jueves, 6 de junio de 2013

El candor del padre Brown - G. K. Chesterton


Título: El candor del padre Brown
Autor: G. K. Chesterton
 

Páginas: 320

Editorial: Alianza

Precio: 9,90 euros

Año de Edición: 2010


Esta estupenda colección de doce cuentos, publicada en 1911, es el primer título de los cinco que dedicó Chesterton, uno de mis escritores favoritos, a su personaje más típico y famoso, el padre Brown, inspirado en un amigo suyo. Un cura tímido, anodino, de apariencia inofensiva, que en realidad tiene una poderosa capacidad de observación y posee un gran conocimiento del alma humana, cualidades que le permiten resolver sin dificultad casos aparentemente indescifrables.

Sentido del humor, afición a las paradojas, penetración psicológica, un poderoso estilo barroco y ganas de divertirse divirtiendo al lector, creo que son las princpales características de este orondo escritor británico, polemista brillante y católico convencido. 

Hace ya algunos años pasé una temporada de febril afición a este autor y me leí la serie completa. Son novelas ligeras, con las que se pasa el rato muy a gusto, muy recomendables para los aficionados al género policiaco y de misterio. Suele emplear un mismo esquema: plantea un crimen y un enigma, ofrece una explicación mágica y sobrenatural que parece la única posible, para finalmente explicarlo todo.

Gilbert Keith Chesterton (Londres, 1871-1936), fué un gran escritor británico con una presencia imponente. Media 1,93 m y pesaba 134 kilos. Autor muy prolífico, tocó casi todos los géneros: novela, relato, ensayo, biografía, poesía, periodismo y libro de viajes.

De familia anglicana, fué agnóstico en su juventud y católico convencido en su madurez. Se le llamaba el rey de las paradojas por su hábil uso de las contradicciones. Excelente polemista, era temible en los debates porque solía, después de escuchar atentamente a su contrincante, razonar a favor de sus ideas superándole en elocuencia y argumentos, para luego adquirir el punto de vista contrario y refutar uno por uno todos los puntos aducidos hasta pulverizarlos y dejar a su oponente estupefacto y sin ideas. Era un monstruo.
                
 
G. K. Chesterton (foto ABC)

 Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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