martes, 18 de noviembre de 2025

Mambo - Alejandra Moffat

Título: Mambo
Autora: Alejandra Moffat
 
Páginas: 192
 
Editorial: Las Afueras
 
Precio: 16,95 euros 
 
Año de edición: 2025
 
Estamos en los años 80, en Chile, Son tiempos duros, difíciles para la población, que sobrevive como puede bajo la dictadura de Pinochet. En el sur del país, una familia vive escondida en el bosque, en una cabaña que de lejos se puede confundir con el color de los troncos de los árboles. Es la casa de Ana, una niña a la que su nombre le parece corto y feo, y a la que le gustaría llamarse Anaconda. Vive allí con sus padres y su hermana mayor, Julia.
 
Ese es el planteamiento de partida de esta poderosa novela, directa, conmovedora y fresca, la historia de una familia en la clandestinidad contada por una niña pequeña, Ana, que a pesar de todo vive en su mundo, lleno de juegos, de dibujos y de magia. Todo está narrado desde su punto de vista, desde su manera de ver el mundo y la vida, con una voz infantil muy bien simulada, con frases cortas y contundentes que nos transportan a aquella cabaña en el bosque y a aquel tiempo, lleno de juegos, pero también de reglas, de precauciones y solidaridad.
 
La ominosa realidad, que el lector intuye junto a las niñas a través de retazos de conversaciones, palabras en voz baja, instrucciones, indicios, trozos de cartas rotas en pedazos, está descrita de manera indirecta y eficaz. Los adultos rodean a las pequeñas de una barrera de protección de mentiras piadosas y ocultamientos, pero a pesar de todo, van conociendo poco a poco la dura realidad. 
 
Aparecen algunos americanismos, muy pocos, que no entorpecen la lectura y la impregnan de un atractivo aroma de aquellas latitudes: como murtilla (arbusto chileno de hoja perenne), ruma (montón), chancho (cerdo) o beterraga (remolacha). Y alguna que otra expresión que me han parecido curiosas y divertidas: tener memoria de pollo (mala memoria), tomar las once (beber aguardiente, palabra de once letras). El título, MAMBO, todo en mayúsculas, es un acrónimo que lleva la niña en una pulsera para no olvidar los nombres simulados bajo los que la familia esconde su identidad.
 
Una narración estupenda, basada en la experiencia vital de la autora, muy bien desarrollada y ejecutada, sobre esas dos líneas temáticas estupendamente aprovechadas: el maravilloso mundo de la infancia, paralelo al de los adultos, y la dureza de la lucha clandestina contra una dictadura. La inocencia de una niña frente a una siniestra dictadura. Ternura, terror y autoritarismo, empaquetados en un libro conmovedor. Una novela que va a dar mucho que hablar, una obra de madurez, aunque solo sea la segunda novela de Moffat. Un buen libro de verdad, muy recomendable. Una lectura agradable que, además, aunque parezca mentira, termina felizmente.
 
Alejandra Moffat  (Los ÁngelesChile1982) es una escritora chilena. Estudió teatro en Concepción, dramaturgia en la Pontificia Universidad Católica de Chile y cine documental en la Escuela de Cine de Chile. Ha ganado dos veces el premio de la Muestra Nacional de Dramaturgia de Chile, en 2005 y en 2011, y en éste último año publicó su primera novela, El hacedor de camas. En 2013, ganó con el documental Candelaria el premio a la mejor opera prima en SURDOCS.
 
Ha escrito obras de teatro, guiones de cine, dos novelas y tres volúmenes de relatos, y ha impartido talleres de dramaturgia, guion y escritura creativa en varias universidades. Su obra se inscribe en la llamada literatura de los hijos de la dictadura chilena. En este enlace hay una entrevista muy interesante en la que la autora habla sobre esta novela. 
 
Alejandra Moffat
 
Publicado por Antonio F. Rodríguez. 

lunes, 17 de noviembre de 2025

La vida secreta de Walter Mitty - James Thurber

Título: La vida secreta de Walter Mitty
Autor: James Thurber
 
Páginas: 160
 
Editorial: Acantilado
 
Precio: 14 euros 
 
Año de edición: 2004 (3ª ed.)
 
Pues aquí tenemos en este volumen 25 relatos cortos, de unas 6 páginas cada uno, llenos de un humor desbordante, irónicos, ingeniosos y sumamente divertidos. Thurber es un inteligente continuador de la línea humorística que inauguró Mark Twain y consecuentemente, no deja títere con cabeza. En cada relato nos deja la agradable impresión de que se ríe de sí mismo en cierto modo. O deja en ridículo a los hombres en general, o al típico hombre medio estadounidense, o a un señor que tiene toda la pinta de ser un trasunto del propio autor. También es verdad que hay un punto de tristeza, de decepción ante lo ridícula que puede resultar la existencia humana.
 
Lo que le puede pasar a cualquier marido cuando le sigue la corriente a su mujer más d ela cuenta, cómo pasar unas botellas de nada por la aduana,  lo difícil que puede llegar a ser mantener la dignidad masculina cuando un murciélago se cuela en casa, el problema de por qué no brillan los ojos de las personas por la noche como los de los gatos, recuerdos de un bull terrier llamado Rex que mantenía contiendas homéricas, los inconvenientes de tener una marca en la cara con forma de zapato... esos algunos de los temas cotidianos sobre los que este simpático autor construye sus sátiras, llenas de ironía, tras la que se ve la frustración del hombre ojo, del hombre, no de la mujer moderno.
 
Mención aparte merece la pieza que da título al libro, que ha servido para acuñar la expresión síndrome de Walter Mitty, que consiste en la tendencia a fantasear de manera incontrolable y disparatada que tienen algunos hombres para escapar a la rígida, anodina y grisácea vida convencional de todos los días. Quizás sea un truco para disimular el hecho de que muchos hombres no nos enteramos de lo que pasa a nuestro alrededor. 
 
En cualquier caso, con esta obra, la diversión está asegurada y su lectura apunta a algunos temas que valdría la pena que los psicólogos y sociólogos se tomasen en serio. Un clásico del género humorístico de EE. UU. escrito por un autor que se convirtió en habitual en The New Yorker. Si queréis reíros un rato, no lo dudéis: éste es vuestro libro. 
 
Hay dos versiones cinematográficas estadounidenses del relato que da título al libro: una dirigida por Norman Z. McLeod en 1947 y otra de 2013, dirigida y protagonizada por Ben Stiller Las dos, comedias con las que pasar un buen rato. Por otro lado, la traducción del inglés, correcta e impecable, es obra de la argentina Celia Filipetto, una mujer con más de 300 traducciones a las espaldas, que ganó en 2023 el Premio Nacional a la Obra de un Traductor.  
 
James Thurber (Columbus, 1894-1961) fue un escritor y humorista gráfico estadounidense. Su padre, un oficinista que saltaba de un empleo a otro, y su madre, una mujer con un gran sentido del humor y una bromista infatigable una vez simuló estar paralítica para asistir a un oficio de un predicador y fingirse curada, influyeron notablemente en su carrera como humorista.
 
Cuando tenía 7 años, jugando a Guillermo Tell con uno de sus hermanos perdió un ojo de un flechazo. Se convirtió en un niño retraído que no podía practicar deportes y se refugió en los libros y en su imaginación. Estudió en la Universidad Estatal de Ohio, pero no pudo graduarse por sus problemas de visión. Fue secretario en el Departamento de Estado de EE. UU., reportero para el The Columbus Dispatch y colaborador en varios diarios, hasta que llegó a The New Yorker.
 
En esa publicación inició una brillante carrera como dibujante y humorista a los 36 años, gracias a que un compañero rescató de la papelera uno de sus dibujos, se los levó al director y acabó siendo publicado. Diseñó portadas, publicó historietas, escribió relatos... hasta que falleció de una trombosis a los 66 años.
 
James Thurber

Publicado por Antonio F. Rodríguez.