viernes, 24 de junio de 2022

Franco. Autoritarismo y poder personal - Juan Pablo Fusi

 

Título: Franco. Autoritarismo y poder personal                                                                  Autor: Juan Pablo Fusi

Páginas: 326 pág.

Editorial: Suma de Letras

Precio: 7 euros

Año de edición: 2001

De entre las biografías de Francisco Franco, Caudillo de España por la presunta gracia de Dios, destaca este breve ensayo de Juan Pablo Fusi, publicado en 1985 y reeditado en varias ocasiones. Se trata de un libro objetivo sobre un personaje incómodo, cuyo recuerdo sigue enfrentando a los españoles. Es inevitable: durante cerca de medio siglo, Franco purificó España mediante la trilogía de muerte, cárcel y exilio. No obstante, el profesor Fusi aborda su estudio con espíritu desapasionado: la ética de la responsabilidad por encima de la ética de la convicción. Pero esto no le lleva a la falsa neutralidad, porque advierte, la dictadura de Franco, desde una perspectiva liberal-democrática, es absolutamente condenable en términos históricos.

Francisco Franco nació en El Ferrol («del Caudillo») en 1892 en una familia militar. Su padre, un oficial de la Armada, era liberal, masón y mujeriego. La madre, muy piadosa, fue quizá infeliz. Franco se parecía a su madre. «Franquito» era débil, delgado y de voz aflautada. También le apodaban «Cerillito». Como después de 1898 ya no quedaban barcos, el joven Franco se licenció en la Academia de Infantería de Toledo. Luego su destino fue África. España tenía desde 1912 el Protectorado de Marruecos, un pequeño e inhóspito territorio cuyos duros habitantes se conocían como rifeños. La guerra colonial marroquí fue brutal. Murieron miles de españoles e indígenas. Esta fue la verdadera escuela de Franco

«Sin África no puedo entenderme a mí mismo», dijo en una ocasión el futuro dictador. General con 33 años, se hizo con una reputación en el ejército español. Con Millán Astray fundó la Legión Española. Franco era nacionalista y católico. Soñaba con una «España que fuera tan grande como en el pasado». El gallego fue uno de los militares favoritos de Alfonso XIII. Con Primo de Rivera llegó a ser director de la Academia General Militar de Zaragoza. Pero la República puso freno a su fulgurante carrera. Franco, resentido, odiaba la democracia. Desde los años veinte recibía propaganda anticomunista. Mimado por las derechas, conspiró junto con otros militares facciosos. Los últimos días de julio de 1936 recibió ayuda decisiva de nazis y fascistas. El 1 de octubre de ese año se convirtió en Jefe del Estado de la zona rebelde. A partir de ahí, su biografía se confunde con la historia de España. En 1939, Franco ganó la guerra civil. Comenzaba una interminable dictadura. 

Naturalmente, una etapa de 40 años no puede caracterizarse con brocha gorda. Fusi destaca los aspectos negativos del régimen, pero también los positivos (el gran desarrollo económico de los años 60). España en 1975 era ya un país desarrollado. Sin embargo, Franco nunca modificó sus ideas cuarteleras y simplistas, que Fusi califica de «elucubraciones alucinadas» y «supercherías». El dictador creía en una conspiración masónica que trataba de destruir la «Civilización Cristiana y Occidental». Acabó dándose la paradoja de un país relativamente moderno dirigido por un anciano de ideas anacrónicas. Sin embargo, la guerra fría permitió sobrevivir a Franco. Fue un camaleón nato. Nadie, por lo demás, ha acumulado en España tanto poder personal: jefe del Estado, jefe del Gobierno, Generalísimo de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire, y Jefe Nacional del Movimiento (partido único). Franco fue el Caudillo hacedor de reyes, como un cruzado del medievo. 

Fue también un gran represor y censor. A los republicanos derrotados no les dio tregua después de 1939. Fusi hace un cálculo: entre 1939 y 1945, fueron fusiladas en España una media de siete personas al día, si aceptamos la cifra moderada de 28.000 ejecuciones durante la posguerra. La cultura fue depurada, así como la administración. La sociedad civil, reprimida selectivamente. Se derogó la mayor parte de la legislación republicana. La iglesia católica, el ejército y la Falange fueron los tres pilares de la dictadura. De la España fascista, se pasó a la nacionalcatólica, y de ahí a la desarrollista. Franco era simplemente franquista. Murió con las botas puestas. 

Franco era un hombre de clase media, convencional y religioso. Físicamente, no era atractivo: gordo, pequeño y paticorto. Con los años se convirtió en un frágil anciano de blancos cabellos («un abuelo cívico», escribe Fusi). No gozaba de facultades oratorias. Escribía fatal. Cometía además faltas de ortografía. Sus aficiones favoritas eran la pesca y la caza. También pintaba, aunque mal. Le gustaba el cine, ver partidos de fútbol por televisión y jugar a las cartas con su camarilla. Rellenaba quinielas. No leía, ni tenía preocupaciones culturales. Fusi resume así la vida privada del dictador: «un desolador prosaísmo». Su personalidad era reservada y de pocas palabras. Ordenado y metódico, como buen militar. No fumaba. Bebía poco. Comía con mesura. La manipulación política a corta distancia era su fuerte. 

A Franco no le tembló el pulso a la hora de dar el «enterado» a innumerables penas de muerte. En su testamento, identificaba a sus enemigos con los enemigos de España. También afirmaba que los españoles eran menores de edad y necesitaban un patriarca fuerte y autoritario que los librara de ellos mismos. «El héroe hecho padre», era el ideal del dictador.  

Excelente libro. De lectura obligada como introducción crítica y mesurada a Franco y su autocracia.

Juan Pablo Fusi
 
Juan Pablo Fusi (1945) es donostiarra. Durante sus años mozos se formó en la Universidad de Oxford con Raymond Carr. Posteriormente, fue catedrático de historia contemporánea en las Universidades de Murcia, País Vasco, Cantabria y Complutense de Madrid. Dirigió durante unos años la Biblioteca Nacional de España. Es miembro de la Real Academia de la Historia. Su amplia obra ha tocado diversos temas: la política obrera en el País Vasco, los nacionalismos, las identidades proscritas no nacionalistas, la España de las Autonomías, la Guerra Civil o la dictadura franquista. Sus libros destacan por la cuidada redacción, el enfoque desapasionado y empírico y el rechazo de las abstracciones y generalizaciones abusivas. En la línea por tanto de la historiografía liberal británica. 

Publicado por Alberto. 

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