Título: La lengua de los dioses
Autora: Andrea Marcolongo
Páginas: 202
Editorial: Taurus
Precio: 16,90 euros
Año de edición: 2017
Este delicioso librito, subtitulado nueve razones para amar el griego, es una apasionada declaración de amor al griego antiguo, esa maravillosa lengua derivada del indoeuropeo que fué hace más de veinticuatro siglos el origen de la mayoría de nuestras ideas y conceptos. La palabra alfabeto toma su nombre de las dos primeras leras griegas, alfa y beta, y cualquier estudiante de Filosofía sabe que muchos filósofos comienzan a razonar desde los conceptos griegos, que a menudo parecen las ideas puras y primigenias que han originado el pensamiento occidental.
La koiné, el daimon, el logos, la polis, el ethos y el pathos, la democracia, la tragedia, la poesía, la catársis... términos griegos que están en el origen de todo el pensamiento occidental. Como dice la autora «Todo lo hermoso e insuperable que se ha dicho o hecho en el mundo lo dijeron o hicieron por primera vez los antiguos griegos».
Marcolongo nos introduce de manera amena y ágil en las peculiaridades de ese maravilloso idioma, lo que supone hacer también divulgación de la manera de pensar, vivir y ver el mundo de los antiguos griegos, porque como dijo San Isidoro de Sevilla «son las lenguas las que hacen los pueblos y no los pueblos las lenguas».
El griego, un idioma con un sentido del tiempo diferente, musical y rítmico, con vocales largas y cortas, declinaciones como el latín con ocho casos, tres géneros (masculino, femenino y neutro), tres números (singular, nosotros dos y plural), en el que la luminosidad (claro/oscuro) de los colores era más importante que el tono, un idioma dominado por los verbos, la acción, no por los nombres, como el nuestro.
Es una obra interesantísima, en la que se aprenden muchas cosas, como que los signos de puntuación y las tildes aparecieron en Alejandría durante el período helenístico (siglos IV a I antes de Cristo), que para entender bien otro idioma hay que estudiar antes en profundidad el nuestro, que como todos los idiomas primitivos no había palabra para el azul en el griego antiguo, que el ritmo en la poesía es un concepto griego y muchas otras cosas.
La exposición resulta muy amena, divulgativa y a la vez inteligente y profunda. Se puede decir que es un buen libro de divulgación lingüística, porque nos habla de muchas ideas aplicables a cualquier idioma. Está amenizado por recuadros, como una guía turística sobre el idioma heleno, sobre temas específicos que vale la pena explicar pero son tangenciales al discurso principal del libro, por ejemplo el vino griego, la personalidad de San Isidoro, los tabús, los colores, la poesía, el alfa privativa (un prefijo griego que perdura en español como a- que significa sin) y otros temas parecidos.
Un libro estupendo, que ha sido un verdadero bombazo editorial en Italia, con un título mucho menos atractivo, «La lengua genial». Una obra que transmite el amor por el griego, es decir por el origen de nuestras palabras e ideas, o lo que es lo mismo, por conocer nuestra cultura en profundidad y hacer algo así como arqueología del pensamiento. Una maravilla que os encantará si tenéis una mínima afición a todo lo relacionado con la lengua y que, desde luego, ya que no es tan fácil aprender griego, yo recomendaría leer a todo el mundo.
Para acabar, aquí os dejo el primero de cinco vídeos subtitulados en los que la autora habla sobre este libro.
Andrea Marcolongo (Crema, 1987) es una escritora italiana que ha revolucionado el mundo editorial con este superventas, del que se han vendido 200.000 ejemplares en Italia en solo unos meses. Nacida en una pequeña ciudad del norte, ha estudiado en la Universidad de Milán y en la Escuela Holden de Alessandro Baricco.
Ha vivido en París, Dakar, Sarajevo y Livorno. Lingüista, helenista, ha trabajado como redactora de textos para el político Matteo Renzi.
Este delicioso librito, subtitulado nueve razones para amar el griego, es una apasionada declaración de amor al griego antiguo, esa maravillosa lengua derivada del indoeuropeo que fué hace más de veinticuatro siglos el origen de la mayoría de nuestras ideas y conceptos. La palabra alfabeto toma su nombre de las dos primeras leras griegas, alfa y beta, y cualquier estudiante de Filosofía sabe que muchos filósofos comienzan a razonar desde los conceptos griegos, que a menudo parecen las ideas puras y primigenias que han originado el pensamiento occidental.
La koiné, el daimon, el logos, la polis, el ethos y el pathos, la democracia, la tragedia, la poesía, la catársis... términos griegos que están en el origen de todo el pensamiento occidental. Como dice la autora «Todo lo hermoso e insuperable que se ha dicho o hecho en el mundo lo dijeron o hicieron por primera vez los antiguos griegos».
Marcolongo nos introduce de manera amena y ágil en las peculiaridades de ese maravilloso idioma, lo que supone hacer también divulgación de la manera de pensar, vivir y ver el mundo de los antiguos griegos, porque como dijo San Isidoro de Sevilla «son las lenguas las que hacen los pueblos y no los pueblos las lenguas».
El griego, un idioma con un sentido del tiempo diferente, musical y rítmico, con vocales largas y cortas, declinaciones como el latín con ocho casos, tres géneros (masculino, femenino y neutro), tres números (singular, nosotros dos y plural), en el que la luminosidad (claro/oscuro) de los colores era más importante que el tono, un idioma dominado por los verbos, la acción, no por los nombres, como el nuestro.
Es una obra interesantísima, en la que se aprenden muchas cosas, como que los signos de puntuación y las tildes aparecieron en Alejandría durante el período helenístico (siglos IV a I antes de Cristo), que para entender bien otro idioma hay que estudiar antes en profundidad el nuestro, que como todos los idiomas primitivos no había palabra para el azul en el griego antiguo, que el ritmo en la poesía es un concepto griego y muchas otras cosas.
La exposición resulta muy amena, divulgativa y a la vez inteligente y profunda. Se puede decir que es un buen libro de divulgación lingüística, porque nos habla de muchas ideas aplicables a cualquier idioma. Está amenizado por recuadros, como una guía turística sobre el idioma heleno, sobre temas específicos que vale la pena explicar pero son tangenciales al discurso principal del libro, por ejemplo el vino griego, la personalidad de San Isidoro, los tabús, los colores, la poesía, el alfa privativa (un prefijo griego que perdura en español como a- que significa sin) y otros temas parecidos.
Un libro estupendo, que ha sido un verdadero bombazo editorial en Italia, con un título mucho menos atractivo, «La lengua genial». Una obra que transmite el amor por el griego, es decir por el origen de nuestras palabras e ideas, o lo que es lo mismo, por conocer nuestra cultura en profundidad y hacer algo así como arqueología del pensamiento. Una maravilla que os encantará si tenéis una mínima afición a todo lo relacionado con la lengua y que, desde luego, ya que no es tan fácil aprender griego, yo recomendaría leer a todo el mundo.
Para acabar, aquí os dejo el primero de cinco vídeos subtitulados en los que la autora habla sobre este libro.
Andrea Marcolongo (Crema, 1987) es una escritora italiana que ha revolucionado el mundo editorial con este superventas, del que se han vendido 200.000 ejemplares en Italia en solo unos meses. Nacida en una pequeña ciudad del norte, ha estudiado en la Universidad de Milán y en la Escuela Holden de Alessandro Baricco.
Ha vivido en París, Dakar, Sarajevo y Livorno. Lingüista, helenista, ha trabajado como redactora de textos para el político Matteo Renzi.
Andrea Marcolongo
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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