martes, 23 de julio de 2024

El ayudante - Robert Walser

Título: El ayudante                                                                                                                Autor: Robert Walser

Páginas: 216 pág.

Editorial: Debolsillo

Precio: 10,95 euros 

Año de edición: 2012

Hoy voy a hablar de la novela, del texto más largo, que escribió Robert Walser, un autor suizo muy especial por el que siento debilidad, que ha visitado este blog varias veces. Publicada en 1908, a los 30 años, cuenta la historia de un joven ayudante en casa de un ingeniero e inventor que vive en una espléndida casa en un pueblecito suizo, de las riberas del lago de Zúrich. El libro es básicamente autobiográfico, no sabemos hasta qué punto el texto está novelado, pero se intuye que debe de tener muy poco de ficción. El joven Walser estuvo trabajando en casa del ingeniero Dobler Tobler en el libro durante seis meses en 1903 y lo que se sabe de ese periodo de su vida coincide con la narración.

La novela tuvo muy buena acogida entre los críticos, suponía un brillante ejercicio narrativo que cubría la transición de la novela decimonónica clásica  y los textos románticos alemanes a la modernidad del siglo XX. El texto está admirablemente bien escrito, las descripciones de la naturaleza son breves y encantadoras, el estilo ágil y entretenido, con grandes dosis de realismo. Tiene la precisión detallada, concisa y nítida típica del autor, un lenguaje pulcro y de gran belleza y un análisis de los personajes profundo y bien dibujado: el ingeniero encantado de conocerse a sí mismo, colérico y con un pronto terrible, que vive fuera de la realidad y solo piensa en la gloria, siempre fumando puros e invitando a fumarlos a todo el mundo, incluso a su ayudante; la esposa abnegada, algo romántica y no muy perspicaz; el anterior ayudante, invitado habitual de la casa, que tiene un problema serio con la bebida, y el joven protagonista, muy trabajador, con sus complejos y un punto de rebeldía insolente. La historia está contada casi en primera persona por un narrador omnisciente muy cercano al protagonista, el joven Joseph, el ayudante. Intercala las descripciones objetivas del entorno y los acontecimientos con reflexiones personales, que anticipan el diálogo interno y la exploración del mundo interior de los personajes.

Se ofrece además una interesante panorámica de la vida cotidiana a principios del siglo XX, de los usos sociales y de la mentalidad de la época. Hay algunos detalles que llaman la atención, como la frecuencia con que aparece el verbo «humillar» y sus derivados. Da la impresión de que el orgullo y el ego eran valores en alza en aquellos años. La figura del ingeniero es curiosísima, un inventor que se cree genial y que se endeuda terriblemente promocionando invenciones que nadie quiere y viviendo como un gran señor. El auténtico ingeniero Dobler se arruinó en poco tiempo, después de perder a su ayudante, y se separó de su mujer y sus cuatro hijos. La novela tiene dramatismo e interés, me parece que ha envejecido bien y resulta de muy agradable lectura.

Vamos con la habitual antología de citas: «El joven empleado sintió cuán entrañables pueden resultarnos las cosas humildes», «... una risa que define a una gran señora y dónde ha nacido», «En los países de habla alemana ocurre siempre que sus habitantes se alegran de poder mostrar que saben francés», «El respetable informe de la factura quedó impreso en el rostro de Tobler con una evidencia y precisión casi matemáticas, como si en las arrugas de esa frente se pudiera leer la cifra exacta», «¡Volverse sumisos, para cuántos es un refugio en la vida!», «Los habitantes de Bärensoni disimulan su perfidia bajo su gordura», «Cada estación tiene su olor y su música particulares», «... el contrabando de tabaco más simpático y primoroso del mundo»,

En fin, una gran novela de longitud muy bien medida, porque tiene unas 200 páginas de texto en esta edición, amena, entretenida y con mucha información interesante. Porque también las novela de más de cien años, antiguas como muebles de época, pueden resultar atractivas. Una lectura muy recomendable.

La versión española a partir del original alemán es obra del peruano Juan José del Solar Bardelli (1949-2014), el Premio Nacional a la mejor traducción en 1995 por la Historia del Doctor Johann Fausto,  Premio Nacional de Traducción de España por el conjunto de su obra en 2004 y premio Hesse (Alemania) de traducción.

Robert Walser (Biel, 1878-1956) fue un escritor suizo, hermano del Karl Walser. Siempre fué un autodidacta y no estuvo mucho tiempo en el mismo sitio; vivió en Basilea, Zurich, Viena, Stuttgart, Munich, Berlín, Ginebra y Berna. Sólo en esta ciudad, tuvo 14 domicilios diferentes. Trabajó como botones, actor, mayordomo, bibliotecario, oficinista vagabundo y finalmente, al declarársele una enfermedad mental, se internó voluntariamente en el sanatorio mental de Herisau, donde estuvo 27 años hasta su muerte. Su madre era depresiva y sus dos hermanos fueron esquizofrénicos. Parece que nunca poseyó nada, ni casa ni apenas enseres, y que siempre vivió solo.

A los 78 años, un día de Navidad, salió a pasear por la nieve y caminó, caminó hasta que se agotó, cayó rendido y murió. Se cree que fue un suicidio y dejó unas quinientas páginas de texto apretado a lápiz, casi ilegible, con una letra minúscula y lleno de abreviaturas. Solía decir «Escribo para ausentarme».

Herman Hesse dijo de él: «Si los poetas como Walser se contaran entre los espíritus que gobiernan, no habría guerras. Si tuviera cien mil lectores, el mundo sería mejor. Sea como fuere, el mundo está justificado por haber gente como Walser».

Robert Walser

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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