miércoles, 6 de julio de 2016

Cuentos fantásticos - Rubén Darío


Título: Cuentos fantásticos
Autor: Rubén Darío

Páginas: 104

Editorial: Alianza 

Precio: 9,20 euros 

Año de edición: 2011

Este libro agrupa diez relatos escritos por el gran poeta nicaragüense, dispersos hasta hace poco porque fueron publicándose en varias revistas argentinas a partir de 1983, cuando se instaló en Buenos Aires y se interesó por el espiritismo, la teosofía y las ciencias ocultas con verdadera pasión y sincero entusiasmo.

Así que estos cuentos contribuyeron no poco al desarrollo de la vena fantástica de la literatura argentina. ¿Y qué es un cuento fantástico? Jesús Olivio Jiménez (1926-2003), el gran crítico cubano, explica en su prólogo que es un relato en el que el autor propone como única explicación posible de unos hechos algo sobrenatural o para normal. 

En consecuencia, este tipo de relatos tiene el encanto de que plantean una dura razonable al raconalismo más incrédulo y ese agradable cosquilleo intelectual que hemos sentido todos cuando hemos vivido algo que admite un «es posible».

Son todos cuentos sorprendentes, de gran creatividad, muy originales y variados, lo cual ya es un mérito en un género tan trillado. Hay multitud de temas aqui: necrofilia en «Thanatopía», el Diablo como personaje en «Verónica» y «El Salomón negro», metempsicosis en «D. Q.», una pesadilla terrorífica en «Cuento de Pascua», la detección el tiempo en «El caso de la señorita Amelia», misterios ancestrales en «Huitzilopoxtli»... 

Un puñado de historias siniestras e inquietantes, que más vale la pena no leer antes de irse a la cama por lo que pueda pasar, y que tienen la virtud de contar cosas que la razón no consigue desterrar del todo de la imaginación.

El lenguaje es exquisito, aunque afortunadamente no tan adornado como en algunas de sus poesías, y resulta muy curioso leer a Rubén Darío en un registro tan alejado de sus obras más famosas. El resultado es espléndido y se disfruta mucho. Os lo recomiendo. 

Félix Rubén García Sarmiento (Metapa,1867-1916), más conocido como Rubén Darío, nació de un matrimonio entre primos segundos, turbulento y problemático debido a la afición de su padre al alcohol y las mujeres. Fué criado por sus tíos abuelos y tomó el apellido «Darío» del que creía de niño que era su padre, su tío abuelo, como parte de su seudónimo. Estudió con los jesuitas, aprendió a leer a los tres años, a los doce escribía ya sonetos, a los trece publicó su primer poema en un periódico y a los catorce, su primer libro titulado «Poesías y artículos en prosa».

Niño poeta superdotado, tenía una memoria espectacular y le invitaban a menudo a dar recitales de poesía en fiestas y reuniones sociales. Desde muy joven alternó su actividad de poeta con la de periodista, publicando artículos y reportajes, incluso llegó a dirigir un periódico durante algún tiempo.

Conoció la protección de varios mecenas, lo que le hizo vivir algunos años en El Salvador, donde contrajo la viruela, Chile, Argentina y Guatemala. Fué un hombre muy viajero, que se movió por todo Centroamérica y visitó Brasil, España, Europa, Estados Unidos y medio mundo. Llegó a ser embajador y cónsul nicaragüense en España, lo que le permitió vivir con holgura.

Estuvo casado dos veces y al final de su vida, tuvo una larga relación sentimental que no pudo convertir en matrimonio por no conseguir el divorcio de su segunda esposa. Falleció relativamente joven, como consecuencia de un alcoholismo avanzado.

Rubén Darío

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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