martes, 6 de marzo de 2018

La novia de Matisse - Manuel Vicent

    
Título: La novia de Matisse
Autor: Manuel Vicent
               
Páginas: 264
 
Editorial: Alfaguara
 
Precio: 19,55 euros
 
Año de edición: 2000

El arte, la belleza, producen placer en las personas, ya sean autores, propietarios o espectadores. La obra de arte trasmite energía y proporciona vitalidad a quien interactúa con ella, tiene como un efecto terapéutico: la belleza de una obra te sana, te salva, te hace inmortal sólo por entregar tu vida a ella, como les sucedía a los místicos con Dios. El artista crea belleza, por ello en el mundo del arte se permiten vicios y concesiones por encima de la moral,«la amoralidad es la ley suprema del arte».

A partir de estas dos ideas que expresan los personajes de la novela, Manuel Vicent nos conduce por el mundo del arte y de los negocios a su alrededor, del coleccionismo, del mercadeo, subastas y compra-ventas. Nos enseña a personajes diversos como galeristas, marchantes, intermediarios que parecen traficantes, que nos muestran las miserias de este mundo, sus chanchullos, operaciones falsamente infladas por mediadores sin escrúpulos, los nuevos miembros de la picaresca.

Los protagonistas son un matrimonio desigual compuesto por un empresario y constructor, de éxito profesional, un nuevo rico falsamente refinado que se introduce en la senda del coleccionismo y su joven y bella mujer, poco culta pero muy sensible a la belleza del arte; está afectada por una enfermedad terminal y le pronostican solo unos meses de vida. El tercer protagonista es un marchante de arte con múltiples contactos nacionales y extranjeros que les suministra obras para su colección recién creada y establece con ellos una relación muy estrecha.

Pero el auténtico protagonista es un dibujo de Matisse de una de sus amantes, un dibujo fantástico que atrae irresistiblemente a la pareja (Matisse era llamado el doctor, sus cuadros quitaban las penas, decían que tenían efectos curativos).

Con estos personajes y algún que otro secundario, todos bien definidos, reconocibles con facilidad, desarrolla una novela cargada de ironía, con una mirada crítica y algo alejada de ese mundillo; una narración cuidada, bien urdida, con una pequeña dosis de suspense que junto a unas cuantas pistas y frases orientativas originan una acción bien ensamblada que conduce a un final inesperado, pero acorde con las tesis del libro.

Manuel Vicent nació en Villavieja (Castellón) en 1936. Estudió Derecho y Filosofía en la Universidad de Valencia y periodismo en la Escuela Oficial de Madrid. Comenzó a escribir en «Triunfo», «Hermano Lobo», el diario «Madrid» y desde 1981 lo hace regularmente en «El País». Su obra incluye novela, teatro, biografías, artículos (se hizo famoso entre los lectores por sus crónicas parlamentarias), apuntes de viajes y gastronómicos. Ha recibido los premios Nadal y Alfaguara de novela. Sus obras «Tranvía a la Malvarrosa» y«Son de mar» se han llevado al cine.

Una de sus pasiones es el arte; ha sido durante años propietario de una galería de arte en Madrid. En este libro incluye anécdotas, recuerdos y situaciones reales vividas o conocidas por él como galerista. Se puede decir que conoce bien, de primera mano, el mundo del arte  que nos refleja en esta novela.

Manuel Vicent

Publicado por John Smith.

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