Título: Se está haciendo cada vez más tarde
Autor: Antonio Tabucchi
Páginas: 272
Editorial: Anagrama
Precio: 5,80 euros
Año de edición: 2001
Esta entrada me parece que va a ser algo difícil, porque es un libro denso, meditado, más elaborado y complejo que otros del mismo autor. Me conformaré con que quede una entrada regular para un buen libro.
Esta obra se podría definir como una novela epistolar, está compuesta por una serie de 17 cartas escritas por diferentes personajes masculinos y dirigidas a las mujeres que aman. Todas ellas rebosan ternura y cariño, son muy sentimentales, se aprecia el deseo del encuentro en todas las páginas, pero también con frecuencia están impregnadas por la nostalgia de un tiempo pasado, la añoranza de una compañía ausente, la tristeza de una relación acabada o la angustia de un deseo inalcanzable.
Están escritas como un monólogo que rememora un tiempo pretérito sin que el lector pueda hallar un nexo de unión entre ellas, no hay una relación clara salvo algunos rasgos comunes. Uno de ellos es que se puede imaginar, sin que haya una norma fija o un dato explicito que lo confirme, que las situaciones que se reviven suceden en viajes, ciudades o paisajes relacionados con el Mediterráneo.
Marcadas por un tono evocador, el autor juega en ellas con el espacio para desplazarse por una serie de rincones magníficamente descritos en Grecia, Italia y también en alguna gran ciudad; juega igualmente con el tiempo, al anticipar la llegada de la carta en su contenido; los tiempos se cruzan y alteran para hacer trabajar la imaginación del lector.
El contrapunto lo pone la última misiva, la única escrita por una mujer y dirigida a varios destinatarios pero haciendo a la vez hincapié en que resulte personal. Está escrita en un tono mucho más formal y desapasionado, frío y distante, y el autor se permite en ella un guiño curioso: incluye una carta dentro de la carta.
Una obra muy diferente a otras de Tabucchi, opuesta en muchos aspectos a su novela más famosa «Sostiene Pereira», más compleja y con referencias habituales a la cultura mediterránea (música, poesía, tradiciones). Un desfile de observaciones y reflexiones sobre el amor desde el punto de vista de la madurez de los escribientes.
Antonio Tabucchi (Pisa, 1943 – Lisboa, 2012), italiano de nacimiento y portugués de adopción y vocación, ya ha visitado estas páginas a propósito de su famosa novela «Sostiene Pereira». Fue en su juventud un lector voraz e incansable. En un viaje a París conoció la obra «Tabaqueira» de Fernando Pessoa y quedó fascinado. Su vida cambió mucho: aprendió portugués para leerlo en su idioma original, se estableció en Lisboa, se casó con una portuguesa y tuvo dos hijos. Posteriormente adquirió la nacionalidad portuguesa. Compaginó su residencia en la capital lusa con su trabajo en la Universidad de Siena.
Ha tenido una singular actividad política en Portugal apoyando al candidato socialista Mario Soares y en Italia con su particular campaña para desberlusconizar el país.
Ha escrito un buen número de novelas, cuentos y relatos cortos. Ha sido colaborador habitual en prensa sobre cultura y política.
Esta entrada me parece que va a ser algo difícil, porque es un libro denso, meditado, más elaborado y complejo que otros del mismo autor. Me conformaré con que quede una entrada regular para un buen libro.
Esta obra se podría definir como una novela epistolar, está compuesta por una serie de 17 cartas escritas por diferentes personajes masculinos y dirigidas a las mujeres que aman. Todas ellas rebosan ternura y cariño, son muy sentimentales, se aprecia el deseo del encuentro en todas las páginas, pero también con frecuencia están impregnadas por la nostalgia de un tiempo pasado, la añoranza de una compañía ausente, la tristeza de una relación acabada o la angustia de un deseo inalcanzable.
Están escritas como un monólogo que rememora un tiempo pretérito sin que el lector pueda hallar un nexo de unión entre ellas, no hay una relación clara salvo algunos rasgos comunes. Uno de ellos es que se puede imaginar, sin que haya una norma fija o un dato explicito que lo confirme, que las situaciones que se reviven suceden en viajes, ciudades o paisajes relacionados con el Mediterráneo.
Marcadas por un tono evocador, el autor juega en ellas con el espacio para desplazarse por una serie de rincones magníficamente descritos en Grecia, Italia y también en alguna gran ciudad; juega igualmente con el tiempo, al anticipar la llegada de la carta en su contenido; los tiempos se cruzan y alteran para hacer trabajar la imaginación del lector.
El contrapunto lo pone la última misiva, la única escrita por una mujer y dirigida a varios destinatarios pero haciendo a la vez hincapié en que resulte personal. Está escrita en un tono mucho más formal y desapasionado, frío y distante, y el autor se permite en ella un guiño curioso: incluye una carta dentro de la carta.
Una obra muy diferente a otras de Tabucchi, opuesta en muchos aspectos a su novela más famosa «Sostiene Pereira», más compleja y con referencias habituales a la cultura mediterránea (música, poesía, tradiciones). Un desfile de observaciones y reflexiones sobre el amor desde el punto de vista de la madurez de los escribientes.
Antonio Tabucchi (Pisa, 1943 – Lisboa, 2012), italiano de nacimiento y portugués de adopción y vocación, ya ha visitado estas páginas a propósito de su famosa novela «Sostiene Pereira». Fue en su juventud un lector voraz e incansable. En un viaje a París conoció la obra «Tabaqueira» de Fernando Pessoa y quedó fascinado. Su vida cambió mucho: aprendió portugués para leerlo en su idioma original, se estableció en Lisboa, se casó con una portuguesa y tuvo dos hijos. Posteriormente adquirió la nacionalidad portuguesa. Compaginó su residencia en la capital lusa con su trabajo en la Universidad de Siena.
Ha tenido una singular actividad política en Portugal apoyando al candidato socialista Mario Soares y en Italia con su particular campaña para desberlusconizar el país.
Ha escrito un buen número de novelas, cuentos y relatos cortos. Ha sido colaborador habitual en prensa sobre cultura y política.
Publicado por John Smith.
No hay comentarios:
Publicar un comentario