domingo, 28 de diciembre de 2025

Los pequeños macabros - Edward Gorey

Título: Los pequeños macabros
Autor: Edward Gorey
 
Páginas: 56
 
Editorial: Libros del Zorro Rojo
 
Precio: 11,50 euros 
 
Año de edición: 2025
 
Éste es un libro curioso y raro donde los haya. Se trata simplemente, de una colección de ilustraciones, una por cada letra del alfabeto, hasta completar 26, con un verso debajo. En cada dibujo, se ve cómo un niño, cuyo nombre empieza por la letra del abecedario correspondiente, desde la A hasta la Z, muere de forma diferente, y el verso lo cuenta. Por ejemplo:
 

  
 
Un libro de ilustraciones de tono macabro, pero con un peculiar sentido del humor. Es una obra que muestra las ideas de un dibujante muy especial, que ilustró cientos de libros de terror y que influyó poderosamente en otros creadores, como Tim Burton.
 
Si os interesa, os recomiendo leerla versión original en inglés, porque los versos riman dos a dos y eso le da cierta gracia al texto. Por ejemplo, para las dos primeras letras, dice:
 
A is for Amy who fell down the stairs
B is for Basil assaulted by bears 
 
(La A es de Amy, que rodó por las escaleras.
La B es de Basil, atacado por unos osos).
 
La traducción del inglés es obra del escritor, editor y traductor Marcial Souto Tizón.
 
En fin, un muestrario alfabético de las fantasías más morbosas y transgresoras de un artista excepcional. Muy curioso.
 
Edward Gorey (Chicago, 1925-2000) fue un escritor y artista estadounidense, conocido por sus libros ilustrados. Estudió arte durante un semestre en el Chicago Art Institute y estuvo en el ejército algunos años. De los 28 a los 35 años trabajó para el Departamento de Arte de la editorial Doubleday Anchor, ilustrando portadas de libros. Luego diseñó para otras editoriales y finalmente, como ilustrador independiente. Es autor de más de 200 portadas de libros, también diseño vestuarios de películas y obras de teatro, y marionetas de papel maché. Publicó más de 100 obras ilustradas por él mismo y con sus textos.
 
Sus conocimientos de cine y literatura eran enciclopédicos, le encantaban los gatos y era tan aficionado al ballet que no se perdió ni un solo montaje del New York City Ballet.
 
Edward Gorey

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

sábado, 27 de diciembre de 2025

Cerro Belmonte: el barrio madrileño que declaró su independencia

Cerro Belmonte en los años 90

Esta es la insólita historia de un pequeño barrio madrileño que, en 1990 y durante un verano, proclamó su independencia, pidió protección a Fidel Castro y se tomó muy en serio eso de ser un país. El Reino de Cerro Belmonte se llamaba, situado al norte de la capital, en el barrio de Valdezarza.

Pero vamos a contar la cosas bien, desde el principio. Cerro Belmonte era un poblado ilegal de chabolas e infraviviendas, casas de una planta sin agua corriente, habitado por unas 250 personas, la mayoría personas mayores. Rodeado de descampados, parecía una tranquila aldea del extrarradio madrileño y allí la vida transcurría plácidamente. 

Pero el ayuntamiento tenía un plan de recuperación de las bolsas de deterioro urbano, que incluía la expropiación de Cerro Belmonte. Se ofrecía a los vecinos una indemnización de 5018 pesetas por metro cuadrado, una cantidad irrisoria cuando se sabía que allí el suelo estaba a más de 200.000 pts/m2. Además se les ofrecía realojarlos en Vallecas o Villaverde, zonas demasiado alejadas de su entorno. 

Los afectados se enfadaros. Les echaban de sus casas por cuatro duros. Se liaron la manta a la cabeza, organizaron un referéndum de autodeterminación con urnas de cartón, en el que ganó la independencia por 212 votos a 2, y se constituyeron en país independiente en septiembre de 1990. Los límites eran exactamente: la calle Valle de Mena al Norte, la calle Villaamil al Este, la calle Valle de Cachemira al Sur y la calle Valdesangil al Oeste. En total 30.415 m2. El nombre completo era Reino del Cerro de Belmonte, Principado de Villaamil y Condado de Peña Chica. La moneda, el belmonteño, equivalente a  5018 pts, el valor que les habían ofrecido por metro cuadrado. El himno, «Queremos pan, queremos vino, queremos al alcalde colgado de un pino». Para la bandera, expropiaron una estrella del escudo municipal, tomaron el color rojo y cortaron las barras horizontales para que no se confundiera con las de Austria y Líbano

Bandera de Cerro Belmonte

Redactaron una constitución y todo, en la que lo más importante era la felicidad de los ciudadanos. Además, pidieron asilo a Cuba, le cayeron en gracia a Fidel Castro que, ni corto ni perezoso invitó a la isla a 25 belmonteños. Los integrantes de la expedición se eligieron por sorteo, con un resultado desigual  porque incluía a una niña de 10 años y a un anciano de 80 que había luchado en la División Azul. Fidel dedico 45 minutos de un discurso de 4 horas a los oprimidos de Cerro Belmonte, les ofreció asilo político, casa y trabajo en La Habana, pero ninguno aceptó. El nuevo país tuvo eco en la BBC, en el diario alemán Der Spiegel y el periódico Egin les dedicó una portada. Los vecinos cerraron el barrio con vallas de obra, pusieron tiendas de campaña para hacer guardia en las entradas y llegaron a pensar en contar Sinesio Delgado y exigir peaje, con lo que tendrían los ingresos asegurados. 

La Policía Municipal se lo tomó bien, como una broma que no iba a llegar a ninguna parte. Y finalmente, la aventura tuvo un final feliz. El ayuntamiento se dio por enterado, saco al pueblo del plan urbanístico vigente y lo incluyó en el siguiente, con lo que daba tiempo a que los vecinos negociasen con constructoras privadas y obtuvieran más dinero. Además, el realojo de los vecinos se realizó en zonas cercanas. El  Reino de Cerro Belmonte había ganado la partida.

La abogada de Cerro Belmonte con Fidel Castro

Hay un libro sobre esta historia tan peculiar, titulado El Reino de Belmonte. Una utopía urbana (Reino de Cordelia, 2025) del madrileño Alfonso Mateo-Sagasta Llopis.

Publicado por Antonio F. Rodríguez. 

viernes, 26 de diciembre de 2025

Fama y soledad de Picasso - John Berger

Título: Fama y soledad de Picasso
Autor: John Berger
 
Páginas: 264
 
Editorial: Alfaguara
 
Precio: 18,90 euros 
 
Año de edición: 2013

El crítico, novelista y pintor John Berger publicó por primera vez en 1965 su brillante Fama y soledad de Picasso. En su momento el libro no fue bien entendido y la crítica oficial se lanzó contra la yugular del autor. Para colmo, su enfoque era decididamente marxista. Hoy, tantos años después, es considerado como uno de los trabajos esenciales sobre el genial pintor malagueño, alabado como el gran pope del arte del siglo XX. Picasso era y es intocable. No hablamos únicamente de un artista sino de un personaje elevado a la condición de mito. Y ya se sabe que los mitos se rodean de un culto. Berger cuestiona los estudios acríticos sobre Picasso. Tienen un gran valor descriptivo y erudito. Pero la admiración les ciega. No van a la raíz de la personalidad del pintor. Porque hablar de Picasso es hacerlo de una personalidad única. 

Berger estudia con cierto detalle los orígenes nacionales de Picasso. Era español, oriundo de la por entonces atrasada provincia de Málaga e hijo del pintor académico don José Ruiz Blasco. El genio de Picasso fue temprano. Desde niño era capaz de pintar cualquier cosa. Se cuenta que su propio padre rompió los pinceles abrumado por el talento del vástago. Picasso viene de un rincón marginal de Europa. La gran tradición artística de España era poco conocida fuera de sus fronteras a finales del siglo XIX. Si Pablo Ruiz Picasso no hubiera salido de su patria no hubiera pasado de ser Pablo Ruiz, un artista del montón, teniendo en cuenta el retraso cultural español. Pero supo apuntar bien: Madrid, Barcelona y muy pronto París, la meca de las vanguardias. Ahí empezó la leyenda. 

Un problema de este excelente libro es que cae en ciertos tópicos al hablar de España. Berger considera nuestro país una especie de potro de los tormentos, alejado de la rica Europa y dominado por una casta feudal de terratenientes. Abajo están los hambrientos campesinos, propensos al anarquismo. Sus arrebatos justicieros y temperamentales en otros países más avanzados se llaman revoluciones. Evidentemente, se trata de un enfoque demasiado parcial inspirado en Gerald Brenan. De este suelo volcánico, como un invasor vertical, un nuevo bárbaro, emergió el feroz Picasso dispuesto a comerse el mundo. Bergerr utiliza la expresión «invasor vertical» tomándola de Ortega y Gasset, a quien considera un crítico reaccionario, aunque inspirado. 

Para Berger, Picasso es el artista del instinto contra la razón. Es un toro de una vitalidad desbordante. Un creador que no se somete a ninguna ortodoxia que no sea su libérrima voluntad. Picasso, el artista moderno por excelencia, es increíblemente antiguo, ya que su raíz temperamental se encuentra en un mundo arcaico, todavía no sometido a las coordenadas cartesianas de una modernidad aburguesada y reduccionista. 

En definitiva, Picasso tiene duende. Berger cita por extenso la famosa conferencia de Lorca en la que el poeta granadino intentaba definir el duende: una misteriosa fascinación que brota del fondo del artista, una fuerza ligada a lo telúrico y a la sangre, que se manifiesta en los sonidos negros. El duende es diferente del ángel, la gracia, que viene de fuera, y de la musa, que brota del intelecto. Los dos andaluces universales, Picasso y Lorca, eran, por lo visto, a la vez señores y esclavos del inefable duende. 

Por eso, según Berger, es inútil buscar en Picasso una sucesión ordenada de etapas artísticas, como quieren los profesores obedientes a la musa y no al duende. Picasso es siempre Picasso. Su misterio brota de dentro de sí mismo, de su interior inagotable, y no tanto de influencias externas mucho más superficiales. En Picasso no existe progreso en cuanto tal, sino una reelaboración constante de un estilo primordial que se confunde con su persona y la tierra ardiente y morena que le vio nacer. Por eso no estamos ante un pintor más. Picasso alcanzó fama universal saliendo de un rinconcito olvidado de Europa. Pero su talento brota de un espíritu único y por esa razón solitario. En una palabra: de su duende. En eso no se parece a nadie. En todo caso, serán los demás quienes se parezcan a él. Como Sevilla, Picasso tiene un sabor especial. 

Fama y soledad de Picasso es un ensayo admirablemente bien escrito y razonado. Berger, con gran precisión, deja asentado en primer lugar su concepto del arte picassiano, para ir analizando luego la vida del pintor, inseparable de su obra. La raíz telúrica de la pintura del malagueño se manifiesta plenamente en el Guernica, con ese toro ibérico que contempla la destrucción causada por los hombres bañada por la luz muerta de la luna. Este es el grito silencioso definitivo del maestro. Su denuncia más universal. El sonido negro del duende que pueden oír hasta los sordos. Picasso, el más celtibérico de los pintores, fue también el más universal. Ya decía Machado que «lo más hondo es lo más universal». De las honduras de Picasso surgió el arte del siglo XX y de todos los hombres. Berger ha escrito un gran libro que merece leerse y admirarse. 

John Berger

John Berger (1926-2017) fue un escritor y crítico británico nacido en Londres. Su padre era un judío secular que acabó convirtiéndose al catolicismo. El joven Berger estudió en un colegio privado y en la Universidad de Oxford. Pero acabó por romper con el mundillo oficial, quizá porque su orientación política era marxista y radical. También pintaba. En 1958 publicó su primera novela. En 1972 ganó el prestigioso premio Booker. El polifacético Berger ha escrito ensayos de crítica artística, novelas, poesías, guiones cinematográficos y obras de teatro. Su libro Modos de ver (1972), en origen una serie de televisión, se ha convertido en un clásico del análisis artístico y la teoría de la comunicación. Influido por Walter Benjamin y Ernst Fischer, Berger fue un gran humanista siempre fiel a sus ideas progresistas. Falleció en Francia con 90 años.  

Publicado por Alberto. 

jueves, 25 de diciembre de 2025

México - Alfonso Reyes

Título: México
Autor: Alfonso Reyes
 
Páginas: 137
 
Editorial: Salamandra
 
Precio: 9,98 euros 
 
Año de edición: 2005
 
Este volumen reúne seis ensayos, escritos entre 1915 y 1944, sobre aspectos esenciales del alma y la historia de México, ese país fascinante, tradicional y moderno, de cultura riquísima y folclore milenario. Reyes nos lleva de la mano en un paseo delicioso por el pasado de ese caleidoscópico y asombroso país, como el gran humanista que fue, con profundo conocimientos de historia, con un estilo espléndido y envidiable, y con una riqueza de registros literarios, musicales y culturales que muchos querrían para sí.
 
Esta obra está llena de sorpresas y nos deja en evidencia, porque en realidad sabemos poco de ese país tan culto, contándonos mil aspectos a cual más interesante: la larguísima operación de desecación del valle don se ubica Ciudad de México, que empezó en 1449 y no se completó hasta 1900; que había una laguna salada y otra dulce, y la capital azteca estaba sobre la salada; el maravilloso mercado que se encontraron Hernán Cortés y Díaz del Castillo, una sinfonía de colores, sabores y fragancias; el decisivo papel de la iglesia y los curas en al lucha por la independencia; la lamentable pérdida de casi toda la poesía indígena, que era oral; la importancia del peso de la historia, presente de alguna manera en la realidad actual; la historia de la revolución, o mejor dicho, de las revoluciones mexicanas, como eco de la Revolución francesa, cuyos principios llegaron a Nuevo Mundo junto a la guillotina, y una larga lista de aspectos curiosos y reveladores.
 
Reyes hace también un profundo análisis de las características del mexicano, del que destaca: la pobreza («A primera vista, llama la atención la pobreza de los mexicanos»), lo que significa en realidad mal reparto de la riqueza; la cortesía exquisita y respetuosa; los dones artísticos, que lo hacen productor de obras de artesanía, música, literatura, etc. más que notables; que forman el país menos tropical de la región, es decir, menos arrebatado y ciego, y un carácter reservado y sobrio, que lo hace resistente a los sinsabores de la vida.
 
En fin, un libro maravilloso en su brevedad, que da medida del genio humanístico y la amplitud de la cultura del autor. Un texto revelador, que proporciona visiones desconocidas de lo mexicano. Una obra apasionante, que se disfruta tanto por el contenido, por lo que cuenta, como por cómo está escrito. Reyes posee uno de los estilos más depurados, cultos y elegantes del continente.
 
En este enlace puede leerse México en una nuez (1930), uno de los ensayos de esta obra, quizás el más representativo, que proporciona una síntesis penetrante y ajustada de qué son México y los mexicanos. El libro cuenta con un prólogo del escritor y periodista, también mexicano, Carlos Monsiváis (Ciudad de México, 1938-2010) que rivaliza en calidad con los ensayos del autor. 
 
Alfonso Reyes 

Alfonso Reyes Ochoa (Monterrey, 1889-1959) uno de los escritores mexicanos más clasicos y a la vez más innovadores que hay. Polígrafo, prolífico, universal, general, ha influido a varias generaciones de autores latinoamericanos.


Fue el noveno de los doce hijos que tuvo el General Bernardo Reyes. Estudió Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México y antes de acabar la carrera fundó con otros compañeros el Ateneo de la Juventud, donde opinaban sobre el panorama literario en México. La revolución mexicana no favoreció a su familia, bien relacionada con el dictador Porfirio Díaz. Reyes recuerda que escribía en un cuarto de la capital mexicana con una carabina cargada encima de la mesa, preguntándose si sería capaz de dispararla.

Luego se exilió a España, donde vivió entre 1914 y 1924. En esa época disfruto su etapa más creativa, Es ese señor mayor con aspecto de español de los años 40 vagamente franquista, cuyo aspecto contradice su modernidad, su fin humor y un estilo exquisito y muy personal. Un escritor que es un maestro de la palabra, varias veces candidato al Nobel de Literatura y muy admirado por Borges. Como para no perdérselo. 
 
Alfonso Reyes
 
Publicado por Antonio F. Rodríguez.

miércoles, 24 de diciembre de 2025

Lecciones de química - Bonnie Garmus

Título: Lecciones de química
Autora: Bonnie Garmus
 
Páginas: 464
 
Editorial: Salamandra
 
Precio: 22 euros 
 
Año de edición: 2023
 
Estamos en los Estados Unidos, en los años 50. Elizabeth es una brillante química experimental, pero en aquel momento no se cuestionaba el patriarcado y era realmente difícil que una mujer hiciera carrera como investigadora. La mujer acaba casada, con una hija superdotada y por avatares de la vida se ve en la situación de presentar un programa televisivo de cocina, «Cena a las seis», con el que se convierte en una verdadera estrella doméstica. Nuestra protagonista aprovecha la ocasión para dar una visión química de la cocina y para deslizar mensajes que buscan empoderar a las amas de casa. Pero junto al éxito, también crecen sus enemigos.
 
Ese es el punto de partida de esta amable y divertida comedia, que se lee con una sonrisa en la boca y alguna que otra carcajada. Una comedia hilarante y positiva, que buena hace falta nos hace de vez en cuando, estupendamente bien desarrollada, con una acción trepidante y sin decaer en ningún momento.  La comedia es un género realmente difícil, el más exigente para un escritor junto al genero de terror, pero Garmus parece dominar todos los resortes necesarios para hacernos pasar nueve o diez horas de lo más divertidas. Las situaciones son a veces desternillantes, muchas frases, irresistiblemente cómicas y los ángeles del humor y la ironía acompañan a esta simpática autora durante todo el libro.
 
Los personajes no tienen desperdicio: un genio de la química aficionado, o mejor dicho obsesionado con el remo; un perro llamado seis y media, más inteligente que muchos humanos; un jefe de laboratorio con las manos demasiado largas, y la espléndida protagonista, una mujer atrevida que se enfrenta al sexismo establecido.  Solo un par de frases pueden servir como muestra del tono de esta obra: «Se parecía a esos perros que, tras intentarlo en vano varios años, finalmente atrapan a una ardilla, no saben qué hacer con ella», «... su entrenador de Cambridge se empeñaba incluso en que pestañearan todos al mismo tiempo». No quiero utilizar más citas, porque son el cloruro sódico de la novela.

Parece que el libro está inspirado en una experiencia frustrante de la autora como directora creativa de una agencia de publicidad, después de una reunión en la que un compañero de trabajo se atribuyó descaradamente el mérito de una de sus ideas y nadie le hizo caso cuando lo desmintió.

De esta jocosa obra se han vendido ejemplares en 35 países, se trata de todo un señor superventas, y ya hay una versión televisiva de 2023 en forma de serie disponible en Apple TV. La traducción del original en inglés es obra de Victoria Alonso Blanco, traductora y profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona, formada en las universidades de Granada y Leeds. Por último, en este enlace se pueden leer las primeras páginas. Una comedia espléndida que os hará pasar muy buenos ratos.
 
Bonnie Garmus (Riverside, California, 1957) es una escritora estadounidense. Se licenció en Escritura creativa en la Universidad de California en Santa Cruzha trabajado como redactora y directora creativa en Estados Unidos. Ha vivido también en Suiza y Colombia, y actualmente reside en Londres.
 
A los 65 años publicó su primera novela, Lecciones de química, según la crítica «una historia pulida, divertida y estimulante... que es difícil creer que sea un debut». Está casada y tiene dos hijas. Le gusta nadaren aguas abiertas y es una consumada remera que ha participado en competiciones oficiales. También ha hecho sus pinitos en Química y reconoce que los bomberos tuvieron que visitar su casa un par de veces debido a sus experimentos.
 
Bonnie Garmus
 
Publicado por Antonio F. Rodríguez. 

martes, 23 de diciembre de 2025

Cabo de Hornos - Francisco Coloane

Título: Cabo de Hornos
Autor: Francisco Coloane
 
Páginas: 208
 
Editorial: Debolsillo
 
Precio: 13,95 euros 
 
Año de edición: 2025
 
Este libro se compone de 14 relatos del llamado «Jack London» de Suramérica, un autor rudo, sobrio, que sabe contar historias del mar y de la Tierra de Fuego, donde se reúnen los océanos Atlántico, Pacífico y el Antárticocon la soltura y el encanto de los grandes clásicos de aventuras. Obra imprescindible para conocer cabalmente la literatura chilena del siglo XX, Cabo de Hornos (1941) es el primer libro de cuentos de Francisco Coloane, un autor colosal, no tan conocido como merece. 
 
Aquí aparecen personajes insólitos y atrabiliarios, intrépidos y singulares, personas de una pieza, tan creíbles que cuesta pensar que no hayan existido de verdad, supervivientes en una región inhóspita y dura como pocas. Unas islas solitarias, llenas de hielo y fríos mares, de borrascas y parajes traicioneros. Cazadores de lobos marinos, velloneros, ovejeros, prófugos de la cárcel de Ushuaia, capataces despiadados, contrabandistas astutos, caciques contumaces y aventureros de todo pelaje. Gentes malvadas, desechos de la humanidad, perdidos en el fin del mundo y a merced de un sino fatal.
 
Son relatos duros, secos como un trago de aguardiente, cortos y descarnados, casi crueles, de unas 11 páginas cada uno aproximadamente. ¿Por qué nos gusta tanto leerlos?¿Que extraña catarsis nos ofrecen? No estoy seguro, pero si me parece que estos textos están estupendamente narrados, contienen descripciones magistrales, compuestas en dos trazos, tienen acción y ritmo, y nos abren una ventana a un mundo que no conocíamos, enigmático y apasionante, habitado por supervivientes.
 
Curiosamente, aparecen en estos relatos personajes de casi todas las nacionalidades, australianos, escoceses, húngaros, españoles, americanos, yugoslavos, napolitanos... gente de todos los rincones del mundo, arrastrados hasta allí por el oleaje de la vida. Estancias con 30.000 ovejas, focas, guanacos, lobos marinos de dos pelos y de un pelo, animales heridos que chillan como niños en la noche, el juego de la taba, alazanes que no dejan montar por nadie, alimañas, asesinos y bandidos completan el cuadro de estas historias. Un personaje dice en unos de estos cuentos: «Hasta las aves se vuelven fieras en estas tierras maldita.
 
Algunos localismos y términos marineros salpican los textos aquí y allá, sin entorpecer la lectura, como chalana (barca pequeña de fondo plano), singa (remo situado a popa), carneador (el encargado de sacrificar y descuartizar animales para obtener carne), jackeruse (chico para todo), carancho (ave carroñera), tumbear (tumbarse), chiporro (piel de cordero joven), malacara (caballo con pelo blanco en la cara), choro (mejillón), jetta (mal fario), victrola (fonógrafo eléctrico integrado en un mueble), cangrejera (pantano) y espinel (aparejo de pesca).
 
En suma, un libro de relatos lleno de sabor y autenticidad, que describe un mundo inhóspito, de mar bravo, tierras hostiles y hielo, escrito con mano maestra y sin contemplaciones. Muy bueno.
 
Francisco Coloane (Quemchi, 1910-2002) fue un escritor chileno. Hijo de un capitán de barcos balleneros y de una pequeña propietaria agrícola, nació en un palafito, sobre el agua. Empezó a trabajar muy joven, a la vez que estudiaba y publicaba sus primeras historias en la prensa regional. A los 19 años fue contratado como aprendiz de capataz de una estancia ganadera en Tierra de Fuego
 
Navegó por los mares australes durante su paso por la armada chilena, participó en prospecciones petrolíferas y fue parte de la primera expedición antártica de Chile. Vivió dos años en Pekín como corresponsal y colaboró en varios diarios y revistas. Sus experiencias le sirvieron para escribir 4 novelas, 6 volúmenes de relatos, 4 de crónicas y sus memorias en 2 tomos. Obtuvo una larga lista de premios y está considerado como uno de los autores chilenos más representativos del género de aventuras. 
 
Francisco Coloane
 
Publicado por Antonio F. Rodríguez.