Título: Lo que esconde el agujero
Autoras: Analía Iglesias y Matha Zein
Páginas: 144
Editorial: La catarata
Precio: 16 euros
Año de edición: 2018
Este ensayo, escrito a dos manos y subtitulado «El porno en tiempos obscenos», aborda un tema que a todos nos preocupa, o nos debería preocupar (en mi opinión): la pornificación de la cultura y la sociedad.
Por un lado el sexo se está convirtiendo en mercancía, más en un producto que se busca, se consigue y consume en línea o en directo, en lugar de ser una experiencia íntima, gozosa e inefable, fuertemente ligada a lo emocional.
Parece que los jóvenes sustituyen demasiado a menudo la formación sexual por el acceso a la pornografía en Internet, libre y sin trabas, 24 horas al día, siete días a la semana, en páginas web donde un algoritmo selecciona el vídeo siguiente que vamos a ver y modula y dirige nuestras preferencias. Un sexo artificial y estereotipado, muy alejado de la experiencia humana real, cercana y cotidiana.
Un mundo de sexualidad que, a primera vista parece muy exigente para los hombres, a los que exige erecciones enormes mantenidas casi eternamente y muy frustrante para las mujeres, porque está dedicada por y para la satisfacción egocéntrica del hombre. Un sexo cosificado y clasificado según tópicos definidos por la industria, en el que se ofertan desde el primer momento todo tipo de perversiones y en los que casi nadie se ríe ni sonríe. Aparentemente, se describe más el alivio de una necesidad urgente que el encuentro de la felicidad.
¿Qué esconde el agujero negro del porno en línea? ¿Qué consecuencias tiene el acceso temprano a la pornografía? ¿Cómo influye en nuestra vida emocional? ¿Qué relación existe entre el porno y la violencia machista? Esta obra, necesaria y oportuna, analiza estas cuestiones y otras relacionadas.
Y lo hace mediante textos lúdicos y juguetones, provocativos e inspiradores, posmodernos y sugerentes, que se alejan de los ensayos académicos y farragosos para acercar a todo tipo de lectores un manojo de reflexiones, aparentemente anárquicas y algo caprichosas, pero con una estructura interna muy sólida y bien diseñada. Se trata de un texto muy fundamentado, cuajado de citas y referencias, que invita a la reflexión y al análisis.
El texto está acompañado de una bibliografía seleccionada y de un glosario de neologismos interesantes, como «pornonativo» (persona nacida después de los 80, que ha crecido con el porno en Internet a su alcance; ya vamos por la segunda generación) y «pornotopía» (mundo ideal retratado por el porno que seduce a muchos).
Las conclusiones son las que ya imagináis, que el porno no es inocuo y nos aleja de experiencias mucho más gratificantes y profundas basadas en el contacto personal, lo subjetivo, emocional, afectivo y cómo no, el amor. Esa experiencia única y salvadora que Lacan definió como «dar lo que no se tiene». No en vano este libro está dedicado «a los que aman, a los desobedientes» y propone amar lejos del porno, sin miedo a darse.
Un ensayo estupendo, inteligente y chispeante, que trata con valentía y lucidez un tema de actualidad que me parece que a todos nos interesa. Me parece que este libro va a convertirse en texto de referencia y marcará un antes y un después. Excelente.
Analía Iglesias, escritora y periodista argentina, coordinó durante cinco años el blog «Eros» de «El País». Ha escrito ensayo y poesía. Actualmente está interesada en el estudio de la afectividad, el sexo y el papel que juegan en la sociedad de consumo.
Tiene más de 20 años de experiencia como periodista. Ha sido también profesora universitaria, programadora de cine y miembro del jurado en festivales de Europa y África. En este enlace, podéis leer algunos de los artículos que ha publicado.
Martha Zein (Alemania, 1962) es una periodista con un largo curriculum como reportera y columnista. Un día se preguntó qué hay detrás de la noticia y se hizo periodista de investigación. Ha realizado documentales para varias televisiones y ha publicado varios libros de ensayo y viajes.
Vive cuatro meses al año en un velero; su última pasión es el viaje.
Autoras: Analía Iglesias y Matha Zein
Páginas: 144
Editorial: La catarata
Precio: 16 euros
Año de edición: 2018
Este ensayo, escrito a dos manos y subtitulado «El porno en tiempos obscenos», aborda un tema que a todos nos preocupa, o nos debería preocupar (en mi opinión): la pornificación de la cultura y la sociedad.
Por un lado el sexo se está convirtiendo en mercancía, más en un producto que se busca, se consigue y consume en línea o en directo, en lugar de ser una experiencia íntima, gozosa e inefable, fuertemente ligada a lo emocional.
Parece que los jóvenes sustituyen demasiado a menudo la formación sexual por el acceso a la pornografía en Internet, libre y sin trabas, 24 horas al día, siete días a la semana, en páginas web donde un algoritmo selecciona el vídeo siguiente que vamos a ver y modula y dirige nuestras preferencias. Un sexo artificial y estereotipado, muy alejado de la experiencia humana real, cercana y cotidiana.
Un mundo de sexualidad que, a primera vista parece muy exigente para los hombres, a los que exige erecciones enormes mantenidas casi eternamente y muy frustrante para las mujeres, porque está dedicada por y para la satisfacción egocéntrica del hombre. Un sexo cosificado y clasificado según tópicos definidos por la industria, en el que se ofertan desde el primer momento todo tipo de perversiones y en los que casi nadie se ríe ni sonríe. Aparentemente, se describe más el alivio de una necesidad urgente que el encuentro de la felicidad.
¿Qué esconde el agujero negro del porno en línea? ¿Qué consecuencias tiene el acceso temprano a la pornografía? ¿Cómo influye en nuestra vida emocional? ¿Qué relación existe entre el porno y la violencia machista? Esta obra, necesaria y oportuna, analiza estas cuestiones y otras relacionadas.
Y lo hace mediante textos lúdicos y juguetones, provocativos e inspiradores, posmodernos y sugerentes, que se alejan de los ensayos académicos y farragosos para acercar a todo tipo de lectores un manojo de reflexiones, aparentemente anárquicas y algo caprichosas, pero con una estructura interna muy sólida y bien diseñada. Se trata de un texto muy fundamentado, cuajado de citas y referencias, que invita a la reflexión y al análisis.
El texto está acompañado de una bibliografía seleccionada y de un glosario de neologismos interesantes, como «pornonativo» (persona nacida después de los 80, que ha crecido con el porno en Internet a su alcance; ya vamos por la segunda generación) y «pornotopía» (mundo ideal retratado por el porno que seduce a muchos).
Las conclusiones son las que ya imagináis, que el porno no es inocuo y nos aleja de experiencias mucho más gratificantes y profundas basadas en el contacto personal, lo subjetivo, emocional, afectivo y cómo no, el amor. Esa experiencia única y salvadora que Lacan definió como «dar lo que no se tiene». No en vano este libro está dedicado «a los que aman, a los desobedientes» y propone amar lejos del porno, sin miedo a darse.
Un ensayo estupendo, inteligente y chispeante, que trata con valentía y lucidez un tema de actualidad que me parece que a todos nos interesa. Me parece que este libro va a convertirse en texto de referencia y marcará un antes y un después. Excelente.
Analía Iglesias, escritora y periodista argentina, coordinó durante cinco años el blog «Eros» de «El País». Ha escrito ensayo y poesía. Actualmente está interesada en el estudio de la afectividad, el sexo y el papel que juegan en la sociedad de consumo.
Tiene más de 20 años de experiencia como periodista. Ha sido también profesora universitaria, programadora de cine y miembro del jurado en festivales de Europa y África. En este enlace, podéis leer algunos de los artículos que ha publicado.
Martha Zein (Alemania, 1962) es una periodista con un largo curriculum como reportera y columnista. Un día se preguntó qué hay detrás de la noticia y se hizo periodista de investigación. Ha realizado documentales para varias televisiones y ha publicado varios libros de ensayo y viajes.
Vive cuatro meses al año en un velero; su última pasión es el viaje.
Analía Iglesias y Martha Zein
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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