martes, 25 de julio de 2023

La más recóndita memoria de los hombres - Mohamed Mbougar Sarr

 

Título: La más recóndita memoria de los hombres                                                               Autor: Mohamed Mbougar Sarr  

Páginas: 456 pág.

Editorial:
Anagrama

Precio: 22,90 euros

Año de edición: 2022

No sé por dónde empezar a hablar de esta gran novela, compleja y complicada, polifacética y rotunda como pocas, una maravilla que ganó nada menos que el Premio Goncourt en el 2021. Bueno, comencemos por decir que me ha fascinado como artefacto literario, que su autor ha entrado para mí en la lista de escritores a seguir y que me parece que es ya una de las grandes novelas de esta década.

Se trata de una novela con una fuerte influencia de las ideas literarias y el estilo de Roberto Bolaño, que recuerda inevitablemente por su estructura a «Los detectives salvajes» y a «2666», y que se encabeza con una larga cita del autor chileno que da lugar al título, en la que se nos recuerda que «... un día la Obra muere, como mueren todas las cosas, como se extinguirá el Sol y la Tierra, el Sistema Solar y la Galaxia y la más recóndita memoria de los hombres».

Con una arquitectura compleja, compuesta de tres libros divididos en varias partes cada uno y un epílogo, y una escritura bolañiana, nos cuenta las peripecias del narrador, Diégane, un joven escritor senegalés residente en París en 2018, en busca de un autor mítico y escurridizo, su compatriota Elimane, llamado el «Rimbaud negro», un africano de 23 años que escribe demasiado bien, responsable de una obra de culto, fascinante y misteriosa, que provoca las más varias opiniones, publicada en 1938 y prácticamente inencontrable. Es «El laberinto de lo inhumano», una epopeya africana sobre un hombre salvaje y cruel, capaz de las mayores atrocidades con tal de conseguir el poder. El texto utiliza multitud de citas de autores famosos, embebidas en el texto con arte y maestría sin igual, pero las acusaciones de plagio se sucedieron en cascada y la novela tuvo que retirarse del mercado. La situación plantea al lector muchas preguntas (¿es válido el collage literario bien hecho? ¿el plagio es lícito en ciertas condiciones, si busca el arte y no el engaño? ¿no es eso la esencia de la tradición literaria?).

Diégane seguirá el rastro de ese escurridizo autor, conocerá a varios testigos que le conocieron y le contarán su historia, lo que permite al autor construir una novela total, un juego de cajas chinas con historias y más historias dentro de otras, saltos en el tiempo y el espacio, varias voces narradoras y una atractiva novela de búsqueda, que atraviesa varios géneros: es claramente una novela de intriga, casi de aventuras, durante un tiempo es una novela de crecimiento, luego se convierte en historia romántica, tiene partes que pertenecen al género de terror y finalmente, es una novela de ideas, como ahora veremos. En conjunto, una novela total, rica en contenido, desafiante en su complejidad y poderosa. Una obra muy madura.

Por todo el libro, dos grandes temas forman dos hilos conductores de ideas. Un debate muy francés, sobre qué es la literatura, si se trata tan solo de letras, forma y artificio, un juego de arte por el arte, o si es parte inextricable de la vida, con la que intercambia contenidos y elementos continuamente. Mbougar se decanta claramente por lo segundo y esta novela es buena prueba de ello, ya que transita continuamente entre la ficción y la realidad. Y la trágica ambigüedad y ambivalencia de los escritores africanos integrados en Francia, que para crecer intelectualmente no tienen más remedio que empaparse y alimentarse de la cultura que ha destrozado y saqueado la suya. El autor propone como salida repensar lo africano y generar una nueva tradición, inventada y enriquecida, pero africana, y es lo que hace en este singular libro.

Merece una mención especial el penetrante análisis que se hace en un par de páginas de los sentimientos y sensaciones del emigrante, que cree que el problema es el espacio, cuando en realidad, es el tiempo: «Los exiliados se obsesionan son la separación geográfica [...] echan la culpa a los kilómetros, cuando son los días los que los matan». Otro aspecto es la permanente sensación de extrañeza: «Sois y seguiréis siendo extranjeros. No estáis aquí».

El macguffin de esta historia, el elusivo escritor Elimane, está basado en un autor real, el maliense Yambo Ouologuem, al que está dedicado el libro, el primer africano en ganar un gran premio literario francés. Conquistó en 1968 nada menos que el Premio Renaudot con «Le devoir de violence», sobre una dinastía de jefes africanos que colaboran con el esclavismo. La obra tuvo un enorme éxito de crítica y público, pero el autor fue acusado de plagio por utilizar numerosos fragmentos de Graham Greene y otros autores, eso sí, insertados con tal pericia que encajaban perfectamente en el texto. Ouologuem argumentó que en su manuscrito había usado comillas, pero que en la labor de edición se habían perdido. 

En cuanto al estilo, es variado y siempre espléndido. Cambia según quien esté hablando y el tema de lo que se esté contando, aunque la verdad, resulta difícil fijarse en cómo está escrito porque lo que se cuenta tiene tanta fuerza y enigma que bastante tiene el lector con segur el hilo de la trama. Sin embargo, algunas citas pueden dar una idea de que la cosa no es una broma: «Una casualidad no es más que un destino del que no vemos la caligrafía» (frase que se repite con pequeñas variaciones), «... un amor al que renunciamos por temor a ser felices... », «Es un fantasma. Uno no encuentra a Elimane. Se le aparece a uno», «Te envidio y te compadezco» (al dejarle el libro), «... escribir exige siempre otra cosa, otra cosa, otra cosa», «Para integrarnos estamos obligados a ser africanos, pero no demasiado», «Las mujeres perdonan a veces al que fuerza la ocasión, pero nunca al que la deja pasar», «El reverso del paraíso no es el infierno, sino la literatura», «Cada uno de nosotros tenemos que encontrar nuestra pregunta», «No hay nada peor que una obra que se explica, se avisa, da pistas para que la comprendan o la absuelvan de lo que es», «La realidad no tiene contrario. Todo lo que sucede  en la experiencia humana es realidad», «La realidad es siempre más pobre comparada con la verdad», «La política no era a sus ojos más que la capitalización bien resuelta de las desesperaciones bien comprendidas», «Te digo que mejor no escribir si no tienes, como mínimo, la ambición de hacer temblar el alma de una persona», «No hay calma antes de la tormenta. La auténtica tormenta se precede», «¿Qué somos? Un anillo de sangre en un estuche de luz».

En fin, un libro que es una locura. Una gran novela, original y potente, poética y arrebatadora, que te embarga y te obsesiona mientras la lees, inteligente y habilidosa, con truco y estructura, que juega con una galaxia de ideas y con la mente del lector. Africana y misteriosa, con magia y brujería, con un lado oscuro que a veces da miedo, que parece escrita por un demonio, un autor poseído y que te posee. Un texto que sorprende en cada párrafo, una obra total. Si te gusta la buena literatura, la de verdad, lee, lee este libro y verás lo que es bueno.

El trabajo de traducción del original francés, que ha dado lugar a un texto en español impecable, es obra del catalán Rubén Martín Giráldez, escritor y traductor de inglés, francés y catalán. 

Mohamed Mbougar Sarr (Dakar, 1990) es un escritor senegalés en francés, el primer autor subsahariano en ganar el Premio Goncourt , el más prestigioso de las letras francesas, en 2021 y uno de los más jóvenes.

Hijo de un médico, creció en una familia numerosa de los serer en Diourbel, una capital de departamento a unos 150 km al este de la capital. Estudió en un instituto militar y luego en París, donde se licenció en la Escuela de Estudios Avanzados en Ciencias Sociales. Inició una tesis sobre Léopold Sédar Senghor, pero la abandonó para dedicarse a escribir.

Ha publicado cuatro novelas hasta ahora, con las que ha obtenido seis premios literarios franceses de prestigio y dos condecoraciones en su país de origen. Actualmente vive en Beauvais, una pequeña ciudad al norte de Francia.

Mohamed Mbougar Sarr

 Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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