miércoles, 23 de octubre de 2024

Muy lejos de casa - Paul Bowles


Título: Muy lejos de casa                                                                                                       Autor: Paul Bowles

Páginas: 144

Editorial: Seix Barral
 
Precio: 5,99 euros
 
Año de edición: 1993
 
Leer esta novela es sumergirse de cabeza en la atmósfera de un choque cultural. Los protagonistas son dos hermanos, dos blancos neoyorquinos en el África negra. Tom es un chico difícil que se dedica a pintar y toda su vida parece girar en torno a su pintura. Anita es su hermana, recién divorciada y en plena crisis, que ha tomado la decisión equivocada de acompañar a Tom para tomarse un respiro y no se adapta a un pueblo destartalado en lo más profundo del valle del Níger, perdido en Mali o en República del Níger.

Dos estadounidenses que irrumpen en el continente africano y en realidad, todo ocurre al revés, es África, salvaje, misteriosa y dura, la que irrumpe en su vida cotidiana, les expulsa de su zona de confort y les arroja a un lugar diferente, no precisamente hostil, pero demasiado distinto. Un calor sólido y abrasador, de 46º; un paisaje de viento y polvo, que parece vacío; una casa enorme y casi vacía, llena de habitaciones sin ventanas; sirvientes negros, amables, sencillos y directos en la comunicación, pero también distantes, que parecen situados a años luz de distancia; comida picante y a la vez desabrida para el gusto occidental... una atmósfera incómoda y algo estresante. Y en medio de todo ello, un asistente personal local, Sekou, enigmático y poderoso, con el que Anita, a su pesar, estable una misteriosa conexión psíquica, un vínculo inexplicable. Sueña con él, sabe que él sueña con ella y se entienden sin hablar. Fascinación y temor. Vivir dentro de un enigma. Todo eso y mucho más sugiere esta novela corta, en apenas 140 páginas.

La narración se alterna con las cartas que escribe Anita a amigas y personas que están al otro lado, en la realidad habitual. La escritura se torna así indirecta, sutil y sugerente, hasta que llega un momento en el que no lo que no se dice e imagina e lector puede ser más relevante que lo que se dice.

Una obra muy original, que se sale de las lecturas habituales y que nos proporciona un algo inefable, que otros libros no nos dan. Una novela muy interesante, más que por que esté bien escrita, que lo está, o por su belleza, que la tiene, por lo que nos hace sentir y experimentar. En fin, la magia de Bowles.
 
La versión española del texto original, editado en inglés en 1991, es nada más y nada menos que de Rodrigo Rey Rosa, el gran escritor guatemalteco Premio Nacional de Literatura (2004) y Premio Iberoamericano de Letras José Donoso (2015). Esta edición está ilustrada por Miquel Barceló, que también encontró su inspiración en el continente africano.
 
Paul Bowles (Nueva York, 1910-1999) tiene una biografía realmente curiosa. Compositor y escritor, era descendiente de alemanes e hijo de un dentista. Tuvo una adolescencia tormentosa, con un padre maniático que le hacía masticar cada bocado cuarenta veces y una madre absorbente, con la que discutía con ferocidad.

Se escapó de casa a los diecinueve años y ya no paró de viajar. Conoció en París a la generación perdida, a Ezra Pound, Gertrude Stein y Djuna Barnes. Estudió composición en Nueva York y vivió en Berlín, Marruecos, Guatemala, México, Costa Rica y Colombia, mientras publicaba poesía y componía música para más de 30 películas de Hollywood, conciertos, ballets y óperas.

Según él, era un viajero y no un turista, porque el turista viaja para recopilar fotos, recuerdos y sensaciones que mostrar a la vuelta y el verdadero viajero viaja sin un objetivo fijo, simplemente por el placer de viajar.

Finalmente, se instaló en Tánger, viajó por todo África y escribió libros de viajes, memorias, cuentos y novelas, que le convirtieron en un escritor de culto. Enseñó Tánger a prácticamente toda la generación beat, inició a muchos de sus miembros en el consumo de curiosas drogas marroquíes, como el majoun. Su nombre quedó para siempre ligado al de esa ciudad.

Paul Bowles
 
Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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