libro de tema médico publicado por el gran divulgador y neurólogo Oliver Sacks antes de fallecer en el 2015. En él repasa varios tipos de alucinaciones, término acuñado en 1830 por el psiquiatra francés Jean-Etiènne Esquirol para aludir a lo que hasta entonces se llamaba simplemente «visiones de una mente que divaga».

Una alucinación, o pseudopercepción, es una percepción sensorial que no responde a ningún estímulo externo y, sin embargo, a nuestro cerebro le parece real. Siempre me ha fascinado el hecho de que el cerebro, cuando estamos dormidos, no escapaz de distinguir el sueño de la realidad en muchas ocasiones. Eso de que una parte de nuestra mente engañe a otra y le haga creer que ve y oye cosas que no existen, no deja de ser curioso.

Pues bien, las alucinaciones de todo tipo (visuales, auditivas, táctiles, odoríferas...) son mucho más frecuentes de lo que puede parecer en un principio y hay una larga lista de situaciones en las que se presentan: personas que pierden la visión, «el cine del preso», gente con el don de convocar olores, personas que oyen voces en situaciones de peligro, el parkinson, los alucinógenos, las migrañas, la epilepsia, el síndrome de Antón, los delirios febriles, el umbral del sueño, los llamados viajes astrales, las alucinaciones de duelo (apariciones), el estrés postraumático, los amigos invisibles de los niños, los miembros fantasma, las alucinaciones autoscópicas...

Muchas son las personas que, en una u otra ocasión, han tenido alucinaciones y de hecho muchos personajes famosos han pasado por esa experiencia: Linneo, Strindberg, Freud y muchos otros.

Todo un catálogo de fenómenos asombrosos, que hace que nos parezcan perfectamente explicables las apariciones místicas y otras muchas cosas. Llama la atención que a casi ninguno de los protagonistas le gusta hablar de su experiencia. Casi todos procuran no mencionarla para que no les tomen por locos.

Una amena e interesantísima antología de las alucinaciones, escrita con objetividad y criterio, entrenida, aguda y bien escrita. Un paseo erudito, lleno de referencias y casos asombrosos, penetrante e increíble por uno de los aspectos más ignorados e incómodos de la mente humana, tan bien escrito que es una delicia leerlo.   
     
Oliver Sacks (Londres, 1933-2015) es un escritor y neurólogo de prestigio afincado en Nueva York. Desde los años 90 se ha hecho conocido por el gran público gracias a que ha sabido publicar libros amenos, bien escritos y muy lúcidos sobre algunas de las dolencias que aquejan al ser humano: la encefalitis letárgica, el síndrome de Asperger, el de Tourette, el Parkinson o las agnosias. Todos sus libros son muy recomendables.

Nació en una familia judía del norte de Londres, su padre era médico y su madre fué una de las primeras mujeres cirujano que ha habido en el Reino Unido. A los seis años fué evacuado a un internado en Midlands para escapar de los bombardeos alemanes. Allí sobrevivió a base de «magras raciones de nabos y remolachas y sufrió castigos crueles a manos de un director sádico».

De joven fué aficionado a la Química, estudió medicina en el Queen's College de Oxford y se hizo cirujano. A los 27 años se trasladó a Montreal (Canadá) y luego a EE. UU., donde se hizo neurólogo. A lo largo de su vida sufrió de prosopagnosia, o incapacidad para reconocer los rostros, y en el 2009 perdió la visión esteoroscópica debido a un tumor que le inutilizó un ojo. Nadó todos los días durante décadas. 

Era homosexual y tan tímido que no tuvo pareja durante muchos años, hasta que a los 44 años conoció al escritor Bill Hayes e inició una relación que duraría hasta su muerte. Declaró que  «A veces creí haber vivido a cierta distancia de la vida misma. Esto cambió cuando Bill y yo nos enamoramos». Se definía a sí mismo como «un viejo judío ateo».

Oliver Sacks

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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